Contribución a la cultura cívica de la institucionalidad democrática
La obra, coordinada por Andrés Betancor Rodríguez, catedrático de Derecho administrativo de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona, recoge las reflexiones de académicos y profesionales, reunidos bajo el amparo de la Fundación Rafael del Pino, sobre las instituciones del Estado democrático de Derecho.
Las instituciones son importantes. Son los pilares sobre los que se organiza la convivencia en una sociedad democrática, respetuosa con la ley y con los derechos fundamentales. Su protección y mejora es relevante para mantener una democracia de calidad. En el momento presente, las amenazas que se ciernen sobre ellas arrojan sombras sobre el Estado democrático de Derecho. Reflexionar sobre lo que son y las funciones que despliegan se nos presenta imprescindible para contribuir a la cultura cívica que, en última instancia, sirve de sostén a nuestra institucionalidad democrática. Porque las instituciones sólo pueden realizar su importante función si todos los ciudadanos estamos convencidos de que son necesarias y creemos en su capacidad, así como en la conveniencia, de constituir los pilares sobre los que se organiza nuestra convivencia según los parámetros de la democracia.
Es un libro de reflexión, pero siguiendo un método, casi, socrático: el de la conversación. Los textos, para facilitarla, están sujetos a unas restricciones de extensión, para centrarse en lo esencial. Y cada ponencia, fruto de la conversación, se acompaña de las aportaciones escritas que se han considerado oportunas. Todas giran alrededor de tres cuestiones esenciales de las instituciones: importancia, amenazas y reformas. Ahora, las ponencias y las aportaciones se reúnen en el presente libro. Son el fruto del compromiso de sus autores de contribuir a la cultura cívica de la institucionalidad democrática. Si no les importan las instituciones a los ciudadanos, cae el Estado democrático de Derecho, y cuando esto se produzca, probablemente, será demasiado tarde. Si nos importa la libertad, si nos importa «nuestra» libertad, debemos proteger las instituciones que la hacen posible. En caso contrario, se está socavando el edificio de nuestra convivencia en libertad, igualdad y justicia.