La Fundación Rafael del Pino organizó, el 8 de abril de 2019, la Conferencia de Mario Alonso Puig con el título “Tus tres superpoderes para lograr una vida más sana próspera y feliz” con motivo de la presentación de su libro de igual título editado por la editorial Espasa.
Mario Alonso Puig es médico, especialista en cirugía general y digestiva. El doctor Alonso Puig se ha formado, entre otros lugares, en la Universidad de Harvard en Boston, en el IMD de Lausana y en el Instituto Tavistock de Londres. Ha dedicado gran parte de su vida a investigar cómo aflorar el potencial humano, especialmente en momentos de desafío, incertidumbre y cambio. Fue nombrado en 2011 miembro del Leadership Council del World Economic Forum (Davos) y ha sido invitado a hablar sobre el liderazgo, la motivación, la creatividad, el espíritu emprendedor y la felicidad en instituciones como el IE Business School de Madrid, el Global Leadership Center de Insead en París, la Universidad Pitágoras de Brasil, la Universidad CEIBS de Shanghái, la Cámara de Comercio Europea de China, el IGMP de Corea, la Universidad Globis de Tokio y la Ciudad de las Ideas de México. Asimismo, ha participado como ponente en «El ser creativo», en el II Congreso Internacional de la Felicidad, en ExpoManagement y en el Foro Mundial de Creatividad e Innovación. En 2012 recibió el premio al mejor comunicador en salud por la ASEDEF y actualmente colabora con distintos programas y medios.
Resumen:
El lunes 8 de abril tuvo lugar en la Fundación Rafael del Pino la conferencia de Mario Alonso Puig titulada “Tus tres superpoderes para lograr una vida próspera y feliz”, con motivo de la presentación de su nuevo libro, que lleva el mismo título. Mario Alonso Puig, fellow en cirugía por la Harvard University Medical School y presidente del IE University Center for Health, inició su intervención preguntándose cuál es el mejor tipo de vida que podemos llegar a experimentar. De esa pregunta nació su nuevo libro, que busca ayudar a que una persona experimente en esta vida una mejora en su nivel de salud física y mental, de prosperidad, de bienestar y de felicidad. Para experimentar esa vivencia profunda de mejora es preciso contar con una serie de referencias que tengan sentido en nuestra vida. Pero también es importante pensar en los demás, abriendo la mente y el corazón. Este camino es como avanzar a través de una cordillera, aunque queramos seguir creyendo que el camino es fácil. Por el contrario, vamos avanzando poco a poco, con altibajos, hasta que algo estalla, bulle con intensidad y nos permite alcanzar nuestra plenitud. Este es un camino que está basado en principios y valores. Esos principios, sin embargo, son contraintuitivos. Y la principal dificultad es la resistencia que presentamos a algo ante lo que la razón nos dice que no tiene sentido, aunque lo tiene. Por eso, los principios son contraintuitivos. Hay un camino para cerrar la brecha entre quienes estamos siendo y quienes estamos llamados a ser. Esa brecha procede de nuestra visión limitada de las cosas, de nuestra obsesión por tener siempre la razón, de la desconexión de nuestro cuerpo con la naturaleza, de la falta de control sobre nuestra mente, del alejamiento de nuestra propia esencia. Cuando no cuidamos estas cosas, la salud, la prosperidad, el bienestar, las relaciones humanas se ven afectadas. Para hacer desaparecer esa brecha necesitamos inspiración, tener un qué y un porqué que conmueva a la persona. Por eso, hay que ver cosas que nos inspiren, acercarnos a personas que nos inspiren. Cuando falta una estrategia, la persona sale corriendo como una moto. Por eso, necesitamos encauzar la inspiración con una estrategia que funcione, una estrategia que se basa en la disciplina, el esfuerzo, la dedicación. Los tres superpoderes proceden de tres dimensiones. La primera es el superpoder de la cabeza. La dimensión física es el