Conferencia Magistral Saifedean Ammous

El patrón bitcoin. La alternativa descentralizada a los bancos centrales

La Fundación Rafael del Pino organizó, el 2 de octubre de 2018, la Conferencia Magristral «El patrón bitcoin. La alternativa descentralizada a los bancos centrales» que impartió Saifedean Ammous con motivo de la presentación de su último libro «El patrón Bitcoin» editado por Deusto.

Saifedean Ammous es profesor de Economía en la Escuela de Negocios Adnan Kassar en la Universidad Americana de Líbano. Tras graduarse en Ingeniería Mecánica en el mismo centro en 2003, Ammous continuó su formación con un posgrado en Gestión del Desarrollo en la London School of Economics en 2004, para después doctorarse en Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, Estados Unidos. Especialista en criptomonedas, realiza trabajos de investigación y consultoría para distintas organizaciones y es un asiduo conferenciante y formador en gestión económica de profesionales del sector privado, así como de altos funcionarios.

La crisis financiera ha dejado un poso general de desconfianza en la sociedad. Todo lo que tiene que ver con el mundo financiero es visto con un recelo no siempre justificado y, en este caldo de cultivo, han nacido las llamadas criptomonedas. Partiendo de esta premisa, el profesor y economista Saifedean Ammous explica, con afán pedagógico, la historia del dinero y expone por qué el futuro pertenece al Bitcoin, entre otras criptomonedas. Si los males del sistema financiero y monetario tienen que ver con la inestabilidad, la fragilidad o la creación de burbujas de activos, las criptomonedas, lejos de agravar estas críticas generalizadas, pueden ayudar a mitigarlas. Frente al intervencionismo, el Bitcoin, gracias a la tecnología blockchain que lo sustenta, ofrece un servicio de pago confiable, seguro, llamado a plantar cara al monopolio monetario de los bancos centrales. Desde las piedras preciosas hasta las monedas de curso corriente, pasando por el patrón oro y las burbujas de expansión crediticia, la historia del dinero es la de crisis y rupturas que buscan ser superadas, y en este libro, Saifedean Ammous, argumenta por qué podemos creer que el Bitcoin puede llegar a ser la solución a este problema histórico.

Resumen:

El 2 de octubre de 2018 tuvo lugar en la Fundación del Pino la conferencia de Saifedean Ammous, experto en criptomonedas y autor del libro “El patrón bitcoin”, en la que explicó las características y las posibilidades de este tipo de monedas. Ammous considera que bitcoin es una forma de dinero completamente única. Según explicó, el problema que existe con la mayoría de los tipos de dinero es que, cuanto más se utiliza, más sube su valor. Este hecho genera incentivos para que se emita más, con lo que su valor se devalúa y no puede ejercer la función de depósito de valor. Para evitar este tipo de situaciones se ha tratado de utilizar dinero difícil de producir, como el ganado o los metales. Pues bien, bitcoin es el dinero más difícil de producir. De hecho, la cantidad de bitcoin se ha limitado a 25 millones de unidades y no es posible ir más allá y generar más. Esto es lo que hace que bitcoin sea algo único como depósito de valor, porque no hay forma de aumentar su oferta. Al mismo tiempo, cuanta más gente trate de producir bitcoins, más difícil y más caro resulta hacerlo. Con ello, y gracias también a que se basa en la tecnología blockchain, la red de bitcoin se hace más segura porque hay más procesos en marcha. Cuando aumenta la demanda de bitcoins, aumenta su valor, pero no se incrementa tanto su producción porque cada vez es más difícil obtener uno, lo que lo hace más seguro. Su seguridad también se deriva de que es muy difícil de atacar porque no hay un solo punto de fallo. Tanta es su seguridad que, hasta ahora, nadie ha podido confirmar una transacción fraudulenta con bitcoin porque es una moneda dura, difícil de producir, disponible a escala global, de utilización voluntaria y negociada y valorada libremente en el mercado. Cuando se considera el papel de bitcoin como depósito de valor, lo primero que hay que tener en cuenta es que, en estos momentos, se trata de un activo que no es estrictamente líquido ya que la capacidad de transacción del Bitcoin (que es de 500.000 operaciones diarias) ha llegado a su límite y que hace falta la aplicación de una tecnología denominada SegWit (Segregated Witness) capaz de cuadriplicar la capacidad de transacción del Bitcoin. El límite de operaciones actual es el motivo por el cual el coste de las transacciones ha ido subiendo de forma significativa durante los últimos años. Bitcoin, sin embargo, protege de la inflación porque no se pueden crear más de 25 millones de unidades. Gracias a ello, bitcoin, como depósito de valor, permite transferirlo al futuro. Bitcoin es un mercado alternativo, libre y descentralizado, frente a la centralización que representan los bancos centrales o el oro, porque la mayoría de las transacciones no tienen lugar en el blockchain de bitcoin, sino que se realizan fuera de él en los procesadores de pagos y de cambios y en las páginas webs que utilizan esta criptomoneda. Uno de los principales beneficios que aporta bitcoin se deriva del hecho de que el dinero pierde valor con el tiempo, lo que estimula el cortoplacismo y el consumismo. El dinero duro, como bitcoin, en cambio hace lo contrario: estimula el ahorro y la acumulación de capital, de donde deriva una mayor productividad y mayores niveles de vida y de bienestar. Dicho de otra forma, con el dinero tal y como lo conocemos, la gente prefiere el consumo de hoy al consumo futuro porque ese dinero pierde valor. Con bitcoin, la gente seguiría gastando hoy, pero lo haría de forma menos frívola, y estimularía el ahorro. Para tratar de ilustrar esta característica de bitcoin, Ammous puso un ejemplo relacionado con la historia de la pintura. Según él, una criptomoneda sería como la Capilla Sixtina: puesto que Miguel Ángel tardó cuatro años en pintarla, una obra así es muy escasas y difícil de reproducir. En cambio, el dinero blando, el que usamos actualmente, sería como un cuadro de Mark Rothko, que tarda veinte minutos en pintarse. Lo primero hace que obras como la Capilla Sixtina sean muy escasas; lo segundo, que abunden los cuadros de Rothko y de sus imitadores. Como las criptomonedas no son físicas, sino informáticas, el monopolio territorial de los bancos centrales cuenta poco. Además, y precisamente porque el bitcoin es dinero informático, el gobierno no puede confiscarlo. Por eso los venezolanos compran bitcoin; así pueden sacarlo del país sin que el gobierno de Maduro pueda hacer nada al respecto. Y es que las criptomonedas, en última instancia, implican el retorno al gobierno limitado. Su utilización incrementa el poder de las familias y de las comunidades locales, al tiempo que el papel de los estados se debilita. También puede ser la solución al ciclo económico porque no se puede crear más bitcoin. Y como no se puede crear, no se puede manipular. Esa manipulación del dinero es la causa de los ciclos económicos, la inflación y las recesiones, según la interpretación del ciclo que realizan la escuela austriaca de economía. De la misma forma, desaparecería el privilegio exorbitante del dólar, porque Estados Unidos no podría monetizar sus problemas fiscales, que luego son de todo el mundo.

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