Global Entrepreneurship Monitor: Informe GEM España 2017
Fundación Rafael del Pino, en colaboración con el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la Asociación RED GEM España y Banco Santander a través de Santander Universidades
La Fundación Rafael del Pino, en colaboración con el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la Asociación RED GEM España y Banco Santander a través de Santander Universidades, organizó el acto de presentación del informe “Global Entrepreneurship Monitor: Informe GEM España 2017″ el día 12 de abril de 2018.
GEM es un observatorio con carácter anual, desde 1999, cuya principal misión es proporcionar datos acerca de la medición de la tasa de actividad emprendedora de las naciones, regiones y ciudades participantes, así como una amplia descripción de sus características, su relación con el desarrollo económico y un diagnostico del estado de las principales condiciones institucionales o de su entorno para emprender.
Con este informe, las instituciones y agentes relacionados con el emprendimiento disponen de información de calidad e indicadores para fomentar la creación empresarial. Las series temporales y las comparaciones entre distintas economías y trasfondos culturales son, asimismo, de gran valor para la comprensión y aprendizaje de los mecanismos que promueven el emprendimiento.
GEM España, en el marco de este proyecto mundial, está formado por la Red Española de Equipos Regionales GEM, constituida por investigadores de 19 universidades. Cuenta con el apoyo de 90 instituciones.
El acto se estructuraró de acuerdo con el siguiente programa:
13.00 Bienvenida 13.15 Presentación de resultados Iñaki Peña, Director técnico de GEM España 13.30 Mesa redonda Marisol Quintero, CEO de Bioncotech Therapeutics Isidro de Pablo, Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid Isabel Neira, Profesora titular de la Universidad de Santiago de Compostela David Pistoni, CEO y cofundador de Zeleros Rafael Bernardo, Periodista de la Cadena Ser (moderador) 14.15 Clausura
Resumen:
El 12 de abril de 2018 tuvo lugar en la Fundación Rafael del Pino el acto de presentación del Informe Global Entrepreneurship Monitor España 2017, que contó con dos partes. En la primera, Iñaki Peña, profesor de la Universidad de Deusto y director técnico de GEM España, presentó los principales resultados de la edición de este año del informe. En la segunda, tuvo lugar una mesa redonda sobre emprendimiento e innovación en la que participaron Marisol Quintero, CEO de Bioncotech Therapeutics; Isidro de Pablo, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid; Isabel Neira, profesora titular de la Universidad de Santiago de Compostela, y David Pistoni, CEO y cofundador de Zeleros. Iñaki Peña inició el resumen del informe indicando que Reino Unido, Alemania y Suecia han aumentado tanto su PIB per cápita entre 2008 y 2017 como su actividad emprendedora. En este mismo periodo, España, por su parte, ha aumentado también el PIB per cápita, pero lo ha hecho con una menor actividad emprendedora. Ahora bien, en los últimos tres años ha superado a otros países, incluidos Alemania y Suecia, no solo en crecimiento del PIB per cápita sino también en actividad emprendedora. En esta década, por tanto, el informe detecta primero un declive, luego una recuperación y, en los tres últimos años, una recuperación más intensa, por lo que vamos por la senda correcta. Detrás de este fenómeno subyacen unos valores en torno al emprendimiento. En España la mitad de la población considera que emprender puede ser una buena opción profesional, aunque en otros países el porcentaje es mayor. Respecto a las oportunidades de emprender en los próximos seis meses, los países del sur son más pesimistas y piensan que hay que crearlas. Cuando se pregunta a la población española si tiene la intención de emprender en los próximos tres años, España está más rezagada que nuestros vecinos de otros países. Si hay una baja intención, lo que cabe esperar es que tengamos una baja acción emprendedora, pero también es cierto que tenemos algunos países vecinos como Francia que perciben las oportunidades igual que nosotros, pero tienen una mayor intención. Luego, el paso a la acción emprendedora en España es bastante positiva. Somos el tercer país europeo en este sentido. Es un dato muy prometedor de cara al futuro. En estos años, hemos mejorado en tasa de creación de empresas. Algunos lo hacen porque hay una oportunidad, pero otros lo hacen porque no tienen posibilidades de regresar al mercado laboral. El porcentaje de emprendimiento por necesidad en España es bastante elevado. Pero eso no quita para que no exista otro tipo de emprendimiento en nuestro país. Son negocios que vienen con nuevas tecnologías, desarrollo de nuevos productos y servicios y con cada vez más empresas que facturan en el exterior. En cuanto a participación en sectores tecnológicos, los países con más dotación de emprendedores universitarios son los que se encuentran mejor situados. España está en un nivel medio. Deberíamos ir hacia una sociedad que sea capaz de emprender en clave de innovación, crecimiento y generación de