Resumen
El 3 de abril de 2019 tuvo lugar en la Fundación Rafael del Pino el diálogo entre Ana Palacio, ex ministra de Asuntos Exteriores, y Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, sobre los desafíos para Europaa en el siglo XXI, con motivo de la publicación de la obra coordinada por Álvaro Anchuelo, Enrique Feás y Federico Steinberg bajo el título "La Unión hace la fuerza, Europa ante los desafíos del siglo XXI". Ana Palacio indicó que lo que le preocupa es la confianza en sentido de esperanza firme en alguien o algo y en el sentido de confianza en sí mismos. Esos dos elementos están fallando de forma generalizada. Estamos con demasiados cambios estructurales simultáneos, catalizados por la crisis económica. Esos cambios se ven mejor por la esencia misma de la construcción europea. Tenemos un problema de confianza en las instituciones. ¿Cuál es la razón de ser de la Unión Europea hoy? Para los padres fundadores fue la paz, pero hoy la narrativa pasa a ser la prosperidad. Eso es lo que movía a la UE, pero con la crisis se ha hundido, ya no funciona. La falta de confianza de confianza de los ciudadanos europeos es clara. Muchos ciudadanos sienten que se están desplazando por una cinta de Moebius y no saben si suben, si bajan o hacia dónde van. Otro aspecto fundamental que se exacerba en la Unión Europea es que esa confianza está cimentada en una situación que es percepción y realidad. La percepción es de unos burócratas desalmados que mandan en la Unión Europea, pero no es así. Los ciudadanos no somos conscientes de la realidad europea, de lo que se ha hecho y de lo que somos en términos económicos. Esto es fundamental porque en el mundo de hoy no nos lo podemos permitir. Ya no vivimos en el mundo occidental de instituciones y estado de derecho. Ahora tenemos el modelo chino, que predica unos fundamentales distintos: frente a individuo, grupo; frente a libertad, vigilancia. Por eso necesitamos recuperar la razón de ser de la UE y la confianza en las instituciones. El próximo periodo de la UE va a ser intergubernamental puro. Quién va a decidir lo que pase en Europa no va a ser la Comisión o el Parlamento. Va a ser el Consejo Europeo. Entonces, ¿qué haces con la Comisión Europea y con el Parlamento Europeo? No se va a legislar mucho, por lo que el Parlamento tendrá que reorientarse, que estudiar los temas y poner sobre la mesa soluciones de verdad. En cuanto a la Comisión, tiene que velar por el derecho europeo. Pablo Hendández de Cos, por su parte, cuestionó la idea de que el antieuropeismo es generalizado. El 75% de los europeos en 2018 apoyaba el euro. Es el mayor porcentaje desde la historia del euro. Si la idea fuera cierta, pondría en cuestión uno de los proyectos de más éxito de siglos. Es un proyecto que nace con un objetivo político, que se ha cumplido. Además, es un éxito económico visto en el medio y largo plazo, con una combinación entre crecimiento y derechos sociales que no tiene parangón en otros países desarrollados. No hay ninguna razón para que alguno de los retos a los que nos enfrentamos se pueda afrontar mejor desde la individualidad de los estados, ya sea Trump, China, el medio ambiente, envejecimiento, cambio tecnológico. Hay que hacer dos cosas muy importantes. Reconocer que hay cosas en el funcionamiento de la UE que no están bien. Siguen existiendo muchos huecos que hay que cubrir ya. La otra es decirles a los ciudadanos que muchas de las cosas negativas de nuestra economía tienen que ver con políticas nacionales, no europeas, porque la UE no es la culpable. Ana Palacio advirtió de que, si Estados Unidos y China llegan a un arreglo, Trump va a volver contra la Unión Europea, a sacar algunas piezas que pueda enseñar. Divide, bilateraliza. Pero Trump no es causa. Estados Unidos ha dejado de mirar a Europa. Nosotros tenemos que mirar a EEUU como miramos a Japón, aunque no sea lo mismo, porque tenemos demasiados hilos que nos unen. Pero tenemos que definir el interés europeo porque, si no, nos lo van a hacer transatlánticamente porque Trump prefiere dividir y tratar de forma bilateral con Reino Unido, Alemania, etc. Pablo Hernández de Cos destacó que hemos hecho en la última década para corregir las muchas