Fintech, pequeña y mediana empresa y la respuesta a la crisis del Covid-19. Retos, oportunidades y propuestas de acción

Karen Mills y Mercedes Delgado

La Fundación Rafael del Pino organizó, el 16 de abril de 2020 a las 18.30, el diálogo en directo a través de www.frdelpino.es titulado «Fintech, pequeña y mediana empresa y la respuesta a la crisis del Covid-19. Retos, oportunidades y propuestas de acción» en el que participaron Karen Mills y Mercedes Delgado.

Karen Mills es Senior Fellow de la Harvard Business School, desarrolló su actividad hasta la llegada del presidente Trump en el equipo ejecutivo de la Casa Blanca, el conocido como Cabinet of the United States. Fue nominada por el presidente Barack Obama para liderar la U.S. Small Business Administration y confirmada por el Senado de los Estados Unidos por unanimidad. Es presidenta de MMP Group, vicepresidenta de Envoy, presidenta del Advisory Committee del Private Capital Research Institute, co-presidenta de la Bipartisan Policy Center‘s Main Street Finance Task Force y miembro del U.S. Securities and Exchange Commission‘s Small Business Capital Formation Advisory Committee, así como del Milken Institute‘s Fintech Advisory Committee. Es, además, miembro del Board of Directors del National Bureau of Economic Research y de la Harvard Corporation. Karen G. Mills es experta en competitividad, emprendimiento e innovación y una autoridad indiscutible en lo referente al papel de las pequeñas y medianas empresas en la economía actual, un conocimiento que ha vertido en diversas publicaciones, entre las que cabe destacar su último libro “Fintech, Small Business & the American Dream. How Technology Is Transforming Lending and Shaping a New Era of Small Business Opportunity”.

Mercedes Delgado es Associate Professor de estrategia e innovación en la Copenhagen Business School y Research Scientist en la MIT Innovation Initiative. En 2007 realizó un postdoctorado becado de estrategia y competitividad en Harvard Business School. Comenzó su trayectoria profesional como profesora asistente en Temple University. Después trabajó en MIT Sloan Scool of Management, de asociada en Harvard Business School, donde continúa. Asimismo, fue Directora de Investigación y Científica de innovación en el laboratorio MIT inovation initiative.

Resumen:

