La Fundación aprobó el proyecto de erección de un monumento dedicado a quien fue Virrey del Río de la Plata, Joaquín del Pino. El monumento está enclavado en el centro de la ciudad de Baena y fue inaugurado el día 11 de abril de 2003. El diseño del mismo fue decidido por la Fundación y realizado por el escultor Santiago de Santiago. En el documento distribuido a la población de Baena puede leerse lo siguiente: “Hoy Baena tiene sobrados motivos para enorgullecerse con toda razón de haber sido la cuna de este insigne personaje.
Joaquín del Pino llevó siempre a honra el haber nacido en ella, no ocultándolo nunca, aunque por necesidades profesionales no tuvo la oportunidad de volver a su solar patrio. Joaquín fue un baenense universal, en el más amplio sentido de la palabra, que nunca se sintió ligado de forma especial a un determinado lugar, ni a Baena donde nació, ni a San Sebastián donde contrajo matrimonio, nacieron sus primeros hijos y tenía algunas posesiones, ni a ninguna de las que fueron sucesivamente sus residencias oficiales. Su vida es un continuo peregrinaje, siempre ascendente, tanto en su carrera militar como política.
Siempre demostró que para un militar su puesto está allí donde son requeridos sus servicios, y por eso se siente sobre todo español, perfectamente adaptado a cualquier lugar patrio, sea en la propia península o en América. Estos vínculos que lo unen a las tierras del nuevo continente se hacen aún más fuertes a partir de su segundo enlace matrimonial, sin que por ello renuncie en ningún momento a su condición de español, precisamente en aquellos tiempos en los que empiezan a correr por la América hispana los primeros aires independentistas.
Él fue, y sigue siendo después de dos siglos, un puente tendido entre las dos orillas del Atlántico. En su tiempo, como representante de la administración española en los diversos puestos de gobierno que se vio obligado a servir, que no siempre fueron para él caminos de rosas.
Sólo la fidelidad a su rey y a su patria y una lealtad a toda prueba justifican su resistencia y valor para vencer algunas de las grandes dificultades a que tuvo que hacer frente. Y hoy, habiendo sido el vínculo que ha unido a dos ciudades ligadas a su vida: Baena, donde vio la luz, y San Carlos de Chile, una de las varias entidades de población que le deben su existencia.
Baena, Orán, Barcelona, San Sebastián, Santander, Montevideo, La Plata, Santiago, Buenos Aires. Nombres todos que marcan un itinerario dedicado por entero al servicio de la Patria.”