Los acontecimientos extremos asociados al cambio climático están movilizando cada vez más recursos e innovación tecnológica. En el caso de los incendios forestales, el impacto en el ecosistema de flora y fauna, más allá de su recurrencia natural, necesaria para la propia diversidad del entorno, agrava los efectos derivados de la desertificación asociados a la subida de las temperaturas y a la sequía. Las grandes tecnologías de la revolución digital han sido convocadas para el diseño de estrategias de prevención, detección, extinción y reforestación.
Las soluciones de detección y prevención de incendios forestales pueden ser tan estratégicas como aquellas que concentran los mayores esfuerzos presupuestarios en la actualidad: las de extinción. Dominar las tecnologías de captación, comunicación y análisis inteligente de datos es tan importante como avanzar en desarrollos de nuevos materiales y técnicas para apagar el fuego, uno de los más devastadores efectos del cambio climático.
Herramientas indispensables
Desde la inteligencia artificial, a la supercomputación, los drones, la sensórica de última generación, la robótica o los sistemas de conectividad avanzada se han convertido en herramientas indispensables en la lucha contra el fuego. Sin embargo, hay aspectos que necesitan un impulso para incrementar la eficacia de la acción humana contra la cara más devastadora de la naturaleza.
Entre ellos, la disponibilidad de datos de calidad en tiempo real y una planificación más adecuada de las tareas de prevención, que todavía reciben un euro por cada seis que destinan los servicios públicos a extinción. Una mejor identificación de modelos de negocio incentivará también la innovación de base tecnológica a frenar los incendios.