Desde el internet de las cosas a la movilidad inteligente, desde la agricultura hasta la industria, desde el retail al turismo, una parte sustancial de los esfuerzos de transformación van en la línea de aprovechar las oportunidades que abre la digitalización de forma medioambientalmente sostenible, pero sin comprometer la viabilidad económica y el déficit público.
De ahí la importancia de implicar a las matemáticas en el modelado prospectivo de las decisiones políticas y empresariales relacionadas con la sostenibilidad. Las inundaciones fluviales son el riesgo climático generalizado más relevante desde el punto de vista económico en la UE durante las próximas dos décadas, según un análisis sobre los factores de riesgo físico llevado a cabo en 1,5 millones de empresas de la zona del euro que advierte de que hasta al 30% de las exposiciones corporativas bancarias pueden verse afectadas por la incapacidad para predecir fenómenos vinculados al clima y en medio ambiente. El sector asegurador no amortiguaría un shock sistémico de esa naturaleza porque solo el 35% de las pérdidas climáticas económicamente relevantes de media están actualmente aseguradas en la UE.
El reto es, de nuevo, asegurar mediante la tecnología que los datos son fiables y consiguen monitorizar adecuadamente el planeta en tiempo real, también desde el espacio, y a continuación utilizar herramientas de supercomputación aplicando matemáticas y algoritmia de última generación para tomar las decisiones más precisas.
Preservación de la vida y los ecosistemas
Además de mitigar los efectos de la crisis climática, los objetivos de desarrollo sostenible engloban otros muchos retos. Entre ellos están el cuidado de la vida submarina, así como la preservación de los ecosistemas terrestres. Las matemáticas contribuyen a estos dos objetivos en tanto en cuanto nos ayudan a comprender mejor el desarrollo y la evolución de los ecosistemas, así como las relaciones y conexiones entre las diferentes especies. Desde las primeras teorías enunciadas por Thomas Malthus y otros científicos a finales del XVIII, los investigadores han perfeccionado las ecuaciones y los modelos; actualmente existen sistemas ampliamente validados que permiten predecir tanto la supervivencia como la extinción de especies con gran precisión. Estos estudios engloban ecuaciones de sistemas complejos y probabilidad que, por un lado, permiten describir el comportamiento de las poblaciones y, por otro lado, facilitan la adopción de medidas correctoras en casos de amenaza.
Una de las líneas de investigación más interesantes es el modelo probabilístico para explicar la red de correlación del clima de la Tierra a escala planetaria propuesto por un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El nuevo método no se basa en la correlación, sino en la relevancia estadística de una conexión para explicar los datos con un modelo estadístico completo. De esta manera es posible describir, por ejemplo, la probabilidad de tener una temperatura determinada en cada lugar del planeta. En concreto, los investigadores han estudiado los efectos globales del fenómeno de El Niño, consistente en un calentamiento cíclico cada 3 o 7 años del océano Pacífico, que se refleja en el Índico con un sobrecalentamiento y un enfriamiento en Oceanía.