Conferencia Magistral Raquel Ortega-Argilés

El impacto económico del Brexit en las regiones europeas

La Fundación Rafael del Pino organizó, el 19 de noviembre de 2019 a las 19 horas la Conferencia Magistral «El impacto económico del Brexit en las regiones europeas» que impartió Raquel Ortega-Argilés

Raquel Ortega-Argilés ocupa la cátedra de Desarrollo Económico Regional en el departamento de Estrategia y Negocios Internacionales y el instituto de investigación City-REDI en Birmingham Business School, Universidad de Birmingham, Reino Unido. Su trabajo de investigación actual se centra en la productividad, la innovación, el desarrollo regional, las PYME, el espíritu empresarial y la dinámica industrial y en la política regional y europea.

Resumen:

El 19 de noviembre de 2019 tuvo lugar, en la Fundación Rafael del Pino, la conferencia de Raquel Ortega-Arguilés, catedrática de Desarrollo Económico Eegional de la Birmingham Business School, sobre “El impacto económico del Brexit en las regiones europeas”. Según explicó la profesora Ortega-Arguilés, para medir el impacto del Brexit sobre las regiones europeas se han analizado las bases de datos de comercio internacional y de competitividad de los países y regiones. El análisis se centra en tres focos: las relaciones comerciales, incluyendo los efectos de las cadenas globales de valor; los efectos sobre la competitividad y los cambios y ajustes en la gobernanza. Se trata, con todo ello, de estimar el impacto sobre el PIB regional, las rentas del trabajo y los diferentes sectores, siempre a nivel regional. También se analiza el efecto de los aranceles que se impongan, según el acuerdo que se firme, sobre la competitividad de las diferentes regiones británicas y europeas, así como los diferentes sectores. Por último, el análisis se centra en la resiliencia que van a tener los sectores y las regiones, en qué nivel están preparados para el Brexit. Lo primero que se aprecia es que las regiones británicas que votaron a favor del Brexit son las que tienen mayor dependencia comercial de Europa. Además, se observa también que los mayores porcentajes de voto a favor del Brexit se produjeron en las regiones con mayor dependencia económica de las relaciones con Europa. En cambio, la región de Londres fue la que registró el menor porcentaje de voto favorable a la salida de la UE y se trata de la región menos dependiente de la UE porque su economía es la más diversificada de entre todas las regiones del Reino Unido. El valor añadido de las exportaciones de manufacturas del Reino Unido a Europa es igual, en porcentaje del PIB, a las exportaciones de servicios. Este hecho desmonta la idea subyacente en la propuesta de acuerdo de Theresa May, que protegía más a las manufacturas que a los servicios porque creía que eran más importantes para el Reino Unido. Hoy en día estamos más cercanos a un Brexit duro, porque el pacto parece que no va a llegar nunca. La razón es que el pacto que proponía Theresa May era menos duro que él que propone ahora Boris Johnson, que es más cercano a un Brexit duro. De acuerdo con los datos, en el Reino Unido, entre el 10% y el 17% del PIB regional se ve expuesto a un Brexit duro, dependiendo de la región. Ese porcentaje, en Irlanda, es del 10%. En Alemania va del 4,5% al 6,4%. En Holanda, del 3,5% al 5%. En Bélgica, del 2,8% al 4%. En Francia, del 1,8% al 2,7%. Y en España, Italia y Grecia está por debajo del 1% del PIB regional. En conjunto, el riesgo de exposición al Brexit para el total del Reino Unido es del 12,2% del PIB nacional, mientras que para la Unión Europea es del 2,64%. Por último, el riesgo de exposición a un Brexit duro en el Reino Unido es 4,6 veces mayor que para la Unión Europea. En el caso del Reino Unido, las regiones más diversificadas, como Londres o Escocia, son las más resilientes al Brexit, mientras que las que tienen una estructura comercial más parecida a Europa, como la región de las West Midlands, están mucho más expuestas al Brexit. La razón es que su estructura productiva está basada en manufacturas, automóvil, maquinaria, es muy parecida a Alemania, lo que hace que haya muchos más productos