La Fundación Rafael del Pino, dentro de su programa de Conferencias Magistrales, recibió, el día 7 de abril de 2011, a David Leigh, Responsable de investigación del diario británico The Guardian, quien pronunció la conferencia «Wikileaks y Assange».
David Leigh afirmó: «Wikileaks es una prueba clara de que el periodismo no está muerto. De hecho, es una muestra de la aparición de nuevo tipo de periodismo de investigación en el que los profesionales analizan enormes cantidades de documentación electrónica filtrada a Internet para descubrir, a partir de estos datos, nuevos asuntos que serían imposibles de someter al escrutinio público de otro modo. Estamos ante un nuevo tipo de periodismo de investigación».
David Leigh se refirió también a los límites del Derecho a la Información en casos como éste: «Al trabajar con los materiales procedentes de Wikileaks descubrimos algunos límites respecto a lo que estábamos preparados para publicar como medio de comunicación. Teníamos, además, distintos criterios respecto a las ideas que manejaban los integrantes de Wikileaks sobre lo que se podía publicar o no. Nosotros, como medio, no estábamos dispuestos a publicar información personal que pudiese identificar a los individuos que habían colaborado con los estadounidenses [en Afganistán o Irak] y, por tanto, hacerles objetivo de posibles represalias. Un segundo límite estaba claramente relacionado con la seguridad nacional. Había información en estos documentos sobre ciertas infraestructuras básicas, como oleoductos, plantas de producción de fármacos importantes… etc. Estos datos habían sido recopilados por fuentes de los Estados Unidos. No quisimos publicar esta información porque podría facilitar objetivos potenciales a organizaciones terroristas en distintas partes del mundo y que, además, no suponía una información relevante para nuestros lectores y la opinión pública en general. En The Guardian no publicamos este tipo de información que, sin embargo, sí que fue publicada por diarios rivales, como The Times, cuando llegó a sus manos. Esto muestra la existencia de una controversia evidente en los medios respecto a lo que se puede publicar o no y los límites a la información que conlleva el uso de este tipo de material».