Cómo hacer a España líder en libertad económica

Daniel Lacalle y James M. Roberts

La Fundación Rafael del Pino organizó, el día 6 de marzo de 2019 a las 19 horas, el diálogo “Cómo hacer a España líder en libertad económica” con motivo de la presentación del “Índice 2019 de Libertad Económica” publicado en España por Fundación Faes y Foro Regulación Inteligente. En el acto intervinieron James M. Roberts, Daniel Lacalle y Diego Sánchez de la Cruz (moderador).

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es economista, asesor internacional y Economista Jefe en Tressis. Doctor en economía, licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Madrid, posee el título de Analista Financiero Internacional CIIA (Certified International Investment Analyst), posgrado por el IESE (Universidad de Navarra) y máster en Investigación Económica. Su carrera en gestión de carteras e inversión comenzó en el hedge fund Citadel, en Estados Unidos y Londres, y continuó en Ecofin Limited, abarcando renta variable, fija, capital de riesgo y materias primas, y posteriormente en PIMCO. Ha sido votado durante cinco años consecutivos en el Top 3 de los mejores gestores del Extel Survey, el ranking de Thomson Reuters, en las categorías general, petróleo y eléctricas. Previamente a su etapa como gestor, trabajó como analista financiero en ABN Amro (hoy RBS), y llevó a cabo distintas responsabilidades en Repsol y Enagas, donde recibió el premio a la mejor OPV (IR Awards 2002). Daniel Lacalle escribe regularmente en El Español y colabora habitualmente en La Sexta, en la CNBC, CNN, Epoch Times, Hedgeye, Mises, The Commentator y en The Wall Street Journal. Es también profesor en el Instituto de Empresa, UNED, OMMA, IEB y en la London School of Economics and Political Science. Asimismo, ha escrito los libros Nosotros, los mercados, Viaje a la libertad económica, La madre de todas las batallas, Acabemos con el paro, La Pizarra de Daniel Lacalle y La Gran Trampa, todos ellos publicados en Deusto y convertidos en bestsellers tanto en su edición original en español como en sus traducciones al inglés y al portugués.

James M. Roberts es Investigador del Economic Freedom and Growth en la Heritage Foundation. Como experto líder de la Fundación Heritage en libertad económica y crecimiento es producir el Índice de Libertad Económica. Un influyente análisis del clima económico de los países a través del mundo, el Índice es co-publiado por Heritage y el Wall Street Journal. Roberts también estudia temas económicos y políticos en América Latina y Europa, contribuyendo al debate de políticas públicas en temas que van desde la asesoría para el desarrollo y la construcción de las naciones a la responsabilidad social corporativa y la gobernabilidad económica global The Heritage Foundation. Antes se sumarse a Heritage en 2007, Roberts sirvió en el Departamento de Estado durante 25 años. Durante ese periodo desarrolló su trabajo en las Embajadas Americanas en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití. También ha trabajado en una amplia variedad de temas de comercio internacional y ayudó a coordinar grandes programas de ayudas de los Estados Unidos, incluyendo esfuerzos para reformar las económicas de Europa del Este y reconstruir Irak.
Diego Sánchez de la Cruz es periodista económico, escritor y profesor universitario. Dirige Foro Regulación Inteligente, think tank especializado en asuntos regulatorios y fiscales. Ejerce como profesor asociado en el Instituto de Empresa y la Universidad Camilo José Cela. Como analista económico, colabora frecuentemente con distintos medios de comunicación (Libertad Digital, Actualidad Económica, esRadio, Intereconomía, Movistar+). Es autor de distintos libros y su último ensayo, Por qué soy liberal, fue publicado en 2017 por Deusto (Grupo Planeta). Sánchez de la Cruz es licenciado en Ciencias de la Información (Universidad Nebrija y programa de intercambio en la Universidad de San Diego), postgrado en Comunicación Política (ICADE) y máster en Relaciones Internacionales (IE Business School).