El 16 de abril de 2019 la Fundación Rafael del Pino organizó el diálogo online sobre “Fintech, pequeña y mediana empresa y la respuesta a la crisis del Covid-19. Retos, oportunidades y propuestas de acción”. En él participó Karen G. Mills, Senior Fellow en la Harvard Business School y responsable del área de pequeña y mediana empresa y emprendimiento del Gabinete del presidente Barack Obama, junto con Mercedes Delgado, Associate Professor de estrategia e innovación en la Copenhagen Business School y Research Scientist en la MIT Innovation Initiative, quien condujo el diálogo. Karen Mills señaló que nunca había visto momentos tan difíciles como los actuales para las pequeñas y medianas empresas. A causa de la crisis sanitaria que nos rodea, muchas empresas han tenido que cerrar. Sabemos que las pymes representan el 50%, el 70%, incluso el 80% del empleo en los distintos países del mundo. Como consecuencia, se han producido despidos para poder sobrevivir a esta situación. Las pymes tienen pocos amortiguadores económicos. En Estados Unidos, la mayoría de ellas tienen en sus cajas menos dinero del que necesitan para afrontar los gastos de un mes. España lleva más tiempo que Estados Unidos enfrentándose a la crisis y como las pequeñas empresas no tienen ingresos, carecen de liquidez. Cuando la pequeña empresa no tiene liquidez, se muere. Tiene que cerrar y, a lo mejor, este cierre va a ser permanente. Pero si las pequeñas empresas cierran, es muy difícil que la economía se reactive. Esto puede cambiar totalmente la naturaleza de la recuperación. Por tanto, tenemos que hacer rápidamente todo lo que esté en nuestra mano para ayudar a las pymes en estos momentos tan difíciles. A las pymes muchas veces no se les percibe como un agente importante de la economía. Ni siquiera aparecen en los modelos macroeconómicos. Estos modelos estudian la inversión, las grandes empresas, las políticas del gobierno. Las pymes. Esta crisis nos está obligando a todos a darnos cuenta de lo importantes que son, en parte por el efecto sobre el empleo. Para mucha gente, este es su mundo laboral. En Estados Unidos han tenido dificultades para entender la importancia de las pymes, porque ni siquiera se miden sus aportaciones a la economía. Pero ahora allí hay una cosa buena, que las medidas de alivio que se están adoptando empiezan a centrarse en las pymes. Todos los países tienen un universo distinto de pymes porque las pymes no son necesariamente iguales. Cuando la economía va bien, todo el mundo se centra en las pequeñas empresas que se comportan fantásticamente, pensando que van a ser el siguiente Google. Esto es magnífico porque esas empresas impulsan la innovación, impulsan la actividad económica y, en el futuro, podrían convertirse en gigantes. Pero la verdad es que hay muy pocas pymes de este tipo. Solo menos de un 1% de estas pymes consiguen las inversiones necesarias de capital riesgo. La mayoría de ellas, en cambio, son unipersonales, sin empleados, o son pequeñas empresas de barrio, como las tiendas, que forman parte de nuestra realidad. Estas son las empresas que se ven más afectadas por la crisis. Las empresas más expuestas al COVID-19 son las más pequeñas de todas. Lamentablemente, la banca y las instituciones financieras han desatendido a estas empresas. Ahora, todo es muy difícil para estas empresas porque no hay ningún gran inversor que quiera ayudarles. Además, muy pocas veces cuentan con apoyo bancario. Una cosa positiva en la formulación de la política para superar la crisis es que, en esta ocasión, no se han olvidado de las pymes y las medidas de alivio para ellas van a llegar a tiempo. Muchas de estas empresas viven al límite, son muy vulnerables. Estas próximas semanas van a ser definitivas para su supervivencia. Cada país ha formulado sus políticas en función de sus capacidades. Alemania, Dinamarca y otros países están planteando pagos directos a las empresas. Esto puede ser una idea brillante, pero otros países no pueden plantear estas medidas. Estados Unidos, por ejemplo, no puede porque no tiene un registro de estas pymes, de sus empleados, de los pagos que tienen que llevar a cabo. Así es que, si en Estados Unidos se pensara en ayudas como las de Alemania, no se podría hacer puesto que falta ese registro. Es una lástima no contar con este tipo de sistemas porque, en esta crisis, puede que sean los más efectivos. En Reino Unido y en otros países, las Fintech han sido una solución importantísima. Pueden proporcionar un punto de acceso a la financiación muy importante. Las Fintech, además, son muy ágiles. En Estados Unidos está se está trabajando con programadores para que las pymes puedan acceder a un portal y conseguir ayuda. En Estados Unidos, las Fintech han sido parte de la solución desde el principio. Cuando no hay muchos bancos, o cuando hay muchas personas que no cuentan con un banco que les atienda bien, las Fintech pueden ser una solución excelente. Los bancos pueden ver resultados importantes, después de los cambios que se avecinan, porque tienen relaciones sólidas con sus clientes. A media que adoptan la tecnología, pueden tener un cuadro de mando mejor sobre las pymes que les permita detectar y satisfacer las necesidades de las pymes. La parte negativa es que los bancos no son muy ágiles. Los sistemas tecnológicos de los bancos tienden a ser muy estables, rígidos, difíciles de cambiar. Estamos intentando cambiar esos sistemas en cuestión de días. Lo que vemos en la banca es que ha intentado luchar por crear la capacidad de distribuir nueva ayuda a pymes. Uno de los mayores activos de Estados Unidos es la red de bancos. Tenemos más de 5.000. Muchos de ellos son bancos estatales. También hay algunos bancos grandes importantísimos, que