
Las nuevas posibilidades de la IA intentan sacudir, no obstante, un entorno que avanza con una inercia muy rígida y difícil de redireccionar. Farmacéuticas e inversores privados operan muy lejos del desarrollo de nuevos antibióticos y la innovación se ha frenado durante las últimas cuatro décadas. Desde la década de 1980, no se comercializa ninguna nueva familia de antibióticos, pese a que los compuestos disponibles no dejan de perder eficacia debido a las bacterias resistentes a los antimicrobianos (RAM).
A mediados de 2025, solo 32 fármacos antimicrobianos se encontraban en desarrollo clínico, y de ellos, solo 12 podían considerarse innovadores según la OMS. El destino para la mayoría de ellos será el fracaso en las pruebas clínicas y la ausencia de aprobación regulatoria.
La inversión privada es escasa para el desarrollo de antimicrobianos por la disfuncionalidad del propio mercado, que hace que las empresas que han conseguido permisos para nuevos compuestos los últimos años se hayan tenido que declarar en quiebra casi a continuación. De hecho, las pequeñas empresas son responsables del 80% de las nuevas terapias con antibióticos propuestas, mientras que el 8% surge en institutos y universidades sin fines de lucro, y sólo el 12% se origina en grandes empresas.
Cada formulación necesita de media alrededor de 1.000 millones de dólares en desarrollo y recuperar esa inversión es extremadamente difícil para un tipo de medicamentos que, a diferencia de los que tratan las enfermedades crónicas de por vida, se usan durante un espacio corto de tiempo, el que dura la infección. En consecuencia, podría suceder que la IA genere una gran cantidad de candidatos terapéuticos prometedores, pero no haya financiación necesaria para que completen las pruebas clínicas y lleguen a los pacientes.
Se proyecta que la resistencia a los antimicrobianos provocará hasta 1,91 millones de muertes atribuibles y 8,22 millones de muertes asociadas en 2050. Sin más intervenciones, será poco probable lograr la reducción propuesta por la OMS del 10% en la mortalidad por RAM en 2030 y atender a los requerimientos del Parlamento Europeo, que en 2023 reconoció la RAM como una de las tres principales amenazas prioritarias para la salud en la UE.
Por el lado de la tecnología, la calidad de los datos, la interpretabilidad de los modelos y la implementación en el mundo real de los resultados que se obtienen de la computación siguen siendo los grandes desafíos pendientes. Y no se trata estrictamente de una cuestión de cantidad: los conjuntos de datos grandes pueden ayudar a entrenar un modelado avanzado, pero los conjuntos de datos más pequeños, bien anotados y precisos pueden ofrecer información más valiosa al evitar el ruido excesivo. Es necesaria la colaboración internacional para compartir información y conocimiento entre instituciones.
Como vía para facilitar una visión estratégica e integradora, algunos expertos abogan por un enfoque multidisciplinar que integre la IA con otras tecnologías emergentes, como la biología sintética y la nanomedicina para preservar la eficacia de los antibióticos en el futuro.


