Conferencia Magistral presencial de Richard Shearmur

Innovación urbana: concepto, relevancia e impacto más allá del ámbito local

La Fundación Rafael del Pino y la Asociación Española de Ciencia Regional organizaron el 18 de octubre de 2022 la Conferencia Magistral «Innovación urbana: concepto, relevancia e impacto más allá del ámbito local» que impartió Richard Shearmur, Catedrático y Director del School of Urban Planning de la Universidad de McGill.

Richard Shearmur es un geógrafo económico y máster en planificación urbanística, lo que quiere decir que intenta relacionar las actividades económicas con el lugar en el que se desarrollan. También trata de vincular los factores que inciden en el urbanismo. Dirige la School of Urban Planning de la McGill University, en Montreal. Viene directamente desde Canadá. Sus investigaciones principales se centran en la geografía de la innovación, en determinar cuáles son los contextos inherentes a la innovación en las empresas y municipios. También analiza las geografías cambiantes de las actividades económicas en áreas metropolitanas de Canadá y Europa, además de los factores del desarrollo urbano y sus políticas. Es Catedrático y Director del School of Urban Planning de la Universidad de McGill, miembro de la Ordre des Urbanistes du Quebec y del Canadian Institut of Planners.

Resumen:

La Fundación Rafael del Pino y la Asociación Española de Ciencia Regional organizaron el 18 de octubre de 2022 la conferencia magistral “Innovación urbana: concepto, relevancia e impacto más allá del ámbito local”, que impartió Richard Shearmur, catedrático y director del School of Urban Planning de la Universidad de McGill.

¿Hasta qué punto la innovación de los municipios se parece a la del sector privado, sobre todo a la de las pymes? Uno de los rasgos característicos de las pymes es que tienen una sede fija y que son pequeñas en relación con el entorno en el que operan. La mayoría de los municipios también son pequeños. En Quebec hay más de mil municipios y solo treinta tienen superiores a 30.000 personas. La mayoría, sin embargo, son pequeños y están emplazados en un lugar, como las pymes. Los barrios y distritos dentro de las ciudades también son pequeños y pueden influir en el entorno.

Se piensa que los municipios son lentos e ineficientes. Esa reacción negativa frente a los municipios se debe, en parte, a la experiencia. Las personas son conscientes de los bloqueos, de los retrasos, del papeleo. Pero esa visión negativa también se ve impulsada por otras ideas. Se ha hablado mucho en los últimos años de la necesidad de tener negocios más ligeros, de que los negocios prosperan con menos burocracia, con menos papeleo. En el sector inmobiliario, por ejemplo, mucha gente esta harta de todas las trabas existentes antes de poder empezar a construir. Pero esto está cambiando. En los últimos años se ha escrito mucho, en parte en el mundo académico, en parte en las consultoras. Los gobiernos tienen que ser más intuitivos y reaccionar ante las nuevas tecnologías, así que los consultores empiezan a apreciar que los gobiernos tienen que participar en el cambio que está teniendo lugar. Mariana Mazzucato es la primera persona que recalca el hecho de que los gobiernos pueden ser muy importantes, cómo conseguir un estado emprendedor porque la innovación necesita la burocracia. El Banco Mundial habla acerca de cómo mejorar los resultados del sector público gracias a la coordinación.

Ahora están cambiando las cosas por varias razones. Ha habido una serie de oscilaciones en los últimos años. Las puntocom, la recesión terrible de 2008. La reacción del gobierno ha sido importante para estabilizar la economía durante el Covid. El enfoque de impuestos bajos, gobierno reducido y normativa mínima no ha deparado ningún éxito en estos casos. Nadie pide un entorno distinto, pero hay limites a la reducción de impuestos y de la normativa. En estos momentos, por tanto, se está evaluando el papel de los gobiernos en relación con la innovación.

Los municipios no están incluidos en esta visión, así es que ¿los municipios innovan o no? Y si innovan, ¿hasta qué punto esta innovación es distinta de la del sector privado? Esta cuestión es importante si queremos entender cómo funcionan los municipios.

