Elisa de la Nuez, Luis Garicano, Jesús Fernández-Villaverde e Ignacio Gomà
Resumen:
Con motivo de la presentación del libro “Capitalismo clientelar”, el 26 de junio tuvo lugar el diálogo sobre “¿Por qué es más eficiente un mercado en el que se respetan las reglas del juego?”, en el que participaron Elisa de la Nuez, abogada del Estado y secretaria general de la Fundación Hay Derecho; Luis Garicano, catedrático de Economía y Estrategia en los departamentos de Administración de Empresa y de Economía de la London School of Economics and Political Science; Jesús Fernández-Villaverde, catedrático de Economía de la Universidad de Pensilvania, e Ignacio Gomà, notario y presidente de la Fundación Hay Derecho. Luis Garicano explicó que el capitalismo clientelar tiene que ver con las prácticas de amiguismo que distorsionan el mercado. Nuestra sociedad ha fomentado el amiguismo, es parte de ella, pero eso no es capitalismo. A veces se confunde con las elevadas retribuciones de los altos ejecutivos sin tener en cuenta que el talento para hacer funcionar un gran banco o una gran empresa vale mucho. Es muy difícil encontrar personas que sean capaces de tomar decisiones que son muy complejas y, por tanto, hay que retribuirlas en consecuencia. Se les paga lo que se les paga porque esas personas son escasas. Pero eso no es capitalismo clientelar, sino que entra dentro del buen gobierno corporativo. Ignació Gomá destacó que el capitalismo clientelar se articula en un punto central de regulación. Si la regulación sirve para hacer los fallos de mercado más gordos, entonces se generan más ineficiencias. Esas disfunciones no son solo un problema de Justicia; es que, al final, la economía también funciona mal. Por otra parte, con el gobierno corporativo se hace un paralelismo entre lo que ocurre en el mundo de la política y en el de las grandes empresas. En este sentido, el problema aparece cuando hay un conflicto de intereses en la determinación de los sueldos; por ejemplo, si el consejo establece sus propias retribuciones. Si, además, consigue que quien hace las leyes le favorezca, entonces seguimos igual. Jesús Fernández-Villaverde, en cambio, considera que hay cero evidencias acerca de que los problemas de gobernanza corporativa sean de primer orden. En su opinión, en todos los sitios hay capitalismo clientelar, pero en España es especialmente agudo por razones históricas. En primer lugar, porque es un país pequeño y, por tanto, más fácil de capturar por las élites. En segundo término, España ha sido una economía muy intervenida y, debido a tanta intervención, la gente es instintivamente contraria al mercado, es muy reacia a admitir que el mercado funciona. Ese problema de herencia histórica es muy grande y muy difícil de superar. Ignacio Gomá matizó que el problema de las relaciones clientelares subsiste por el problema del compromiso fiable, esto es de la defensa efectiva de los derechos de propiedad. Para ello, una respuesta es un estado democrático de derecho. Un second best es el capitalismo clientelar. Jesús Fernández-Villaverde explicó que el problema económico directo del capitalismo clientelar es que los recursos no se asignan de forma adecuada. También hay un coste indirecto de legitimidad que es mucho más grave. Por su parte, Elisa de la Nuez, indicó que ese coste de justicia es una preocupación muy grande. Eso hace que las cosas funcionen mal en el sector público. Además, hay que tener en cuenta el ejemplo que se está proyectando con la politización de los organismos reguladores, que es un intercambio de cromos entre partidos políticos. Eso permea toda la organización hacia abajo. Además, los tribunales de justicia muchas veces no entienden los mercados, mientras que las empresas tienen los mejores equipos jurídicos para defenderlas. Luis Garicano añadió que los organismos reguladores se han utilizado para dar trabajo a los políticos. Se ha hecho siempre a base de colocar personas afines. Además, en España hay un problema gravísimo con la justicia. La Comisión Nacional del Mercado de la Competencia se dedica a poner multas, pero la Audiencia Nacional dice simultáneamente que esas sanciones son muy altas. A los jueces, estas cuestiones de la competencia no les han importado nunca. Jesús Fernández-Villaverde explicó que el mal se extiende a los gremios porque enseguida dicen “qué hay de lo mío”, como hacen las grandes empresas. Todo el mundo quiere reaccionar contra todo el mundo. Parte de ello se debe a que, durante la Transición, se firmaron muchos cheques que todavía estamos pagando y que hacen muy difícil poder cambiar las cosas. Ignació Gomá destacó que como el efecto para cada consumidor individual es pequeño, aunque el beneficio para las empresas sea muy grande, no hay incentivos para luchar contra ello. En relación con las puertas giratorias, Elisa de la Nuez indicó que el problema es que las reglas que regulan el paso de lo público a lo privado no se respetan. Además, se suele ofrecer a los políticos puestos para los que no tienen experiencia. Para dejar atrás el capitalismo clientelar, Jesús Fernández-Villaverde considera necesario reformar la CNMV y la CNMC y que los jueces que se dediquen a temas de negocios sepan de ello. Ignacio Gomá añade que la justica no esté politizada y que el sistema político sea más inclusivo. Luis Garicano insiste también en la necesidad de actuar sobre las ideas y los valores, porque importan muchísimo. Y Elisa de la Nuez afirma que nos puede ir muy bien si somos capaces de funcionar sin pensar en si tenemos un amigo.
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