Refundar, reformar o reforzar la Unión Europea. Una visión novedosa sobre el futuro de Europa

Christian Noyer y Eduardo Aguilar

La Fundación Rafael del Pino organizó, el 13 de junio de 2017 a las 19 horas, el diálogo titulado «Refundar, reformar o reforzar la Unión Europea. Una visión novedosa sobre el futuro de Europa» que protagonizó Christian Noyer, Ex Gobernador del Banco de Francia y Eduardo Aguilar, Consejero de Capital Radio Economía.

Christian Noyer estudió Derecho en Rennes y en París y posteriormente se graduó posteriormente en el Institut d’Études Politiques y en la École Nationale d’Administration, que nutre las filas de la alta administración pública y empresarial francesas. Su carrera profesional se inició en 1976, año en el que ingresó en el Tesoro dentro del Ministerio de Economía y Finanzas francés, donde desempeñaría diferentes cargos relacionados con la gestión de la deuda, la regulación de la industria financiera y la gestión de las empresas públicas. En los 90, fue Director del Tesoro y Director de Gabinete de los Ministros de Finanzas Edmond Alphandéry y Jean Arthuis.Ha sido miembro del Comité Monetario de la UE, y desempeñó el cargo de “alterno” del Ministro de Finanzas en la OCDE, el G-7 y el G-10. Como Director del Tesoro, fue asimismo Presidente del Club de París. En 1998 fue nombrado Vicepresidente del recién establecido Banco Central Europeo. En el 2003, sucedió a Jean-Claude Trichet como Gobernador del Banco de Francia, cargo que desempeñó hasta 2015. Ha sido vicepresidente del Comité Ejecutivo del Gobierno del Banco Central Europeo y Presidente del Consejo de Gobierno del Banco Internacional de Pagos de Basilea. Christian Noyer es uno de los más respetados y veteranos banqueros centrales y acumula una gran experiencia en la gestión de la política monetaria, así como en regulación y supervisión bancaria y financiera. Ha participado, en primera línea, en el
tratamiento y resolución de la crisis financiera que se inició en 2007 y de la posterior crisis de deuda soberana europea.

Eduardo Aguilar es economista por la Universidad Complutense de Madrid y Técnico Comercial y Economista del Estado desde 1984. Ha trabajado en la Administración Española durante más de 15 años y ocupado importantes responsabilidades en el Tesoro Español, y participado en las negociaciones de entrada de España en la Unión Económica y Monetaria. Ha sido también Director General de Seguros en el Ministerio de Economía y Director Financiero en la primera Comisión Nacional de la Energía.
Desde 1997 ha trabajado como Director General de la Banca de Negocios de BNP Paribas siendo responsable de la estrategia del banco en relación con importantes clientes, tanto empresas como Instituciones Financieras en España.
Ha formado parte de Consejos de Administración de importantes empresas públicas y privadas. Actualmente es Consejero Independiente de BMN y de OMEL, el Operador del Mercado Eléctrico. Es miembro del Consejo de Capital Radio y colaborador habitual de Capital Radio y del Diario Expansión.

Resumen:

El 13 de junio de 2017 la Fundación Rafael del Pino organizó el diálogo con Christian Noyer, gobernador honorario del Banco de Francia, sobre el futuro de la Unión Europea. Noyer indicó que la UE se enfrenta a dos cuestiones fundamentales. Por un lado, tiene que afrontar el Brexit, que puede percibirse como un retroceso en el proceso de construcción europea. Por otro, se han producido desarrollos inesperados en el área política, como el desarrollo del populismo, que cuestionan la propia Unión Europea. No obstante, con la UE hemos creado algo que es fantástico. El concepto de empezar con la economía, luego añadir nuevos ámbitos y llegar a la unión ha sido un éxito enorme porque se han logrado los dos objetivos fundamentales que se perseguían: la paz y la prosperidad. El problema surgió porque, durante las últimas décadas, se transmitió la idea de que los estados miembros no debían seguir haciendo reformas. De hecho, nadie quiso hacerlas desde que entró en vigor el euro y solo querían coordinar las políticas económicas y seguir la evolución de la coyuntura. No obstante, aunque hemos creado muchas cosas, necesitamos la voluntad de seguir adelante con el proceso. En este sentido, la creación de la Unión Bancaria Europea es una buena señal. Respecto al Brexit hay que destacar que con el Reino Unido había dos problemas. En primer lugar, había muchos problemas que no se podían gestionar debido a situaciones estructurales divergentes entre el Reino Unido y la Europa continental, que implicaban también concepciones diferentes. Ahora, la situación es clara y los conceptos a largo plazo son idénticos. Todos los estados miembros están comprometidos a seguir esas mismas líneas. En segundo término, los británicos se sentían incómodos con la idea de avanzar hacia una cierta integración política. Ahora el panorama se ha clarificado y se acelera el proceso de construcción europea. De hecho, se abre la oportunidad de acelerar la integración con países como España, Francia o Alemania, compartiendo las finanzas para que la unión monetaria europea funcione a largo plazo. La principal complicación en relación con el Brexit es que hay mucho que negociar, hay muchos problemas que resolver en relación con el comercio y las finanzas. Con el desarrollo que han tenido las cadenas globales de valor se pueden producir pérdidas de empleo y bienestar, en especial en el Reino Unido. Además, es preciso tener en cuenta que el mercado único europeo significa una regulación única y un tribunal europeo único. ¿Cómo se pueden aceptar productos en el mercado único si las normas y regulaciones son diferentes? Esto obliga a definir qué productos y servicios británicos pueden acceder libremente y cuáles no. Negociar estas cosas llevará mucho tiempo, puede que entre cinco y siete años. Además, también necesitamos renegociar acuerdos con terceros, que sean aceptados por la Organización Mundial del Comercio, por ejemplo, el acuerdo de cuotas de ovino con Nueva Zelanda porque el 80% de las importaciones tenían como destino el Reino Unido. En relación con la segunda cuestión, la alternativa a la UE es terrible. Por ello, aunque hemos sido incapaces de hacer reformas, debemos conseguir ser más estables en el futuro y eso solo lo podremos conseguir realizando las reformas necesarias. Los diez primeros años del euro fueron extraordinarios. La combinación del mercado único y la unión monetaria ha llevado a los bancos a actuar en todos los países. Por ello, en la Eurozona necesitamos una plaza financiera e instituciones para gestionar las crisis. Esa es la razón de ser de la Unión Bancaria Europea. El Brexit confirma todo esto y es una ventaja desde este punto de vista. A partir de ahí, los bancos se moverán hacia dónde crean necesario hacerlo. Londres no desparecerá, pero ya no será lo mismo. Hemos podido construir la Unión Bancaria Europea muy rápidamente, si bien necesitamos acelerar la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos. Y es que era un problema que los mercados financieros estuvieran integrados, pero no así la supervisión. Respecto a la intervención del Popular, la misma es un éxito de esa política y el contribuyente no deberá aportar dinero. En Italia deberían proceder a reestructurar sus bancos, porque no se puede seguir como hasta ahora.

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