En España falta una visión orquestada del ecosistema de innovación y una gobernanza que se aplique en la promoción de nuestras ventajas competitivas y que fomente la conexión entre sistemas de conocimiento. Esa gobernanza debe impulsar también un aggiornamento del entorno regulatorio, para que no se convierta en el lastre que frena la innovación en ámbitos que, en paradójica circunstancia, están directamente vinculados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que con tanto compromiso se promueven desde la propia Administración.
El sector turístico es uno de los pocos ejemplos de actuación coordinada en el desarrollo tecnológico de un área de actividad clave para nuestro país. No obstante, se enfrenta al desafío de incorporarse a la industria hotelera 4.0, un turismo de las cosas que aplica inteligencia a los sistemas físicos y fomenta la automatización de un número creciente de procesos de relación con los usuarios finales, cuyo objetivo es dejar atrás el turismo de masas y ofrecer experiencias a medida en paralelo a su transición hacia una experiencia viajera cada vez más sostenible. Sin sistemas interoperables e interconectados de compartición de datos, a través de plataformas digitales, se corre el riesgo de generar una brecha tecnológica entre las pymes y las grandes empresas turísticas, entre los nuevos actores y la parte más tradicional del sector. La llamada a la reacción alcanza a todos los sectores.
Destinos inteligentes
La primera ola de digitalización del sector turístico redujo los costes de viaje y vuelo de los usuarios, que podían buscar información y reservar online sin la necesidad de recurrir a intermediarios, y mejoró la rentabilidad de hoteles, agencias de viajes y operadores turísticos. El fenómeno de que ya se conoce como la industria hotelera 4.0 aprovecha la nueva batería de tecnologías y habilitadores de la revolución digital para proporcionar soluciones a los problemas relacionados con el turismo de masas, ofrecer experiencias a medida y comprometerse con la sostenibilidad. Ese nuevo turismo inteligente requiere, no obstante, un sistema interoperable e interconectado que ayude a compartir información y a proporcionar valor añadido a todas las partes interesadas del ecosistema, no únicamente a algunos de sus componentes por separado, a través de plataformas digitales. Ese es el desafío a afrontar para que no se abra una brecha tecnológica entre las pymes y las grandes empresas, entre los nuevos actores y la parte más tradicional del sector, como ha quedado plasmado en el “The Barcelona Call to Action” de la Organización Mundial de Turismo. En uno de sus puntos insta a “incentivar la digitalización del turismo, la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación y la implementación de esquemas de destinos inteligentes que generen valor y avancen en la sustentabilidad”.
Las experiencias turísticas están cambiando, gracias a la realidad virtual, la realidad aumentada y el internet de las cosas. En su condición de potencia turística mundial, como segundo mayor receptor de visitantes internacionales cada año, España ejerce también el liderazgo tecnológico en algunos ámbitos. En general, las diferentes tecnologías ofrecerán al turista experiencias personalizadas y más eficientes. La transformación digital del turismo cambiará nuestros viajes, en todas sus fases: desde la preparación, planificación y las reservas hasta la vuelta a casa.