expuestos al Brexit. Como se aprecia, los sectores más afectados son los de la industria primaria y la industria manufacturera. Pero los servicios también se ven afectados porque muchos de ellos están relacionados con la cadena de valor del producto y con industrias que comercian mucho con Europa, por ejemplo, los servicios profesionales. Para las regiones españolas es el efecto es mayor en aquellas en las que hay industrias primarias, pero también en las que la industria manufacturera supone entre el 1% y el 2% de su PIB. Como conclusión de esta parte, las regiones más débiles están más expuestas al Brexit que las más prósperas. En consecuencia, el Brexit incrementará las desigualdades dentro del Reino Unido, porque tiene una región muy próspera, Londres, a la que el Brexit le afectará menos, y todas las demás regiones, para las cuales el impacto será mucho mayor. Esto es muy preocupante porque el Reino Unido está en el top de la desigualdad en el mundo. El Brexit tiene impacto en la industria, pero también en los servicios que dependen de ella. Como consecuencia de ello, más de dos millones de empleos en el Reino Unido están expuestos a los efectos comerciales del Brexit. Alrededor de medio millón de ellos corresponde al sector de servicios administrativos y de apoyo a las empresas, servicios que están muy relacionados con las industrias más afectadas por el Brexit. En 15 de las 54 industrias, entre el 20% y el 36% del valor añadido y de los empleos está en peligro. En el caso concreto de servicios profesionales, científicos y técnicos está en riesgo el 36% de su valor añadido con un Brexit duro. En el caso de actividades auxiliares del sector financiero, el riesgo alcanza al 31% del valor añadido. Si se sustituyera producción importada por producción nacional, suponiendo que fuera de la misma calidad, 40 industrias crecerían. Pero 14 industrias, incluso con esas condiciones tan optimistas, se contraerían. En muchas industrias manufactureras y primarias, los impactos positivos pueden alcanzar hasta dos dígitos del PIB, pero el efecto total en el PIB es solo de un 3%. Sin embargo, esto es muy poco realista porque en el Reino Unido hay muy pocos sectores muy competitivos; quizá solo el sector financiero. Respecto al empleo, los más afectados, con un 11,7%, son los trabajadores cualificados en el sector primario. Los operadores y ensambladores en maquinaría verían peligrar alrededor de un 11% de los puestos de trabajo. Como conclusión de todo lo anterior, el PIB conjunto del Reino Unido afectado por el Brexit es del 8,5%, con datos de 2014. Estos efectos son, normalmente, efectos a corto plazo. Pero como los sectores y empleos más afectados son los que contribuyen más a la productividad actual del Reino Unido, la productividad a largo plazo del país está en peligro. Por lo que se refiere al posible efecto de la introducción de aranceles, sin tener en cuenta políticas para mitigar esos efectos, hay costes directos del Brexit que están relacionados con los incrementos de precios debido a los aranceles, además de los costes indirectos asociados con ellos. Como consecuencia de ello, se estima que los efectos de un Brexit duro sobre los costes de producción son mayores en las regiones británicas que en las regiones europeas. Por lo que se refiere a las ganancias y pérdidas de competitividad, las regiones más afectadas del Reino Unido son aquellas que hoy en día se encuentran en una situación más desfavorable, con lo que se incrementarán las desigualdades. Solo las regiones británicas más prosperas se beneficiarían de un Brexit suave y lo hacen a expensas de otras regiones. Por lo que se refiere a la Unión Europea, dependiendo del tipo de Brexit unas regiones perderán más competitividad y otras menos. El efecto es, en promedio, mucho más pequeño que para las regiones británicas, pero pueden ser significativos dependiendo de la combinación de región y sector. Las más sensibles son las más especializadas en agricultura y manufacturas, en especial en Francia, España, Suecia, Rumanía y Bulgaria y las menos sensibles en Europa central.

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