La victoria electoral de Boris Johnson obliga, necesariamente, a analizar las consecuencias del Brexit, tanto para el Reino Unido como para el resto de la Unión Europea. De entrada, quien más perderá con ello será, precisamente el Reino Unido. Y, por irónico que parezca, las regiones británicas más perjudicadas serán aquellas que votaron a favor del Brexit. Lo explica Raquel Ortega-Argilés, catedrática de Desarrollo Económico Regional de la Birmingham Business School.
Dependencia de Europa y Brexit
El análisis geográfico del voto en el referéndum sobre el Brexit muestra un resultado muy sorprendente. Las regiones que votaron a favor son las que tienen mayor dependencia comercial de la UE. Además, cuanto mayor es la dependencia económica de Europa, mayor es el porcentaje de voto a favor del Brexit. Estos resultados contrastan con los obtenidos en la región de Londres. Esta área fue la que registró el porcentaje de voto más bajo a favor de abandonar la UE. Y lo llamativo es que se trata de la región menos dependiente de Europa porque su economía es la más diversificada del Reino Unido.
De acuerdo con las estimaciones de la profesora Ortega-Argilés, el impacto de un Brexit duro será mucho mayor para el Reino Unido que para cualquier otro país de la UE. El impacto oscilará entre el 10% y el 17% del PIB regional británico, dependiendo de la región de que se trate.
En Irlanda, en cambio, ese porcentaje es del 10%. Para Alemania va del 4,5% al 6,4%. Holanda se mueve entre el 3,5% y el 5%. En Bélgica oscila del 2,8% al 4%. Para Francia, el rango es del 1,8% al 2,7%. Y en España, Italia y Grecia está por debajo del 1% del PIB regional. En conjunto, el riesgo de exposición al Brexit para el total del Reino Unido es del 12,2% del PIB nacional, mientras que para la Unión Europea es del 2,64%. Por último, el riesgo de exposición a un Brexit duro en el Reino Unido es 4,6 veces mayor que para la Unión Europea.
Estructuras productivas
¿Por qué se producen esas diferencias tan amplias entre las regiones del Reino Unido? Porque hay regiones más diversificadas, como Londres o Escocia, que las hace ser más resilientes al Brexit. En cambio, aquellas otras con una estructura comercial más parecida a la de Europa, como las West Midlands, están mucho más expuestas. Esto se debe a que su estructura productiva se basa en manufacturas, automóvil o maquinaria. Esta estructura es muy parecida a la de Alemania, con lo que esas regiones se ven mucho más expuestas al Brexit.
Las regiones más débiles están más expuestas al Brexit que las más prósperas y el Reino Unido está en el top de la desigualdad en el mundo.
El impacto también alcanzará a los servicios. Muchos de ellos están relacionados con la cadena de valor del producto y con industrias que comercian mucho con Europa. Se trata, por ejemplo, de los servicios profesionales. Así es que, si la industria sufre las consecuencias, contratará menos servicios, que sufrirán también. Se puede decir, por tanto, que las regiones más débiles están más expuestas al Brexit que las más prósperas, en especial Londres. Esto es muy preocupante porque el Reino Unido está en el top de la desigualdad en el mundo.
El Brexit y el empleo
El efecto del Brexit también se puede medir en términos de puestos de trabajo. De hecho, más de dos millones de empleos en el Reino Unido están expuestos a los efectos del Brexit. Alrededor de medio millón de ellos corresponde al sector de servicios administrativos y de apoyo a las empresas. Estos servicios, como se dijo antes, están muy relacionados con las industrias más afectadas por el Brexit. En quince de las 54 industrias, entre el 20% y el 36% del valor añadido y de los empleos corre peligro. En el caso concreto de los servicios profesionales, científicos y técnicos está en riesgo el 36% de su valor añadido. Respecto a las actividades auxiliares del sector financiero, el riesgo alcanza al 31% del valor añadido.
¿Qué pasaría si se sustituyera producción importada por producción nacional? Suponiendo que la producción nacional fuera de la misma calidad habría cuarenta industrias que crecerían. Otras catorce, en cambio, se contraerían incluso bajo esas condiciones tan optimistas. Entre las industrias que crecerían el impacto positivo incluso podría alcanzar los dos dígitos del PIB. El efecto total sobre el PIB regional, sin embargo, sería solo de un 3%. Ahora bien, estas estimaciones son muy poco realistas porque en el Reino Unido hay muy pocos sectores competitivos. Quizá, el único sea el sector financiero.
Reino Unido, el gran perdedor
Recapitulando todo lo anterior, el PIB conjunto del Reino Unido afectado por el Brexit es del 8,5%, con datos de 2014. Estos efectos son, normalmente, efectos a corto plazo. Pero los sectores y empleos más afectados son los que contribuyen más a la productividad actual del Reino Unido. En consecuencia, la productividad a largo plazo del país estaría en peligro. La reintroducción de aranceles también perjudicará más al Reino Unido. Se estima que los efectos de un Brexit duro sobre los costes de producción serían mayores en las regiones británicas que en las regiones europeas. Esto, por supuesto, afecta negativamente a la competitividad de las regiones británicas.
Por lo que se refiere a las ganancias y pérdidas de competitividad, las regiones más afectadas del Reino Unido son aquellas que hoy en día se encuentran en una situación más desfavorable, con lo que se incrementarán las desigualdades. Solo las regiones británicas más prósperas se beneficiarían de un Brexit suave. Y lo harían a expensas de otras regiones.
En cuanto a la Unión Europea, dependiendo del tipo de Brexit unas regiones perderán más competitividad y otras menos. El efecto es, en promedio, mucho más pequeño que para las regiones británicas. El impacto, no obstante, puede ser significativo dependiendo de la combinación de región y sector. Las más sensibles son las más especializadas en agricultura y manufacturas, en especial en Francia, España, Suecia, Rumanía y Bulgaria. Las menos sensibles son las de Europa central.
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