llevan tiempo incorporando esos conocimientos tecnológicos y hacen lo posible por conseguir unas buenas herramientas de Fintech. Quizá no apoyaron a las pymes con la rapidez con la que deberían haberlo hecho porque primero se dedicaron a atender a sus clientes. Pero han pasado los días y ahora sus sistemas están funcionando a pleno rendimiento. En este sentido, esta semana va a ser muy interesante, con la banca frente a las Fintech. Hemos visto que esos nuevos competidores de los bancos recibían autorización para conceder créditos directamente a las pymes. Esto es algo completamente nuevo porque, en el pasado, estos nuevos prestamistas no bancarios carecían de autorización por parte de las autoridades federales. Pero ahora tienen el plácet para llevar a cabo esta actividad. Quickbooks, por ejemplo, tiene un producto que se llama TurboTax, que es una aplicación que ayuda a cumplimentar los formularios fiscales. Intuit, la empresa propietaria, ha dedicado dos semanas y media a preparar un nuevo programa diseñado para que las pymes puedan completar las exigencias del programa PPP (Paycheck Protection Program), un programa de protección de pagos estadounidense muy generoso. Esto es lo que querían las pymes, porque la cantidad de papeleo es impresionante. A las pymes les resulta complicado saber qué formulario necesitan para poder acceder al programa, qué pasa si no tienen banco. Así es que vamos a ver más actividad por parte de la banca y de las Fintech. Las pymes van a ver que las Fintech les están facilitando mucho el acceso al programa PPP y van a pensar que pueden realizar sus gestiones bancarias con ellas. En estos momentos, hay un gran debate en el Congreso de Estados Unidos sobre esta segunda vía de financiación. En Estados Unidos piensan primero en ir al banco. Quienes tienden a acudir primero a la banca son negocios establecidos. Los negocios que pertenecen a mujeres o a minorías en cambio, suelen quedar desatendidos por los bancos. En Estados Unidos, cuando Jack Dorsey, el fundador de Twitter, lanzó el sistema de pagos Square, lo hizo porque vio que las pequeñas empresas no conseguían tarjetas de crédito. Hace diez años pensó que podría hacer que le fuera más viable a las pymes más pequeñas, más nuevas, las que son de inmigrantes, o a los vendedores ambulantes de comida o en mercadillos, tener acceso a las tarjetas de crédito. Así nació Square, que cuenta con millones de pequeñas empresas. Paypal, como red, tiene diez millones de pequeñas empresas. Es la tercera parte de los treinta millones de pymes en Estados Unidos. Así es que van a conseguir establecer estos vínculos con sistemas de pagos con muchas de las pequeñas empresas. Square empezó a prestar dinero. Prestaba una media de seis mil dólares, que es una cantidad muy pequeña. Un préstamo típico de un banco sería de 125.000 dólares. A los bancos no les interesan los préstamos de seis mil dólares. Por eso es bueno el permiso a Paypal, Intuit o Square por parte del regulador federal. Si queremos llegar a los más pequeños, a los más vulnerables, debemos plantear un camino que ya existe. Ya tienen Square, ya tienen la cuenta Paypal, que van a ser vías de acceso importantísimas. El regulador ha comprendido que es imprescindible que todos vayamos a una, que todo el mundo participe, si se quiere conseguir que todas estas partes importantes del mercado puedan acceder al dinero. Una de las víctimas de esta crisis va a ser los prestamistas Fintech que más se han sobre extendido, que han llegado a las empresas más vulnerables. Ha habido un periodo de mucho crecimiento. Eran mucho más agresivos que las opciones tradicionales. Estos prestamistas pueden ver tasas muy altas de morosidad. En todo el mundo vamos a perder muchas pymes vulnerables porque es un impacto demasiado grande. Espero que no sea así para todos, pero vamos a ver como algunas de las Fintech no lo consiguen, porque estos niveles de morosidad son excesivos para ellos. Los que son más sólidos en términos de estructura proporcionan sistemas para bancos. Ellos, quizá, se puedan aprovechar de este momento. Por ejemplo, Numerated, que es un software para pymes que se desarrolló dentro de un banco, Eastern Bank. Lo que hicieron fue invitar a un grupo de empresarios que les dijeron que crearan un producto automatizado para préstamos pequeños. Este banco no era muy moderno. Era un banco de doscientos años, con un entorno muy tradicional, pero creó esta Fintech. Numerated proporciona sistemas automatizados a pequeños bancos estatales para que puedan, a su vez, desarrollar otra tecnología. La Fintech iba bien, tenía cien o doscientos clientes, aunque era difícil conseguir que los bancos estatales se apuntaran. En dos semanas, sin embargo, consiguieron otros doscientos bancos porque esas entidades comprendieron que, en esta crisis, no podían cumplir con sus clientes. Sin esta tecnología, no podían. Por tanto, la consecuencia no buscada son unas reacciones muy positivas para unas Fintech y, a lo mejor, consiguen desarrollar sus negocios más rápidamente. Estados Unidos ha aprobado una ley autorizando tres billones para las pymes. Es muchísimo dinero. En 2009, la Administración Obama se enfrentó a una situación terrible. Se perdieron dos millones de puestos de trabajo. Ahora las cifras son mucho mayores. Entonces se tomaron medidas muy agresivas para cambiar la tendencia y el primer año se destinaron treinta mil millones de dólares a las pymes. Ahora nos estamos planteando 349.000 millones ¡en un mes! Lo que ha sucedido es que los redactores de la ley han pensado en ir con la red bancaria que ya tienen, en trabajar con los bancos que ya tienen licencia porque no quieren fraude, porque quieren trabajar muy rápidamente si quieren