La segunda revolución cuántica transformará la electrónica que hemos conocido en el último siglo e incorporará las posibilidades que abren las asombrosas propiedades de las partículas conocidas recientemente como el entrelazamiento y la superposición. Su impacto va mucho más allá de la informática y la computación y alcanza a los sistemas ópticos, a la transmisión de la información, a la precisión de los sensores y a la seguridad, con una previsible explosión de la fotónica. Eso convierte a este proceso de innovación en un punto de referencia tecnológico para multitud de sectores.
Las primeras manifestaciones del nuevo ciclo de las tecnologías cuánticas tendrán lugar en los ámbitos de la captación de datos, mediante una nueva sensórica de alta precisión, y de resolución de problemas hasta ahora imposible con los métodos de computación convencionales.
Soberanía y seguridad nacional
El dominio de este majestuoso nuevo mundo científico-tecnológico se configura como uno de los grandes desafíos en materia de soberanía y de seguridad nacional, porque abren la puerta a una nueva concepción de la electrónica y las telecomunicaciones de un orden completamente distinto al actual.
Sin embargo, quedan pendientes muchos aspectos para convertir todas estas previsiones en una realidad, desde la identificación de materiales al diseño de toda una nueva algoritmia o la construcción de los dispositivos físicos para la computación y el internet cuántico.
Es en ese espacio de indeterminación, que todavía se concentra fundamentalmente en el ámbito de la ciencia clásica, pero va teniendo sus primeras manifestaciones en el de la ingeniería, donde existe margen para el desarrollo de nuevas propuestas, la investigación y la configuración de un marco atractivo para posicionar a nuestro país como uno de los actores en un mundo por venir pendiente todavía de construcción.