Trois-Rivières es un municipio de Quebec, de unos cien mil habitantes, que, en 2009, se fusionó con un municipio cercano. Los dos municipios tenían sistemas informáticos distintos, así es que contrataron a dos expertos informáticos que hicieron todo lo posible por fusionarlos. En 2011, estos informáticos escucharon que había problemas con la gestión de las nevadas porque no se limpiaba la nieve, no había camiones para cargarla. Uno de los ingenieros se planteó resolverlo. Los dos fueron a hablar con sus jefes para exponerles su idea, que consistía en programar las máquinas quitanieves para retirar la nieve de forma automática. Fueron a la tienda, compraron GPSs y los instalaron en las máquinas. Con ello, empezaron a organizar la retirada de la nieve de manera más sistemática. El resultado ha sido una reducción de costes del 50% y se contamina menos. ¿Qué pasaría si todos los municipios se plantearan esta estrategia?

Vemos también Boisbriand, de unas diez mil personas, que está a las afueras. Las viviendas están cerca de la carretera. ¿Qué hacer para reducir el ruido ambiental? Hay muchos ejemplos en Europa de utilización de árboles y plantas con este fin. El problema en Quebec es el clima, que pasa de -30º a 35º en verano. También hay mucha sal. En invierno hace falta mucha sal para fundir la nieve. Así es que no encontraban las plantas idóneas para protegerse del ruido. Fueron a la universidad más cercana y empezaron a experimentar con plantas. Les arrojaban sal para ver cómo crecían, identificaran tipos de plantas que permitieran corregir el problema y las plantaron. Esto es muy parecido a la innovación empresarial. Hay un problema, investigas, ves cuáles son las soluciones, las pones a prueba y cuando se encuentra una solución válida se pone en marcha.

La Zambonis es una máquina que hace un hielo muy bonito para las pistas de hielo. El agua se congela perfectamente, se refleja y la pista queda que da gusto. Entonces se colocan las placas para proteger a los espectadores. Antes, esto se hacía de forma manual. Ahora se coloca una grúa en la Zambonis, que se va desplazando por el hielo y va colocando las protecciones. Es una innovación aparentemente pequeña, pero esto es lo que hacen las pymes, innovar pasito a pasito. Para ser competitivas tienen que innovar de muchas formas distintas. Si quien introdujo esa innovación en la Zambonis fuera una pyme, lo podría vender a los distintos municipios.

Saint-Hyacinthe es un municipio de unas cincuenta mil personas. Fueron los primeros en introducir en Canadá una central de biometano. Todo empezó con un ingeniero municipal que dijo que había que hacer algo, porque estaban rodeados de actividades agrícolas que generaban muchos desperdicios y había que hacer algo con ellos. El ingeniero dijo que en Europa se utilizaban los desperdicios para producir biometano, así es que el municipio le pagó el viaje a Europa para que viera lo que hacían allí, volvió a casa y empezó a trabajar con otros ingenieros para ver cuál era la solución óptima. El proyecto costaba unos cincuenta millones de dólares, así es que buscaron financiación a todos los niveles, negociaron un contrato con el sector privado, proveedores de gas para vender los excedentes y transformaron los edificios para que pudieran calentarse con ese biometano. Ahora recoge los desperdicios de más de veinte municipios.

Estos casos nos convencen de que los municipios pueden innovar. Cuando hablamos de ciudades inteligentes, son innovaciones que realizan empresas privadas. En los casos anteriores, son innovaciones en las que participan los municipios con su personal. Es innovación que viene de dentro del municipio, no es el municipio que aprende una tecnología que viene de fuera.

¿En qué áreas innovan los municipios? Pues depende de cuáles sean sus competencias. En la provincia de Quebec, las carreteras son, fundamentalmente, competencias de los municipios. Ahí hay muchas posibilidades para que los municipios encuentren nuevas posibilidades para pavimentarlas, retirar la nieve, etc. También en bibliotecas, donde pueden buscar nuevas formas para atraer a los niños. O en recogida y tratamiento de residuos, agua potable, policía municipal, bomberos, planificación urbana, parques, tráfico, … ¿Por qué no pensar que están haciendo nuevas cosas en la gestión de estas competencias?

Los municipios, sin embargo, no son empresas privadas. ¿Hasta qué punto es innovación y hasta qué punto no lo es? Estamos hablando de pymes. Los municipios innovan de esa forma, sin ánimo de lucro. ¿Quién es el empresario en el municipio? ¿Dónde está el riesgo? El municipio tiene un mercado cautivo, pero también tiene una responsabilidad para con los ciudadanos. Ahí están las externalidades y el desafío de la propiedad intelectual porque no va a haber patente. El innovador vende en el mercado. Si no, es un invento que no va a ninguna parte.

