La Fundación Rafael del Pino acogió la Conferencia Magistral de Robert E. Lucas titulada «El crecimiento económico y los efectos de la crisis norteamericana de 2008», dentro del ciclo de conferencias magistrales «Enseñanzas de la crisis», el día 21 de octubre de 2010.
Robert E. Lucas afirmó: «El uso de multiplicadores fiscales no se hace con la vista puesta en el crecimiento a largo plazo sino para sacar a la economía de un bache. En los modelos keynesianos de los años 50 y 60, las estimaciones del efecto multiplicador eran muy elevadas, en términos de cinco veces, o lo que es lo mismo, se pensaba que un gasto extra de diez dólares por parte del gobierno se transformaría en 50 dólares más de PIB. Nadie cree en esas cifras ahora. El problema del uso de los multiplicadores es que supone una gran cortedad de miras. Si el gobierno gasta ahora diez dólares extra, la pregunta es ¿Va a ser este gasto permanente, va a afectar a los impuestos que pagaré en el futuro? La gente se pregunta por las consecuencias de futuro de una acción que se toma en el presente. Por eso el memorándum de medidas económicas de la administración Obama, con estimaciones de una vez y media para el multiplicador, supuso una enorme sorpresa, ya que nadie había visto cifras como estas en años. El documento no indicaba de donde procedían estas cifras. Creo que fue una mala aplicación de una política económica de corte anticuado, aunque lo que se necesitaba en ese momento eran políticas anticuadas».
Robert E. Lucas sostuvo que el intercambio de ideas es uno de los factores claves del desarrollo: «Cuando hablo del intercambio de ideas y del debate de opiniones en mis investigaciones me refiero a una clase social, la de aquellos que hacen de eso su trabajo, lo que los rusos llaman Intelligentsia: gente cuyo trabajo es pensar y debatir con los demás para resolver problemas. Lo interesante de la Revolución Industrial es que ha permitido que esa clase social haya aumentado de manera ingente. En los Estados Unidos y en la mayoría de los países avanzados es posible que estemos hablando de la mayoría del capital humano. En mi opinión esto es lo que hace que el crecimiento económico sea sostenible en los países industrializados. Y en un país como China, que hace unos años empleaba al 75% de su capital humano en la agricultura y la ganadería se ha logrado trasladar gran parte de ese talento a ciudades y trabajos donde ahora se puede contribuir de manera creativa al avance económico. Creo que esa ha sido una de las claves del éxito chino».