Resumen:

El 6 de marzo de 2019 tuvo lugar, en la Fundación Rafael del Pino, el diálogo entre James M. Roberts, research fellow for Economic Freedom and Growth en la Heritage Foundation, y Daniel Lacalle, doctor en economía y economista jefe y gestor en Tressis, con motivo de la presentación del “Informe sobre la libertad económica 2018”. James Roberts explicó que la Heritage Foundation empezó a elaborar el índice de libertad económica en 1995 porque, tras la caída del muro de Berlín y el final de la Unión Soviética, se había demostrado que el socialismo no era un régimen político que pudiera funcionar. Fue un régimen que dio lugar a la muerte de millones de personas y al sufrimiento de otros muchos millones más. La creación del índice fue promovida por liberales, los cuales, reflexionando lo que había sucedo en la guerra fría, empezaron a estudiar los cimientos de lo que había sido la mayor fase de prosperidad de la historia de la humanidad. Con esos elementos se construyó el índice. Otra razón para hacerlo fue la necesidad de dar una respuesta a los proyectos de ayuda al desarrollo organizados por la izquierda. En ellos había cada vez más intervención gubernamental. Nosotros, sin embargo, decíamos que esa no era la solución para sacar a los países subdesarrollados de la pobreza. La solución, por el contrario, está en todas aquellas cosas más relacionadas con la libertad económica, porque son las más beneficiosas. Los países que se presentan como modelos de bienestar son los que tienen los más altos índices de libertad económica. A medida que los países van mejorando, se producen pequeños cambios en el papel de la legislación, la justicia, el gobierno, etc. que, a su vez, impulsan nuevas mejoras. Lo que hace el índice es mostrar a las claras que las economías más favorables a los negocios y la creación de riqueza ofrecen más beneficios a todo el mundo. El índice de libertad económica, por ello, es en realidad un índice social. La media mundial de libertad económica ha mejorado gracias a la globalización y a que cada vez más países se han alejado del comunismo. Esta es una tendencia bastante consistente a partir de la guerra fría, aunque con la crisis financiera hubo un retroceso bastante importante. Estados Unidos respondió a la crisis con una política de expansión del gasto público y el déficit presupuestario, mientras que la Reserva Federal lo hizo mediante un aumento enorme de su balance. Este año se ha producido algún pequeño retroceso en materia de libertad económica como consecuencia del Brexit y de algunos otros cambios que se están produciendo en la escena global. Algunos gobiernos han optado por utilizar estos eventos como excusa para intervenir y aumentar el gasto público. Los países que tienen más libertad económica son los que tienen mayores cotas de libertad. Europa sigue estando a la cabeza, pero nunca es suficiente. Hay que tener en cuenta que, una vez que desaparece la libertad económica, es muy difícil recuperarla. En África, debido a ello, están rezagados y tienen que trabajar mucho más para ponerse a la altura de otros países. En Estados Unidos, la libertad económica cayó en los últimos diez años y solo se ha vuelto a enderezar con las reformas de Trump. Daniel Lacalle comentó que España, al implementar reformas de oferta, empezó a conseguir un crecimiento muy superior a la media europea y al nivel máximo que se esperaba que España pudiera conseguir. Como consecuencia de ello, el crecimiento del empleo fue el doble de lo que se esperaba. Lo que hay que hacer es dejar que la economía respire. Es fácil pensar que el gobierno tiene que hacer algo cuando las cosas van mal, pero, en realidad, cuando dejas que las empresas prosperen y las familias disfruten de sus ingresos, ves resultados mejores. Esto es así no solo en España, sino también en Estados unidos, que ahora crece a un ritmo que se supone que tendría que ser de la mitad. James Roberts recalcó al respecto lo impresionante que es lo que puede hacer un poquito de disrupción, lo que se consigue desafiando el consenso. Por eso, la libertad económica consigue erradicar la pobreza en muchos sitios. Estados Unidos es un ejemplo con las medidas de Trump, que ya están deparando resultados positivos. Por