En los municipios no hay ánimo de lucro, ni la innovación se produce en un entorno competitivo, pero resuelven problemas. No buscan nuevos mercados, pero se encuentran con muchos problemas, como que lleguen los libros a las bibliotecas, o eliminar la nieve de las carreteras, o gestionar los residuos. Así es que un incentivo para la innovación municipal es la resolución de problemas. Las pymes patentan las innovaciones, pero los municipios no.

Los municipios también innovan porque quieren reducir costes, mejorar los servicios y el bienestar de los ciudadanos, los procesos de consulta y participación ciudadana, el medio ambiente. La motivación del servicio público es la resolución de problemas, en torno a la cual gira todo. Los innovadores municipales no ganan dinero con sus innovaciones, pero todos están muy orgullosos de haber resuelto un problema y están aumentando el bien público.

¿Quiénes son estos empresarios? Con frecuencia, son empleados y gestores de departamentos y de servicios, las personas que van a apagar los incendios, a llevar los libros a los niños, etc. Se les ocurre una idea y tienen que conseguir los recursos para hacer algo con esa idea. Pocas veces son los políticos, pero desempeñan un papel importante porque pueden crear y mantener una cultura organizacional que pueda acoger esos experimentos.

¿Dónde está el riesgo? Al igual que en el sector privado, el principal riesgo es el reputacional. La organización tiene una reputación que defender, como los empresarios. Los empleados están utilizando tiempo y recursos del municipio, sus jefes a menudo los han defendido frente a la jerarquía y si su idea no funciona, pierden reputación.

En el ámbito municipal es muy difícil fallar por las normas contables. Cuando un municipio no puede explicar dónde ha ido el dinero, se le acusa de corrupto e ineficiente. En una empresa sería una empresa innovadora. Por eso necesitamos políticos más fuertes y más firmes, que generen el espacio para que los municipios puedan innovar.

Los municipios son responsables ante los ciudadanos. Las empresas lo son ante sus clientes, que pueden elegir si comprar o no un producto innovador o no. Si se trata de un municipio, tiene una responsabilidad ante todos los residentes, que no tienen elección. Esta diferencia tiene dos consecuencias: los residentes no pueden elegir y el municipio tiene que tener mucho cuidado con lo que decide innovar.

Esto lleva al siguiente punto sobre externalidades e innovación. El municipio no puede decir que su innovación es muy buena para quitar la nieve, pero estropea las carreteras, porque también es responsable de las carreteras. Así es que no se pueden cargar a la sociedad los impactos negativos de una innovación. El municipio tiene que pensar en el entorno, el medio ambiente, los costes sociales de la innovación, la aceptabilidad social de la innovación. El municipio tiene que equilibrar las externalidades y la innovación mucho más que el sector privado. Por eso innova más lentamente que una empresa privada, porque tiene que tener en cuenta esos elementos y contar con el apoyo de los ciudadanos porque, si no, perdería su apoyo en las siguientes elecciones.

Luego está la cuestión de la propiedad intelectual. En la era de las ciudades inteligentes, muchas innovaciones son público privadas. Esto puede causar problemas. Las ciudades no son propietarias de la propiedad intelectual, no tienen control sobre los datos, están vinculadas a monopolios tecnológicos y no desarrollan capacidad interna de innovación. Por tanto, la creación de capacidad de innovación en un municipio es muy importante. A corto plazo, es más fácil subcontratar las innovaciones, pero si lo hacen siempre, los municipios no van a tener conocimientos internos y expertos que lleven a la innovación. Necesita esos expertos para valorar las soluciones técnicas externas y adaptarlas. A menudo no hay una solución sencilla. Cada municipio tiene sus particularidades y, a menudo, hay que hacer adaptaciones a esas particularidades.

¿Se puede evaluar la innovación municipal? ¿Hasta qué punto es nuevo? No hay una forma sencilla de medirlo, no sabemos si un municipio de otra parte del mundo ha introducido esa innovación. Pero, a menudo, el municipio puede copiar. Lo que sí se puede evaluar es si la innovación es nueva dentro de un grupo de municipios de una provincia. Pero, incluso, si no lo es, ¿eso es un problema? Al final, el mercado de un municipio son sus propios ciudadanos. Por tanto, el criterio es si los ciudadanos creen que el municipio ha tenido éxito.

Una cosa muy importante con los municipios es que hay muchas redes y mucho intercambio de ideas entre ellos. Se copian unos a otros, mejoran las ideas, hay una innovación continua que tiene mucho más impacto que los ejemplos anteriores. Pueden ser un ejemplo para otros municipios, para otros niveles de gobierno. Pueden ser un ejemplo para los ciudadanos.

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