7. El vehículo autónomo toma el control del volante

Los robotaxis ya han demostrado su viabilidad tecnológica y, como se ha dicho en el apartado anterior, se están implementando a gran escala en ciudades de Estados Unidos y China. Ambos países suman más de 30 urbes con pruebas, más que el resto del mundo unido.

Hoy en día, en la UE, sigue siendo necesario, no obstante, armonizar las pruebas y las políticas de vehículos autónomos para que no se detengan en las fronteras de los países. De hecho, la actual disparidad de normativas y los diferentes niveles de progreso plantean desafíos que exigen una armonización a nivel de toda la UE.

El pronóstico de Goldman Sachs Research indica una tasa de crecimiento anual compuesta del sector de alrededor del 90% entre 2025 y 2030. Delaney estima que los márgenes brutos para un operador de vehículos autónomos podrían alcanzar el 40-50% en los próximos tres a cinco años.

Las alianzas estratégicas entre las startups y las empresas de viajes compartidos, los gigantes del sector TIC, los grandes fabricantes y los principales usuarios, como los transportistas, serán cruciales para el desarrollo de vehículos autónomos. Es poco probable que los fabricantes de automóviles, en general, participen en un desarrollo integral del nuevo sector, ya que esto agotaría los recursos que necesitan con urgencia para la transición a sistemas de propulsión eléctricos

El transporte de mercancías se presenta como el ámbito más prometedor para la automatización. Las ventas de camiones autónomos podrían representar hasta el 30% de las ventas totales de camiones nuevos en EEUU en 2035. Este país está mejor posicionado para liderar su adopción, especialmente en las rutas de larga y media distancia, debido a sus ventajas en coste total de propiedad (TCO) y a la apremiante necesidad de abordar la escasez de conductores.

El desarrollo de las lanzaderas robóticas y los autobuses autónomos, que también ofrecía perspectivas muy alentadoras, se ha acabado atascando. Las primeras asomaron en su momento como la solución ideal para el transporte de última milla y más de 25 empresas llegaron a disputarse la primacía en el sector. Sin embargo, la financiación insuficiente está impidiendo a muchas compañías avanzar más allá de las pruebas a pequeña escala.

Como hemos comentado ya en el primer capítulo, a favor de la expansión de los vehículos autónomos juegan los buenos datos en cuanto a siniestralidad, que se cobra 1,2 millones de vidas en las carreteras. Se estima que cuando la tasa de penetración de mercado de los vehículos sea del 10%, estos pueden reducir los riesgos de accidentes y lesiones de vehículos en un 50%; cuando la tasa de penetración se mejora al 50%, los riesgos se pueden reducir en un 90%.

En cuanto a las tecnologías de reconocimiento del entorno, el radar está prácticamente ya a la par del LiDAR gracias a la mayor apertura del modelo más reciente, que también cuenta con ecolocalización y aplica el principio de medición del tiempo de vuelo, como hace el LiDAR. Con esto, crea imágenes de nube de puntos del entorno del vehículo.

Sin embargo, más allá de los riesgos físicos hay otro tipo de amenazas en el ámbito cibernético que pueden condicionar también la expansión de los vehículos autónomos.