La libertad económica se ha expandido en los países de la OCDE desde mediados del siglo XIX. Sin embargo, su evolución ha distado de ser gradual o lineal.
Después de un sustancial avance entre mediados del siglo XIX y 1913, cuando alcanzó su nivel máximo, la Primera Guerra Mundial supuso un profundo revés. La recuperación económica posbélica, que se extendió hasta el año 1929, fue seguida por un dramático declive en la década de 1930 de modo que, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, el nivel de libertad económica se había reducido al registrado en 1850.
El significativo progreso de la libertad económica durante la Edad Dorada (1950-73) no logró recuperar el nivel anterior a la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el avance sostenido desde principios de los años ochenta ha permitido alcanzar los máximos niveles históricos de los dos últimos siglos.
Las dimensiones de la libertad económica han exhibido diferentes tendencias que confirman su complementariedad y componen una compleja imagen de la libertad económica. Durante el período 1850-1914, la mejora en la definición y respeto de los derechos de propiedad representó la principal contribución a su progreso. En los años de entreguerras, el colapso de la libertad de comercio y el aumento de la regulación explican prácticamente la contracción de la libertad económica pero, a partir del año 1950, la liberalización del comercio internacional y de los movimientos de capital ha sido la principal fuerza tras su avance. No obstante, durante el período considerado en su conjunto, 1850-2007, la mejora de la estructura legal y los derechos de propiedad aportaron la principal contribución al aumento de la libertad económica.
El índice histórico de libertad económica que propongo en mi investigación, y que es accesible a través de la plataforma Espacio Investiga de la Fundación Rafael del Pino, plantea preguntas acuciantes. ¿Existe un intercambio entre los logros en materia de libertad económica y los de otros tipos de libertad, por ejemplo, la libertad política? El aumento de la libertad económica, ¿ha tenido un costo en términos de desigualdad, bienestar y democracia, o, por el contrario, ha contribuido a su mejora? Responder a estas interrogantes plantea el próximo desafío de la investigación en curso.
Por Leandro Prados de la Escosura
Leandro Prados de la Escosura (1951) es catedrático Rafael del Pino, doctor por la Universidad de Oxford y doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Es catedrático de Historia Económica e investigador en el Instituto Figuerola de la Universidad Carlos III de Madrid y también investigador del Centre for Economic Policy Research (CEPR), investigador asociado del Centre for Competitive Advantage in the Global Economy (CAGE) y miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia. Ha sido catedrático Príncipe de Asturias en Georgetown University y profesor en la University of California, San Diego. Asimismo, ha sido investigador visitante en All Souls College, Oxford y en la London School of Economics y Jean Monnet Fellow en el Instituto Universitario Europeo (Florencia). En el curso 2013-2014 fue catedrático Leverhulme en la London School of Economics. Ha sido nombrado para ocupar la Cátedra Honorífica Maddison de la Universidad de Groningen (2015-2019).