La Fundación Rafael del Pino acogió el debate titulado «Turquía en Europa. Rompiendo el círculo vicioso» el día 5 de noviembre de 2009. En este debate se analizó la situación actual del proceso de adhesión, el peligro de «islamización» de la sociedad turca, los problemas kurdo y chipriota y las diferencias con Armenia, entre otras cuestiones. El acto fue organizado por la Fundación Rafael del Pino, el Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad San Pablo CEU y el Real Instituto Elcano.
En el debate, moderado por el Director de la Fundación Rafael del Pino, Amadeo Petitbò, intervinieron Martti Ahtisaari, Presidente de la Comisión Independiente sobre Turquía y Premio Nobel de la Paz 2008; la Vicepresidenta del Senado de Italia, Ex Ministra de Comercio Internacional y Asuntos Europeos de Italia y Ex Comisaria Europea, Emma Bonino; el Ex Ministro de Asuntos Exteriores, Ex Secretario General del Consejo de Europa y Ex Comisario Europeo, Marcelino Oreja y el Ex Secretario General de Asuntos Exteriores de Austria, Albert Rohan.
Martti Ahtisaari afirmó que «Lo importante es que [Turquía] ha de ser tratada como cualquier candidato. Debemos seguir con el proceso negociador a lo largo de sus 35 capítulos y al final ver el resultado del proceso. Turquía tiene además un papel muy importante por razones económicas y políticas, y actúa como puerta de entrada en la región. Turquía sería una incorporación muy positiva para la Unión Europea».
Respecto al rechazo que suscita el ingreso de Turquía en la Unión Europea, Marti Ahtisaari opinó que «No hay sólo oposición en algunos estamentos europeos. También hay cansancio en Turquía porque allí se tiene la impresión de que los miembros actuales de la Unión no la quieren en la misma. Y esto es muy peligroso «.
Marcelino Oreja dijo que «los problemas nacen a partir de la gran ampliación [de la Unión Europea], aunque se hablase de países inequívocamente europeos. […] Turquía es un caso polémico porque, primero, se habla del islamismo, aunque es un estado laico y segundo, por el número de sus habitantes. Turquía tiene ahora 70 millones de habitantes y puede llegar a 90 ó 100 en un plazo relativamente corto. Pero éstos no son motivos para no abrir un proceso. Si se reúnen los criterios, no hay motivo ninguno para que en su día se pueda considerara Turquía como un país europeo».