garantizar las ayudas, y luego harán llegar ese dinero por la vía bancaria. Pero no fue fácil porque las tuberías del sistema bancario no están diseñadas para estos volúmenes de dinero. Estos bancos no son tan flexibles, las reglas no estaban claras, en fin, hubo dificultades. Pero también hemos visto que algunos de las grandes Fintech reciben autorización de las autoridades federales para poder garantizar estos programas de préstamos protegidos que lo que haces es ayudar a las pymes con, por ejemplo, dos meses y medio de nóminas, o ciertos gastos fijos como el alquiler. Estos programas están diseñados para que el dinero llegue directamente a la pyme. Pero muchos negocios son demasiado pequeños y no trabajan con un banco. Por eso, la autorización a esas Fintech va a tener un efecto de mayor alcance y a mayor plazo. Todos van a comprender que ahora forman parte de la infraestructura y, por tanto, hay que replantearse la normativa que, hasta ahora, era lenta o se negaba a autorizar que los Fintech actuaran como prestamistas. Pero si cumplen de forma correcta, vamos a ver cómo ganan esa credibilidad ante el regulador y ante las pymes, que les van a confiar su negocio a futuro. Lo mismo vamos a ver en Europa como resultado de esta crisis. Kabets es una de las pequeñas Fintech más grandes. Tiene 250.000 clientes y ha podido desarrollar rápidamente múltiples programas. Una cosa muy buena que hizo fue crear un portal para pymes para ofrecer una tarjeta regalo, un bono. Lo que todo el mundo está intentando hacer hoy es colocar el dinero en manos de las pymes, así es que una forma de hacerlo es comprando una tarjeta regalo, un bono. Les damos dinero hoy y si, por ejemplo, es un restaurante, en septiembre u octubre vamos a cenar, cuando ese restaurante haya vuelto a abrir. Muchas pymes no tenían la capacidad de esas tarjetas, esos vales. Kabets lo preparó y lo lanzó en Facebook. Así es que las distintas Fintech hacen cosas distintas. Hay una Fintech que se llama Oculus. Su infraestructura permite leer documentación de forma automática. Ahora, muchos bancos están planteándose esa lectura con ayuda de las máquinas. Algo que vamos a ver que suceda cada vez más lo representa una empresa que se llama Alainable, que es una red de dueños de pymes que tiene cuatro millones y medio de miembros en Estados Unidos, que se han unido para ayudarse unos a otros, para aconsejarse los unos a los otros en estos tiempos de crisis. Por ejemplo, dicen cuáles son los bancos que ayudan, cuáles son los estados que tienen programas que se centran en las pymes, etc. Cuando en la recuperación las pymes empiecen a plantearse si pueden volver a abrir, estas empresas, estas plataformas, van a ver un influjo muy importante. Las pymes van a hablar unas con otras, van a compartir información como parte de una comunidad. La situación actual puede conseguir que se desbloquee la normativa, sobre todo en Estados Unidos. En el Reino Unido hemos visto que se planteaba de forma inmediata la legislación acerca de las Fintech, fomentando la innovación en la banca. Ahora eso les está sirviendo muy bien. En segundo lugar, vamos a ver que el aspecto relativo a los datos se valora más. En Dinamarca hay muchísima información acerca de las pymes. Poder contar con estos datos, poder utilizarlos, sería valiosísimo. Creo que vamos a plantearnos de otra forma cómo se recaban los datos en relación con las pymes para poder cuidar mejor de ellas. Los clientes van a ver que ha habido unas Fintech que les han atendido bien, se van a fiar de ellas, van a aceptarlas. Esto va a obligar a los bancos a innovar y a incorporar esta tecnología más rápidamente. Vamos a ver muchos cambios, a una velocidad vertiginosa. Por lo que se refiere a las empresas relacionadas con las cadenas de suministros, éstas son una parte importantísima de la economía. Las empresas pequeñas también son una parte importante de la cadena de suministros. Estos tipos de negocio necesitan otro tipo de ayuda, porque también se van a ver afectados. Tenemos que pagar a los proveedores rápidamente, porque estos negocios sufren muchas veces de falta de liquidez. Esto permite a estas empresas recuperarse más rápidamente. Pudieron pagar a sus empleados, a sus proveedores, y crecer. Es importante pagar inmediatamente a estas pequeñas empresas, porque son críticas para nuestros países. No podemos dejar que desaparezca su liquidez. El gobierno español debe ver cuáles son estas empresas y pagarlas más rápidamente. También habría que pensar en ayudas para que puedan garantizar el empleo. Hay que asegurarse de que estas empresas aguantan. Muchas de ellas nos permiten hablar por internet, otras financian la investigación en biotecnología. Son empresas críticas y en el futuro les va a resultar difícil conseguir ayuda de la banca porque muchas veces no tienen activos tangibles. Lo que tienen es capital humano y a los bancos no les gusta prestar en función del capital humano. Estas empresas necesitan saber que pueden mantener a sus empleados porque son su principal recurso. Así es que se necesita alguna ayuda para que los bancos sigan prestando a estas empresas. Eso sería algo que podría estudiar Madrid. Tenemos que reconocer que las pymes son esenciales, pero no son idénticas. Las que están en los barrios son una fuente increíble de empleo y son los cimientos de las comunidades. Si fracasan, va a ser muy difícil poder recuperarlas, que se reactive la economía. Necesitan políticas y fondos para que ese motor no se pare. Pero lo más importante es que el gobierno se plantee que las pymes son elementos muy importantes, que son críticas para nuestros países. Va a ser esencial ayudarles a superar la crisis.

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