El mundo de los robots

Los robots no reemplazarán a los humanos, son autónomos, pero nunca autosuficientes. Lo que sí evitan son trabajos y tareas tediosas y peligrosas, para aumentar la seguridad laboral y liberar nuestra creatividad.

Los robots, máquinas mecánicas que imitan el comportamiento humano, existen desde la antigua Grecia. Pero, gracias a los últimos avances en telecomunicaciones, reconocimiento de imágenes y aprendizaje automático, están mucho más cerca de revolucionar la industria 4.0 y los modelos de negocio. Aquí, repasamos algunas de las aplicaciones más interesantes de la robótica. Los robots no reemplazarán a los humanos, son autónomos, pero nunca autosuficientes. Por ello, reemplazarán trabajos y tareas tediosas y peligrosas, para aumentar la seguridad laboral y liberar nuestra creatividad.

En medicina, los robots también pueden contribuir a la investigación y la educación. Gracias a los avances en inteligencia artificial, se estima que podría acelerarse el proceso de descubrimiento, desarrollo, regulación, fabricación y distribución de nuevos fármacos. Además de las ventajas evidentes de poder contar con nuevos tratamientos más rápido, estos avances podrían reducir enormemente el coste de desarrollar medicamentos, que actualmente se estima en más de 350 millones de dólares. En educación, los robots facilitan el acceso a simulaciones y escenarios de entrenamiento similares a la vida real y, además, podrían crear exámenes personalizados basados en casos reales y actuales, ajustados a las necesidades de cada estudiante.

Más allá del mundo de la salud, los robots pronto transformarán nuestra industria, permitiéndonos avanzar hacia la industria 4.0, que aprovecha los últimos avances tecnológicos y conecta los dispositivos para crear fábricas inteligentes y autónomas. Una de las ventajas de los nuevos robots industriales es su capacidad de ver y evaluar el entorno, a través de las herramientas conocidas como machine vision, visión industrial. Gracias a nuevas cámaras avanzadas, capaces de detectar longitudes de onda más allá del espectro visible al ojo humano, los robots pueden interactuar con otros elementos a su alrededor, y tomar decisiones basadas en las señales recibidas. Con el crecimiento de los pequeños sensores y dispositivos interconectados del internet de las cosas, los robots podrán comunicarse y colaborar para crear industrias más eficientes y seguras. Entre otras aplicaciones futuristas, la multinacional Fanuc trabaja en el desarrollo de robots que pueden aprender de otros, así como enseñar a los recién llegados a la planta. Con los avances en inteligencia artificial y transmisión de datos, estas tecnologías crecerán un 175% en la próxima década, al mismo tiempo que se abaratan los costes de fabricación y se progresa en el desarrollo de chips y dispositivos electrónicos.

La adopción de robots y otras máquinas automáticas y automatizadas será un determinante directo del crecimiento global de la productividad y, además, tiene el potencial de adaptar las cadenas de suministro a las nuevas necesidades de un mundo globalizado. Al contrario de las creencias populares, la robotización de la industria no perjudicará al empleo. De hecho, los expertos estiman que mejorará las condiciones laborales, y permitirá desplazar muchas fábricas fuera de los países del sur global, para así descentralizar la producción, democratizar el acceso a nuevos productos y empujar el desarrollo económico a través de la innovación.

Robots fabricados con células

Los robots blandos también han adquirido un creciente protagonismo, debido a propiedades muy atractivas como su resiliencia, la autorreparación, e incluso la autorreplicación. En general, los robots blandos aportan unas propiedades y una versatilidad comparables a la naturaleza, gracias a los desarrollos en nuevos materiales y electrónica flexible.

Agencias espaciales como la NASA y la ESA han comenzado a mostrar interés en las tecnologías de enjambre, con actividades como el concurso Swarmathon y con investigaciones como la Demostración Edison de Smallsat Networks, que utiliza un enfoque distribuido para reducir drásticamente el coste de despliegue de satélites, sin sacrificar la funcionalidad. En la robótica de enjambres, el uso exclusivo del control descentralizado que se basa en la comunicación y la información locales proporciona la ventaja clave, en primer lugar, de la escalabilidad y, en segundo lugar, de la solidez. Pero el gran desafío que presentan las aplicaciones espaciales es la autonomía del sistema de enjambre, que no puede depender de una intervención constante de operadores humanos.

El mercado de robots de servicios profesionales, uno de los principales destinatarios de estas innovaciones, creció en 2020 un 12% y alcanzó los 6.700 millones de dólares. La pandemia global creó nuevas oportunidades y una demanda adicional para algunas aplicaciones, como la limpieza profesional, aunque uno de cada tres robots de servicios profesionales vendidos en 2020 siguió destinándose al transporte de mercancías. El 47% de los proveedores de robots de servicio se encuentran en Europa, el 27% en Norteamérica y el 25% en Asia. A nivel mundial, el 82% de las empresas del sector son pequeñas o medianas empresas con hasta 500 empleados.

Dos tendencias clave en el sector son el desarrollo interfaces de usuario que permitan una programación sencilla basada en iconos y el guiado manual de los robots, para lo que las empresas de robots y algunos proveedores externos están agrupando paquetes de hardware y software para facilitar la implementación; y la robótica de bajo coste, basada en programas estándar combinados con pinzas, sensores y controladores.

Los robots acelerarán la industria 4.0. Además, como llevarán a cabo trabajos y tareas tediosas y peligrosas, se espera que puedan aumentar la seguridad laboral y liberar nuestra creatividad. El crecimiento de los mercados parece apoyar una transición hacia una industria cada vez más digitalizada y robotizada. Los últimos avances en robots enjambre y los robots blandos permiten avanzar este campo hacia nuevos niveles, gracias a la capacidad de comunicarse y coordinarse para llevar a cabo tareas complejas, trabajando en equipo, a las interacciones más adaptables al comportamiento humano. En España, la demanda de robots creció con fuerza en 2021. Ahora, toca estar preparados para las próximas actualizaciones.

es_ES