
Los anticuerpos monoclonales (mAbs) son agentes terapéuticos prometedores para el tratamiento de los trastornos neurológicos, debido a su alta especificidad. No obstante su aplicación clínica se ve significativamente obstaculizada por su pobre transporte a través de la barrera hematoencefálica (BBB) y por su difícil difusión dentro del parénquima cerebral.
Investigadores del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) de la Universidad de Santiago de Compostela y del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), entre los que se encuentra la experta de la Cátedra Ciencia y Sociedad María José Alonso, han desarrollado y evaluado dos nanosistemas estructuralmente distintos para la administración de mAb al cerebro: nanocápsulas de ácido poliglutámico pegilado y nanoensamblajes basados.
Hasta ahora en el ámbito de la investigación sanitaria los esfuerzos se habían orientado fundamentalmente a superar la barrera hematoencefálica, mientras que el desafío de la difusión eficiente en el cerebro según siendo en gran medida poco explorado, según explican en su artículo, tiulado “Suministro de anticuerpos monoclonales al cerebro: el impacto de la estructura de nanotransportadores” y publicado en Drug Delivery and Translational Research.
Los investigadores del CiMUS y el IDIS han conseguido encapsular eficientemente el modelo mAb bevacizumab en los dos nanosistemas desarrollados, que exhibieron, a continuación, diferentes propiedades fisicoquímicas. Mientras las nanocápsulas de ácido poliglutámico pegilado mostraron un tamaño de 80 nm y un potencial zeta neutro, los nanoensamblajes basados en PGAC14 presentaron un tamaño ultrapequeño de 40 nm y una carga superficial negativa.
A la vista de esos resultados, y después de evaluar su capacidad de difusión mediante inmunofluorescencia, el equipo concluyó que los segundos resultaban ser más eficientes y mostraban, además, un perfil neuroinflamatorio favorable. Probablemente sea debido a su pequeño tamaño y carga negativa, junto con una capacidad selectiva para interactuar y administrar BVZ intracelularmente a las células neuronales tras la administración intraparenquimatosa.
En su conclusión, los autores sostienen que “estos hallazgos proporcionan información clave sobre la optimización del diseño de nanoportadores para mejorar la administración de mAb al cerebro”.