supuesto, esto va en contra de toda esa retórica que dice que la intensidad de la pobreza en el mundo en desarrollo solo puede atacarse mediante intervenciones gubernamentales. En España también vemos lo mismo. Para el caso español, Daniel Lacalle señaló que, cuando hay más apertura se reduce la tasa de paro. La desigualdad, la pobreza han mejorado cuando empezó a mejorar la libertad económica. Crear libertad económica implica una mejora muy importante en la economía y en la distribución real de la riqueza. Creando empleo se reduce la desigualad, pero esto no se puede hacer a través de medidas gubernamentales. Las políticas de demanda son cada vez más inefectivas mientras que las basadas en la oferta crean un efecto potencial positivo, que es lo que ha sucedido en España entre 2013 y 2017. En relación a la intervención pública en la educación y la sanidad Lacalle comentó que no solo falta eficiencia, sino también calidad, como muestra, por ejemplo, que los cien mejores colegios de España son todos ellos privados. La colaboración publico privada es esencial para una mejora de la sanidad, la educación y el medio ambiente. James Roberts dijo al respecto que las empresas más contaminantes del mundo son públicas. Si nos importan esos temas necesitamos apoyar una mayor libertad económica, porque también hay una correlación entre libertad económica y medio ambiente. Respecto a los mejores y peores países, Daniel Lacalle recalcó que Venezuela es el penúltimo, seguido por Corea del Norte. Esto demuestra, precisamente, el éxito de la libertad económica y viceversa. En los primeros veinte puestos tenemos países que durante algún tiempo implantaron políticas socialistas y fracasaron con intervenciones muy fuertes impuestas por el gobierno. Como aprendieron de sus fracasos, decidieron implantar medidas por el lado de la oferta y la libertad económica. En la parte inferior de la lista es siempre lo mismo: expropiar, imprimir dinero como si no hubiera un mañana. No son países pobres, sino empobrecidos por las políticas de sus gobiernos. Suecia y Dinamarca no son socialistas: tienen gobiernos que redistribuyen la riqueza porque tienen gobiernos que no son corruptos y por ello el pueblo confía en ellos. James Roberts destaca que muchas personas confunden servicio público con financiación del gobierno y no tiene por qué ser así, como demuestran los bonos públicos, como el bono escolar. Con ello, los padres de familias pobres pueden luchar por que sus hijos vayan al mejor colegio posible gracias al bono escolar. Australia, Dinamarca, van en la dirección del bono escolar. Venezuela es un caso del que casi no hay precedentes en la historia latinoamericana de tantas personas teniendo que emigrar, añadió Roberts. Afortunadamente tenemos nevos gobiernos de centro derecha en Brasil y Colombia. Si no hubiese esos gobiernos, no estaría fracasando Maduro. Su pueblo, con ayuda de esos dos gobiernos, va a ser quien los eche. Para Lacalle, Venezuela es un clarísimo ejemplo de cómo el socialismo empobrece a un país rico, de como el derecho a la propiedad privada es sumamente importante. Las expropiaciones han hecho que un país tan rico se vuelva tan pobre. El gobierno ha destrozado totalmente a la empresa petrolera, que era una de las más eficientes y mejores del mundo. Es el único país de la OPEP con hiperinflación. Y las estimaciones de lo que han robado Maduro, Chaves y sus secuaces ascienden a 300.000 millones de dólares. Solo la hija de Chaves se ha llevado 4.000 millones. Ahora bien, algunas de esas personas van a tener la oportunidad de llegar a acuerdos con los jueces para que salga Maduro, indica Roberts. Maduro es un monigote de la dictadura cubana. Todos los dirigentes, además, son todos traficantes de droga. Hay más de dos mil generales,que son los uniformes de una mafia criminal. Daniel Lacalle explicó también que los males de Venezuela tienen que ver con la política monetaria. Si Ecuador hubiera tenido su propia divisa y Correa hubiera decidido imprimir dinero, allí habría pasado lo mismo que en Venezuela, que multiplicó por diez la oferta monetaria. Al final, se viene abajo totalmente el poder adquisitivo y la moneda no vale nada. De hecho, el salario en Venezuela ha bajado a menos de 20 