La Fundación Rafael del Pino albergó, el 31 de enero de 2012, la presentación del libro “Las claves para transformar España”, publicado por Ediciones Destino. En el acto han intervenido María del Pino, Presidenta de la Fundación Rafael del Pino; Ramón Perelló, editor de Ediciones Destino; Eduardo Serra, co-autor de la obra -junto a Marc Alba y David García- y Presidente de la Fundación everis; Emilio Ontiveros, Presidente de AFI y Catedrático de Economía de la empresa en la Universidad Autónoma de Madrid; y Víctor García de la Concha, recientemente nombrado director del Instituto Cervantes.
Eduardo Serra afirmó que: “La sociedad civil tiene herramientas para sacar adelante el cambio. Y si no las tiene, habrá que buscárselas. No sería malo que se le dotara de los medios necesarios. Para mí, el más importante es la recuperación de la confianza. Es un proceso que se ha iniciado hace ya años, por el que nos hemos dado cuenta de que el pasado reciente nos ha enseñado lo que somos capaces de hacer; tenemos que usar esa enseñanza como un trampolín para dar el próximo salto hacia adelante. Ahora España está en tierra de nadie: no somos un país emergente, pero aún no hemos culminado la transición a una economía de vanguardia y tenemos que salir de este impasse. Sin duda, la sociedad civil ha de ser motor, sujeto activo de la transformación y no objeto de la misma. Esa es, de alguna manera, la reforma más urgente: ser conscientes de que somos los últimos y verdaderos responsables y que los políticos, entre otros, son nuestros representantes. Pero los responsables últimos, los que tenemos que llevar a cabo los cambios, somos nosotros”.
Eduardo Serra consideró adecuadas las medidas que está adoptando el Gobierno en materia económica: “Creo que las medidas que se han anunciado están en el buen camino y se está haciendo lo que –a mi modo de ver- hay que hacer. El problema está en el “cómo” y en el “cuando”, en las políticas y los tiempos. A algunos les gustaría, quizás, mayor rapidez [en la implantación de las reformas]; a otros, más prudencia… Yo creo que ahí reside lo que se denomina el genio político: en calcular la oportunidad para hacer las cosas con el mejor –y mayor- efecto posible […]. Se proponen en el libro muchas acciones a realizar, pero yo creo que la clave está en que trabajemos para el largo plazo y con el mayor consenso posible. Juntos haremos mucho más que separados si miramos al largo plazo”.