El papel de la química frente a la COVID-19, en su vertiente científica, industrial y farmacológica, centró la sesión virtual celebrada el pasado 6 de mayo. El webinar contó con la participación del catedrático Rafael del Pino, Javier García Martínez, quien también es catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Alicante y presidente electo de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC). Junto a él, particparon en la sesión Mª Eugenia Anta, directora de Tutela de Producto e Internacionalización de Feique; Javier Urzay, subdirector de Farmaindustria y Cristina González, directora de Innovación de Feique y secretaria técnica de SusChem España. El webinar ha sido organizado por la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), la Plataforma Tecnológica y de Innovación de Química Sostenible (SusChem España), Farmaindustria y ChemSpain, con la colaboración de Foro Química y Sociedad, Smart Chemistry y Expoquimia.
En el tiempo transcurrido desde que comenzó la crisis sanitaria, el sector químico se ha empleado a fondo, desde todas sus vertientes, en ofrecer respuestas: desde la perspectiva científica, desarrollando diferentes líneas de investigación para comprender mejor el comportamiento del virus SARS-CoV-2 e identificar sus puntos débiles para combatirlo. Paralelamente, desde su vocación industrial, incrementando la capacidad de sus cadenas de producción para garantizar el abastecimiento de productos y materiales indispensables para la salud y alimentación de las personas en esta crisis. Y, a su vez, desde su vertiente farmacológica, el sector químico está trabajando incansablemente en la búsqueda de vacunas así como de medicamentos y tratamientos para paliar su incidencia.
«Debemos estar preparados para futuras emergencias sanitarias similares»
Durante la sesión, Javier García Martínez, Catedrático de Química Inorgánica y director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular de la Universidad de Alicante, presidente de la Academia Joven de España y presidente electo de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) ha resaltado el papel fundamental que juega la química como primer muro de contención contra la enfermedad subrayando, a su vez, el “inmenso esfuerzo” que está realizando la industria para plantarle cara. La investigación ha hecho posible que se conozca mejor el origen natural del virus, que se le relacione con otros virus de la misma familia SARS que ya se conocen desde hace años y prevenir y preparar a la población, pues las epidemias por coronavirus, se sospecha, volverán a lo largo del siglo XXI: “sabemos que son pandemias recurrentes para las que tenemos que estar preparados y el sistema de salud deberá estar prevenido para este tipo de emergencias”, ha apuntado Javier García.
García Martínez, ha puesto de manifiesto, además, diferentes estudios actuales y ensayos clínicos, indispensables para conseguir un tratamiento efectivo en el combate contra el coronavirus, como el ensayo Solidarity de la Organización Mundial de la Salud, en el que participa, con un papel absolutamente esencial, la industria farmaquímica para encontrar, tanto tratamientos efectivos, como la futura vacuna.
El sector readapta líneas de negocio para responder a la demanda de productos esenciales
Por su parte, María Eugenia Anta, directora de Tutela de Producto, Internacionalización y Comercio de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), ha destacado cómo el sector químico español se ha volcado en reforzar y priorizar determinados sistemas y planes de producción y ha readaptado sus líneas de negocio para dar respuesta a la elevada demanda de materiales y productos esenciales para la salud, que van desde los gases medicinales como el oxígeno, a los productos farmacéuticos, antisépticos o productos biocidas para la potabilización del agua, como el cloro; para la desinfección y limpieza, como lejía o agua oxigenada; o ha generado las materias plásticas necesarias para fabricar jeringuillas, bolsas de suero, respiradores o productos quirúrgicos, para el envase de alimentos o polímeros y fibras sintéticas para la fabricación de EPIs, entre otros muchos productos químicos de gran relevancia en esta crisis.
Anta ha remarcado que “muchas empresas han reorientado sus procesos de producción para responder con eficacia al abastecimiento de productos altamente demandados en estos momentos”, poniendo como ejemplo los hidrogeles o componentes para los mismos, materiales para la fabricación de respiradores o de EPIs que, en muchos casos, han sido donados de manera altruista y que han llegado a los principales centros sanitarios que así lo requerían.
La farmaquímica avanza en la investigación para hallar una respuesta terapéutica
Por su parte, Javier Urzay, subdirector General de Farmaindustria, ha destacado cómo la industria farmaquímica está avanzando y colaborando a escala mundial en la investigación y hallazgo de una respuesta terapéutica frente al coronavirus COVID-19: “están ahora mismo en fase de desarrollo numerosos medicamentos para el tratamiento de la COVID-19 y hasta 20 vacunas en todo el mundo”.
Urzay ha puesto de manifiesto el desafío que supone buscar a contrarreloj una vacuna efectiva frente al coronavirus subrayando que se han aprendido dos enseñanzas fundamentales durante esta crisis: “en primer lugar, que tenemos que cuidar el sistema sanitario como activo fundamental del país y elemento de cohesión social y territorial absolutamente crítico, con un enorme valor económico”; y, la segunda enseñanza, que es necesario cuidar a las industrias estratégicas: “todo el sector químico y dentro de él, el farmacéutico, forman parte de estas industrias que el país debe mantener y potenciar”, ya que sobre estos sectores “recae la responsabilidad última de dar una salida a la crisis y están totalmente volcados en desarrollar, producir, comercializar y hacer accesibles los tratamientos”.
El sector farmacológico se ha enfrentado a un gran reto: mantener el suministro de medicamentos, críticos para la lucha con el COVID-19, y volcarse de pleno en la investigación, absolutamente necesaria para encontrar tratamientos y vacunas. Urzay ha destacado el papel de España en ensayos clínicos, “ámbito en el que (España) destaca a nivel mundial, casi después de Estados Unidos en algunos casos, incluso por delante de Alemania, Francia y el Reino Unido”.
En España existen en la actualidad 56 ensayos clínicos para el COVID-19 con 324 participaciones de centros hospitalarios y 67 estudios observacionales en marcha, con el objetivo de reclutar a 28.000 pacientes. “El objetivo es que todos los tratamientos sean observados para extraer la información científica útil para la práctica clínica y que estos avances se puedan trasladar rápidamente a los pacientes”. En cuanto a las vacunas, hay más de 80 proyectos a nivel mundial y 8 que ya han entrado en clínica, algo extraordinario, teniendo en cuenta que se están realizando en los últimos cuatro meses.