Competitividad exterior: las tareas pendientes

Desde el inicio de la crisis económica, el sector exterior ha experimentado un cambio fundamental. En el pasado, el déficit por cuenta corriente estrangulaba el crecimiento económico y generaba crisis. Hoy sucede lo contrario gracias a que el desequilibrio se ha convertido en superávit. Pero no hay que contentarse solo con eso. Es preciso ir más allá para preservar y aumentar la competitividad de nuestras empresas.

Competitividad y milagro exportador

Silvia Iranzo, ex secretaria de Estado de Comercio y consejera del ICO, explica que, desde 2008, ha habido un milagro exportador. Las exportaciones de bienes han aumentado un 50%. Además, nuestra cuota de exportaciones se mantuvo. En cambio, disminuyó en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y EEUU. La balanza de servicios también ha mejorado. Seguimos siendo una potencia turística. Ahora también estamos empezando a serlo en servicios no turísticos.

Gracias a ello, el sector exterior ya no estrangula el crecimiento económico. Ya no tenemos un déficit por cuenta corriente del 10% del PIB, como en 2008. Por el contrario, desde 2013 tenemos superávit, aunque está reduciéndose.

Nuestro problema es la falta de diversificación de las exportaciones. Nuestras ventas al exterior se centran demasiado en la Unión Europea. Y aunque hemos incrementado algo las exportaciones a Asia, esta sigue siendo nuestra gran asignatura pendiente.

Competitividad sectorial

Por sectores, sigue aumentando la proporción de la exportación del sector alimentario, y la de productos textiles. El problema es que estos sectores son los más expuestos a la imposición de aranceles. La economía española, además, sigue siendo muy dependiente de la energía importada. Es preciso reducir esa dependencia. También debemos tratar de exportar bienes intensivos en tecnología. Ahora bien, para conseguirlo hay que invertir en I+D+i y mejorar la educación. De la misma forma, debemos tratar de mejorar la calidad del sector turístico.

Dicho esto, también hay que preocuparse de la competitividad y su evolución. La mejor forma de hacerlo, según José Luis Feito, miembro de la Junta Directiva de CEOE, es atender a la evolución de los costes laborales unitarios. Si el ritmo de crecimiento de nuestros costes laborales es superior al de otros países, perdemos competitividad. El crecimiento de los costes laborales unitarios viene dado por el aumento de los costes laborales menos el crecimiento de la productividad.

Reformar el mercado de trabajo

Para preservar la competitividad es necesario abordar la reforma del mercado laboral.

Desde esta óptica, para preservar la competitividad es necesario abordar la reforma del mercado laboral. ¿Por qué? Pues porque la desviación entre el crecimiento de los costes laborales y el de la productividad es mucho más amplia que en otros países. La causa se encuentra en la estructura del mercado de trabajo. Además, esa divergencia persiste durante mucho más tiempo que en cualquier otro país. Y la razón es que, en España, los costes laborales son mucho más rígidos al paro.

La instrumentación de las políticas públicas de apoyo a la internacionalización también debe mejorar, indica Jaime García-Legaz, ex secretario de Estado de Comercio. A partir de 2012 se acometió una reforma en profundidad de las políticas de promoción exterior. Se concentraron en un solo organismo, el ICEX, para facilitar las sinergias y la eficacia. Eso permitió importantes ganancias de eficacia y de eficiencia.

La hora de los instrumentos financieros

Ahora hay que dar un paso más. Consiste en llevar la reforma a los instrumentos financieros de apoyo a la internacionalización. Hoy en día, carecen de potencia y del nivel de eficacia y eficiencia que se requiere. De hecho, muchas operaciones de exportación no salen adelante porque no cuentan con financiación garantizada del Estado. Muchas veces, además, los frenos a la exportación proceden del Ministerio de Economía. Esto se debe a los techos de riesgo y al carácter restringido que aplica a las coberturas de riesgo.

Coriseo González-Izquierdo, ex consejera delegada de ICEX, profundiza en esa idea de reforma. Para ella, uno de los desafíos más importantes que tiene ICEX es llevar a cabo con éxito la iniciativa de gestión activa de la demanda. ICEX es fuerte a la hora de diseñar actividades que permitan a las empresas españolas acercarse a nuevos mercados. Pero no lo es tanto si se trata de averiguar y satisfacer las necesidades de los potenciales clientes.

Presencia exportadora

Nuestras empresas, de hecho, tienen mucha capacidad de incrementar su presencia exportadora. Lo dice Javier Serra, director general de Internacionalización de la Empresa del ICEX. Para ello, pueden acudir a mercados en los que todavía no están presentes. ¿Y en qué sectores? Pues en automóvil, farmacia, química, aceite de oliva, aeronaves, productos cerámicos, vino o carne de porcino.

Los sectores en los que hay demanda potencial de futuro para la exportación española estarían relacionados con las nuevas tecnologías. También con el desarrollo de los servicios, la sostenibilidad y el cambio climático. Y con tendencias demográficas como el envejecimiento de los países desarrollados. Por el lado de la oferta, los sectores en los que las empresas españolas tienen potencial de futuro serían todos aquellos vinculados con el ciclo del agua. Además, estarían los relacionados con la nueva movilidad de mercancías y servicios. También los relativos al consumo y las infraestructuras sostenibles. Y el entretenimiento audiovisual, fintech, biotecnología, aeronáutica espacial y ciberseguridad.

El auge del proteccionismo

Estos cambios son importantes a causa del auge del proteccionismo, en particular en EEUU, indica Esther Gordo, economista del Banco de España. Ese cambio en el entorno resulta muy importante para economías tan abiertas como las europeas y, por supuesto, la española.

Desde la crisis financiera internacional se detecta un aumento constante del proteccionismo

Desde la crisis financiera internacional se detecta un aumento constante del proteccionismo. Es un proteccionismo más sutil que los aranceles. Se basa en barreras no arancelarias. Esto ya está teniendo efectos negativos sobre el comercio internacional. En este contexto surge el proteccionismo tan agresivo de Trump.

Entre los factores que han contribuido a que surja este fenómeno está el modelo de crecimiento de la economía china. En ella predominan prácticas competitivas no muy claras o contrarias al comercio libre. Esas actuaciones le conceden una ventaja competitiva frente a otras economías que no las aplican.

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