encéfalo, en el que tiene lugar todo el mundo afectivo del ser humano. Es la sede de las pasiones, de las ganas de hacer las cosas. Necesitamos una estructura encefálica que encauce esa pasión. También nos hace falta el superpoder de las manos, que está en el tronco cerebral. Cuando se tiene una estrategia, pero no se sabe por dónde empezar, hay que actuar como una linterna y empezar a buscar oportunidades. Después está el superpoder del corazón, que es el cerebro emocional. Es el que nos ayuda a averiguar qué es lo que queremos realmente. Pero hay que ponerse a trabajar ese cerebro de una forma nueva. Para ello, hay que tener en cuenta que el encéfalo siempre se activa en todas sus partes cuando hacemos algo. Lo que ha que conseguir es que esas partes jueguen como un equipo bien coordinado. La salud es fundamental. Cuando hablamos de salud, hablamos del cuerpo. Por eso hay que cuidar lo que comemos y cambiar nuestros hábitos, porque vivimos en un mundo en el que los estados prediabéticos no paran de crecer. Eso afecta, por ejemplo, a las posibilidades de padecer alzhéimer. El ejercicio físico, por su parte, aumenta el nivel de tres sustancias fundamentales para el cerebro. Este puede ser estimulado con la nutrición. En estados de ansiedad y de depresión se aprecia una inflamación del cerebro. Esa inflamación puede reducirse mediante la ingesta de nueces o de pescado azul. El ejercicio físico aumenta el tamaño del hipocampo, que es clave para aprender, para negociar, para relacionar cosas. También reduce el volumen de la amígdala, que es el centro que reacciona con ira o con miedo. Cuando una persona experimenta estos beneficios, nadie tiene que volver a decírselo. España es uno de los países con mejor calidad de vida. Esto se debe a la dieta mediterránea. En este sentido, es recomendable reducir drásticamente el consumo de azúcar, no solo el del café, porque hay mucho más azúcar si cabe en los alimentos procesados. Esta es una cuestión de resistencia a la insulina. Cuando una persona hace ejercicio, la grasa intraabdominal se libera y la consume el músculo. Es un protector enorme frente a los factores inflamatorios. En cuanto al sueño, dormir es más importante que comer. El sueño impide que se formen tumores. Desde esta perspectiva, es un error estar ante la pantalla del ordenador, del móvil o de la tablet a partir de las nueve de la noche. Para dormir bien, también es recomendable tomar el sol, caminar por la acera soleada. El bienestar tiene que ver con la percepción y con la mente. Para Mario Alonso Puig, no hay un solo tonto en el planeta. Lo que hay son estados mentales en los que es imposible ser inteligente. Si una persona se siente en peligro, se siente juzgada, desarrolla mecanismos de ataque y defensa, que llevan la sangre a los músculos y, por tanto, no va a la cabeza. Cuando una persona está quemada, se siente agotada, apática. Para superar todo esto, hay una estrategia que funciona si se aplica. Se trata de pasar a la zona de renovación y luego de máximo rendimiento. La felicidad no tiene que ver con el tener, tiene que ver con el ser. Es un puente a la trascendencia. Esta felicidad se trabaja con cordialidad, empatía y compasión. También con aceptación, lo que implica saber desprendernos de las cosas; disfrutarlas, pero no apegarnos a ellas; entender que el cambio es la ley que impera en la naturaleza y, por tanto, no resistirnos. La conexión con la naturaleza también es importante. Nos ‘pasa’ algo cuando damos un paseo por el bosque. Con la gratitud sucede algo parecido: el cuerpo funciona mejor cuando se practica. Gratitud es encontrar algo por lo que dar las gracias, en vez de dar las cosas por sentadas. El silencio es importante porque aporta apertura, transcendencia, propósito. Por eso es importante volver a momentos de recogimiento, de serenidad, de silencio.
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