deficiencias que tenía la arquitectura inicial del euro. Muchas de estas cosas las hemos resuelto. ¿Hay que hacer algo más? Sí. Si un estado de EEUU sufre una perturbación negativa, mucha parte del coste que sufriría la distribuye al resto de los estados porque tienen un presupuesto fiscal común, unos mercados de capitales muy integrados y un sistema bancario plenamente integrado. Lo que significa es que el 75% de esos costes se distribuyen entre el resto de la unión. En el caso europeo, ese número es del 40%. Eso indica lo que queda por hacer. Una de las cosas es el presupuesto fiscal. Además, los mercados financieros no están tan integrados porque la bancarización es más alta y por sesgos nacionales en la participación de las empresas. Para corregir esto hay que crear una unión de mercados de capitales, que aumente su peso y la integración. En el sector bancario, la capacidad de corrección es algo mayor. A pesar de ello, cuando se produce una crisis vuelve a nacionalizarse el crédito. No se ha corregido del todo con el mecanismo único de supervisión. Esto sigue generando fragmentación en el sector bancario europeo. Lo que hay que hacer también es crear un fondo europeo de garantía de depósitos. El caso del Brexit es un ejemplo de cómo ante una perturbación la respuesta de la Unión Europea ha sido única, unificada en las posiciones, sin fisuras. Esto está siendo clave. Ana Palacio manifestó lo sorprendente que resulta que, ante el Brexit, los 27 se hayan mantenido unidos, aunque al principio haya sido por el miedo al contagio. Tenemos que ser conscientes que no iremos a una integración total si no avanzamos en política exterior y en política de seguridad. Vamos a ir avanzando a trompicones, pero meter en el debate la importancia de avanzar en un marco común de relaciones internacionales y de seguridad es fundamental. También tenemos que ser conscientes de que este proyecto de integración no es irreversible. Hay que luchar por él. Pero con la UE hay que ser constructivamente críticos. Pablo Hernandez de Cos insitió en que el Brexit es una mala noticia, particularmente mala para el Reino Unido, que será para él más o menos costosa dependiendo del contenido del acuerdo final. También habrá efectos negativos para el resto de Europa. Más allá de esto, me preocupa que el Reino Unido ha jugado un papel fundamental en las discusiones, en el buen sentido. Nos han centrado y disciplinado, mediante discusiones ricas y fundamentadas. Para Ana Palacio, el peligro es que el Reino Unido se encuentre al borde del precipicio sin ser consciente de que está ahí y puede caerse. El Reino Unido va jugando de farol, pensando que lleva una baza muy buena, cuando, en realidad, se le están viendo las cartas y no es así. No descartaría que, sin darse cuenta, estén cayendo por el precipicio porque nos está demostrando esa distancia entre la percepción y la realidad. Reino Unido siempre ha sido una voz de realismo y pro mercado que ha sido buena. Una voz que ha sido derecho de comunes frente a un derecho continental mucho más rígido. Los echaremos de menos no solo en cifras económicas, sino también en el papel que han jugado en el proyecto europeo. Pablo Hernández de Cos insistió en que la UE tiene que ser guardián del multilateralismo, que se ha demostrado muy útil. El proceso de reducción de aranceles ha generado perdedores, pero el efecto global ha sido positivo. Lo que tenemos que hacer es mirar con mayor detalle cuáles son los perdedores y compensarlos de alguna manera. No creo que la posición americana sea siempre la actual de Trump. Además, la desaceleración económica mundial que empezó en 2018 en buena parte viene generada por esas medidas proteccionistas. Por eso, es posible que vuelvan otra vez al consenso. Ana Palacio concluyó diciendo que el multilateralismo está en nuestra esencia. Me sorprende que el proyecto europeo venda cada vez más realizaciones y no venda futuro, porque la única manera de tener peso en la competencia de grandes poderes que viene es estar unidos. La alternativa es convertirse en el terreno de juego para China y Estados Unidos. Nuestro interés es defender y mantener el multilateralismo.
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