Jesús Huerta de Soto

Crisis financiera, reforma bancaria y el futuro del capitalismo

La Fundación Rafael del Pino acogió, el día 19 de abril de 2012, la Conferencia Magistral «Crisis financiera, reforma bancaria y el futuro del capitalismo», que pronunció Jesús Huerta de Soto, Catedrático de Economía Política de la Universidad Rey Juan Carlos.

Jesús Huerta de Soto sostuvo que «Todos los males que nos aquejan son resultado del erróneo diseño institucional del sistema financiero y bancario a nivel mundial y que ello tiene su origen en un error cometido ya hace 170 años en la Inglaterra de Robert Peel. En esa época se exigió para la emisión de papel moneda un coeficiente de caja del 100% pero se olvidó de exigir lo mismo para los depósitos a la vista. El resultado de ello es que los bancos han continuado expandiendo el crédito sin base de ahorro real y eso produce unas tensiones en la economía que inevitablemente dan lugar a crisis financieras y recesiones económicas. Por tanto, una reforma definitiva y radical consistiría en completar la ley de Peel allí donde quedó incompleta, exigiendo también el coeficiente de caja del 100% para los depósitos a la vista y equivalentes. Se podrá pensar que esto es una reforma muy radical pero dos parlamentarios británicos acaban de presentarla en el parlamento Británico y para mí ha sido un honor que me citaran como inspirador de la misma. Una comisión independiente en el Reino Unido ha decidido ir en esta línea y proponen algo que es un tímido paso adelante: reinstaurar la Glass-Steagal Act, es decir: separar la banca comercial de la banca de inversión. Yo creo que si avanzáramos por esta línea se daría un paso de gigante en la resolución de los problemas que hoy nos aquejan.».

En cuanto al papel del Banco Central Europeo y de euro, la opinión del Profesor Huerta de Soto fue rotunda: «El BCE, a diferencia del Banco de Inglaterra y sobre todo de la Reserva Federal, no tiene responsabilidad ni atribuciones para monetizar la deuda y ello me parece que es un punto muy importante. Lo que pasa es que en la actual crisis se está dando una de cal y otra de arena; de forma esporádica y cuando los mercados financieros están más volátiles, apoya, pero siempre a cambio de reformas. Esto es una especie de jugada de póker en la que el BCE dice: te ayudo pero reforma. Y si ven que algún país se duerme en los laureles, dejan de comprar la deuda soberana de ese país e inmediatamente el mismo se ve asolado con una crisis financiera grave. Hay que tener en cuenta que ningún político toma ninguna medida que sea impopular a no ser que se vea literalmente obligado a hacerlo y en este sentido afortunadamente la disciplina en general del euro y en concreto del BCE está salvando a Europa. Los que critican al euro le critican precisamente por su principal virtud: que esta disciplinando, como decía antes, a los políticos y, en general, a todos los agentes que participan en el proceso social. La democracia para funcionar necesita un marco que discipline a los agentes que participan en la misma y, en este caso, el euro está cumpliendo esa función. Quiere decir que ha pasado a mejor vida la filosofía de la compra de votos, el clientelismo político, la economía de los subsidios, la economía basada en la expansión crediticia, el decir que sí siempre a los sindicatos… En un entorno con una moneda única esto se paga inmediatamente en términos de competitividad perdida respecto de nuestros socios y hay que tomar inmediatamente medidas. Gracias al euro esto se pone en evidencia, de manera que estamos en un cambio de paradigma completo. Nuestro «chip» como trabajadores, empresarios y políticos creo que está cambiando y en la buena dirección».

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