dólares al mes. En contraste, indicó James Roberts, los países ex comunistas están subiendo mucho. Estos países empezaron a un nivel muy bajo y han progresado muchísimo. En Georgia se han mantenido las reformas. Lituania también es una buena historia de éxito. Es importante promocionar esto. Singapur y Hong Kong tienen mucha libertad económica, lo que es muy importante teniendo en cuenta el entorno geográfico en el que se encuentran. En Estados Unidos, por su parte, resulta muy importante reequilibrar el sistema de tribunales porque los progresistas han estado imponiendo su voluntad a través de ellos. Desgraciadamente, en el campo del comercio no apoyamos las medias proteccionistas de Trump. No nos gusta el sistema de aranceles y estamos pidiendo a la administración que dé u paso atrás. Lo que ha dado lugar a estas medidas es el surgimiento de China y su estrategia de no seguir las normas y tratar de dominar el mundo. A Beijing le van bien porque sus inversiones tienen importancia geopolítica y militar. Pero uno se puede enfrentar a ello a través de medidas de otro tipo, no solo Estados Unidos sino también los países europeos. La respuesta no puede ser castigar a los productores y consumidores norteamericanos con impuestos que, al final, tienen que pagar ellos. A los chinos no les importa tanto Estados Unidos, no les afectan tanto esos aranceles. Daniel Lacalle añadió que el proteccionismo está creciendo en los últimos años, pero los aranceles no son la forma de hacer frente al tema. Se puede afrontar mediante la diplomacia, o la apertura de los mercados financieros. Trump ganó en estados que habían sufrido y a los votantes se les hizo creer que esas políticas les van a beneficiar. Respecto a España, James Roberts indica que se ha producido una pequeña mejora en los últimos años, al pasar del puesto 65 al 57, pero se encuentra por debajo de la media europea. Esta puntuación refleja las políticas y su impacto. Es el legado de Rajoy. Con pequeños ajustes, comenta Lacalle, se podría conseguir una mejora muy importante de la economía española. Tenemos que volver a un nivel impositivo menos oneroso. También tenemos que mejorar el marco normativo, burocrático y fiscal. Podemos hacer muchas mejoras que pueden atraer capital. Hay que cimentar y perfeccionar las mejoras realizadas. Los pequeños cambios podrían conseguir un impacto muy importante, por ejemplo, reducir drásticamente el desempleo permitiendo a las pymes crecer. Para Roberts, la situación en España es preocupante, pero esperanzadora. Hay que transmitir el mensaje de que el país se beneficiaria de una mayor liberalización. En este sentido, preocupan decisiones como la subida del salario mínimo. Lacalle señaló que en España habría que tomar tres medidas muy logias: hacer el sistema fiscal mucho más atractivo, facilitar los procedimientos administrativos reduciendo la burocracia y ofrecer más y mejores incentivos y a las familias para que puedan tener la educación, la sanidad y el tipo de familia que quieran. Es decir, se trata de devolver a las familias el poder de decidir sobre su vida. En este sentido, Roberts advirtió que, en un mundo en que la robotización elimina tantos puestos de trabajo, hay que proteger a los jóvenes. Pero eso no se hace aumentando el salario mínimo. Eso solo fue un subterfugio para aumentar las cotizaciones empresariales. Jóvenes y mujeres han perdido a cuenta de estas medidas. Lacalle explicó, al respecto, que una mayor intervención no supone una mayor seguridad laboral, sino justo lo contrario. España es el único país del mundo que ha tenido tres veces más del 10% desempleo durante más de tres trimestres. Esto se debe a una visión irracional del mercado de trabajo que resulta de un ogro que no existe. Es volver a los errores del pasado. Los socialistas no lo hacen por incompetencia, sino porque lo que quieren es controlar a la población, No quieren el progreso, sino el control de los ciudadanos. Respecto al gasto público, Lacalle, indicó que hay países que han introducido reformas muy efectivas del gasto público sin pasar facturas a los contribuyentes. Hay que abordar el tema de los gastos y reducir el gasto no obligatorio, el gasto político.

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