Ivan Arreguín-Toft, Oxford Martin Fellow, the Global Cybersecurity Capacity Building Centre, participó en el Workshop on the Future of Government donde compartió perspectivas sobre cómo estas dinámicas afectan a Whitehall, el Ministerio de Defensa inglés y, por extensión, a servicios de seguridad y defensa a nivel global. En su conjunto, los cambios agregarán complejidad, inestabilidad e incertidumbre al sistema. Los estados y sus agencias no disponen ya del monopolio de la información; el número de actores de relevancia en el ámbito público se fragmenta cada vez más, y la gestión de todo ello es un reto cada vez mayor.
El marco operacional ha pasado de incluir los medios tradicionales (tierra, mar, y aire) a agregar en las últimas décadas el medio espacial y en los últimos años el medio ciberespacial. Las Fuerzas Armadas de Reino Unido preparan cada 3-4 años un “Strategic Trends Program,” documento que analiza tendencias, escenarios, posibles desenlaces de los mismos y acciones a tomar a 30 años vista. Algunas de las tendencias o vectores, con sus correspondientes impactos potenciales, son los siguientes:
- En el ámbito demográfico, para 2045 la población mundial habrá crecido en otros dos mil millones de habitantes, aunque el peso del crecimiento lo llevarán los países en vías de desarrollo. Hay grandes probabilidades de que haya un desequilibrio de género, prevaleciendo el masculino por la selección que se llevará a cabo en economías emergentes y en concreto en lugares como en China
- Urbanización: para 2045 se estima que el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. Esto tendrá grandes consecuencias en el ámbito del medio ambiente y la contaminación urbana, en los flujos migratorios del hemisferio sur al norte, etc.
- En cuanto a recursos de todo tipo, como comida, agua y energía, la demanda crecerá abismalmente, y con ello retos como el de cubrir esa demanda a base de alimentos genéticamente modificados, de tecnologías de desalinización del agua marina, del uso de bacterias para potabilizar el agua, etc.
- Medio ambiente: a nivel macro, en los próximos 30 años seremos cada vez más vulnerables a olas de calor, sequías, y accidentes meteorológicos bruscos; a una creciente intensidad de tormentas, subidas del nivel del mar, efectos por descongelamiento de los polos, etc.
- Salud: crecerá, como viene haciéndolo en los últimos años, la esperanza de vida, pero nos enfrentaremos a retos previamente resaltados como la erupción de más y más complejas enfermedades y modos de transmisión, pandemias y otros virus y bacterias. Para combatirlo sin embargo tendremos medicinas mucho más especializadas y efectivas, mejores trasplantes de órganos, etc.
- Información: el volumen de datos que manejamos en la actualidad no tiene precedente alguno, en ningún formato, en toda la historia de la humanidad. Hoy en día, por ejemplo, solo el 2% de los datos existentes en el mundo están en formato no digital. Como sabemos, la capacidad de procesamiento, de conectividad, etc., implicarán que de 9.000 millones de aparatos conectados ahora mismo a Internet pasemos en solo ocho años a 7 billones (hoy en día, por ejemplo, hay una media de 10 aparatos conectados a Internet en cada hogar británico)
- Automatización y mercado laboral: como hemos visto ya, estamos presenciando una creciente omnipresencia de robots, con mayores y mejores capacidades, lo cual nos forzará a reinventarnos profesionalmente
¿Qué implicarán estos cambios para el futuro marco operativo? De entrada, agregarán complejidad, inestabilidad e incertidumbre al sistema. Los estados no poseen ya el monopolio de la información y capacidad tecnológica, por lo que son mucho más vulnerables. Además, las amenazas ya no se clasifican por domésticas/internacionales, porque su alcance es siempre a grandísima escala. El futuro marco operativo estará repleto de sistemas a control remoto y automatizados, que generarán retos a la hora de detectarlos y seleccionarlos. El medio cibernético se convertirá en el principal marco de los conflictos y, por último, la amenaza terrorista es y será cada vez más omnipresente. Todo ello, como hemos visto anteriormente, en un marco político, económico y sociológico ya es por sí muy inestable.