bienestar. Para eso hay que avanzar en la cultura emprendedora productiva y generadora de valor económico y social, sensibilizando a la sociedad sobre los valores emprendedores, reconociendo el emprendimiento por su capacidad de generar valor. La mesa redonda se inició con la intervención de Isabel Neira, profesora titular de la Universidad de Santiago de Compostela, quien advirtió de que, cuando hablamos de tecnología, hay que distinguir entre empresas que tienen un importante aporte de tecnología, es decir, que dedican un 5% de su producción a I+D, y start-ups y spin-offs. También hay que tener en cuenta que el 30% de los jóvenes que estudian matemáticas, economía e ingeniería dice querer emprender, pero luego solo lo hace el 5%. Ahí hay algo que falla y es un tema de cultura emprendedora, que en unas universidades es alta, pero en otras no. Por otra parte, está la I+D en la empresa. España no ha sido nunca un país con una gran apuesta por el I+D público y el I+D empresarial. Hay ejemplos muy buenos en el País Vasco o Galicia, que son los que hay que trasladar al resto y no fijarnos tanto en países como Francia o Alemania, sino Irlanda o Israel. En este sentido, es preciso ayudar a los jóvenes universitarios a emprender y explicar que es inviable que solo el 7% de las empresas tengan carácter innovador. Por lo que se refiere a la brecha de género a la hora de emprender, esto se puede resolver con educación. En emprendimiento, la brecha se está cortando, pero en el emprendimiento tecnológico hay un campo, el biosanitario, en el que las chicas empiezan a ser mayoría. En cambio, en ingenierías, el porcentaje de chicas está bajando, por la percepción que tienen sobre sus capacidades para las matemáticas. Por su parte, Isidro de Pablo, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, hizo hincapié en que hay que partir de la premisa de que la actitud emprendedora es algo transversal. Si lo aplicamos al ámbito de la investigación, el germen es la curiosidad. Una persona que no tiene curiosidad no es emprendedora. Hay un eslabón siguiente que es el de la sensibilidad de detección de oportunidades, es decir investigar para qué, y es ahí donde tenemos que trabajar en conseguir transferencias de los resultados de la investigación y cambiar la forma de pensar y trabajar de profesores e investigadores. En este sentido, el sistema educativo debería incorporar la actitud emprendedora, inseminarla en nuestros alumnos hacia la detección de oportunidades, de detectar un problema y aportar una solución. La creación de una empresa por parte de un investigador es una tarea muy compleja porque se trata de transformar a un investigador, a una persona que, probablemente, ni siquiera pensó en trabajar para una empresa, en un emprendedor. Tenemos que diseñar programas para que acompañen a esas personas para que tengan mayores probabilidades de éxito. Cada universidad tiene que desarrollar su proceso de transferencia. El modelo ideal es una empresa embrionaria que pueda usar a ese equipo de investigación de la universidad. Marisol Quintero, CEO de Bioncotech Therapeutics, explicó que su empresa desarrolla un medicamento en el área de la inmuno-oncología. Desde su experiencia llamó la atención sobre el hecho de que las empresas basadas en conocimiento normalmente los primeros años están muy apoyadas en financiación pública. Llega un punto en que eso no es suficiente, sobre todo en el ámbito biotecnológico. Entonces hay que basarse en la inversión privada. Hay también un momento en estas compañías en que se necesitan perfiles capaces de gestionar una empresa y las relaciones a nivel internacional. En su empresa, la mayoría de nuestras colaboraciones académicas son extranjeras. Así es que no pueden esperar a lo público para resolver los problemas. Por último, indicó que hay que tratar no solo de crear sino también de consolidar este tipo de empresas. En último lugar intervino David Pistoni, CEO y cofundador de Zeleros, que explicó que su proyecto empresarial empezó como un equipo universitario, en la Universidad Politécnica de Valencia, que participó en una competición impulsada por Elon Musk desde Estados Unidos para lanzar un nuevo medio de transporte, llamado Hyperloop, que consiste en el transporte por ferrocarril en un tren dentro de un tubo a alta velocidad. Para ello, montaron un equipo y llegaron a la última fase en Texas, donde presentaron su proyecto. Ganaron el premio a la mejor propuesta del sistema de propulsión. A continuación, decidieron dar el salto a la empresa. Ahí se encontraron con que lo complicado es el consolidar la empresa y conseguir sus objetivos a largo plazo. Por eso hay que apoyarse tanto en lo público como en lo privado. A veces los instrumentos no están preparados para las agilidades que requiere una start-up, ni los públicos ni los privados. Otro problema fue que la formación de empresa que habían recibido estaba más enfocada a la gran empresa, no a la creación de una start-up. Por ello, considera que habría que potenciar los recursos de apoyo a la creación y de acompañamiento a los proyectos.
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