Leandro Prados de la Escosura, catedrático Rafael del Pino, catedrático de Historia económica en la Universidad Carlos III de Madrid, investigador asociado del Centre for Competitive Advantage in the Global Economy (CAGE) e investigador del Centre for Economic Policy Research (CEPR), Carlos Álvarez-Nogal, catedrático de Historia económica en la Universidad Carlos III de Madrid, y Carlos Santiago-Caballero, profesor titular de Historia económica en la Universidad Carlos III de Madrid, presentan datos sobre la población y el desarrollo económico de España entre 1277 y 1850.
Antes de 1800, los niveles de vida en las economías mundiales eran aproximadamente constantes a muy largo plazo: los ingresos salariales per cápita, la producción y el consumo no crecían (Hansen y Prescott 2002).
Este hecho característico se ha extendido entre los economistas en términos más simplificados: las sociedades humanas permanecieron estancadas en términos de ingresos por persona hasta que la Revolución Industrial anunció el comienzo del crecimiento económico moderno.
Si bien la representación maltusiana de las sociedades preindustriales encuentra apoyo entre reconocidos historiadores (Clark 2007, Clark 2008), esta opinión ha sido recientemente cuestionada por algunos estudiosos de la materia. Sostienen que la limitación maltusiana se superó en la Europa occidental preindustrial, ya que la acumulación de capital y los aumentos de productividad permitieron aumentar simultáneamente los niveles de población y de ingresos. Sin embargo, esos logros parecen haber sido limitados y se produjeron sólo durante un corto período después de la Peste Negra para la mayor parte de Europa occidental, excepto para la zona del Mar del Norte, donde tuvieron efectos a largo plazo (Pamuk 2007, Broadberry et al. 2015). Los historiadores han destacado además las «eflorescencias» (Goldstone 2002) y los episodios de «crecimiento recurrente» (Jones 1988), que son una sucesión de fases de crecimiento y disminución en términos de producción per cápita y que sólo dan paso al crecimiento económico moderno cuando las fases de disminución se vuelven menos intensas y frecuentes (Broadberry y Wallis 2017). El crecimiento smithiano, impulsado por los beneficios de la especialización a medida que se expandían los mercados internacionales y nacionales, explica estos episodios de ingreso per cápita sostenido pero reversible.
En este trabajo, los autores proporcionan estimaciones anuales de la producción y la población españolas a lo largo de seis siglos. Discuten hasta qué punto «maltusiano», «eflorescencias», «crecimiento recurrente» o «crecimiento smithiano» son elementos definitorios de la España preindustrial.