La leyenda negra no es otra cosa que la falsa historia de España contada por sus enemigos. Una leyenda que habla de violencia, muerte, asesinatos y robo del oro de América. La investigación histórica ha derribado muchos de esos falsos mitos. Pese a ello, la leyenda negra pervive en la mayor parte de las universidades del mundo y en el imaginario colectivo. Pero si nos hacemos unas preguntas básicas, esa falsa mitología se viene abajo como un castillo de naipes. Marcelo Gullo, profesor de la Universidad Nacional de Lanús y miembro fundador del Instituto de Revisionismo Histórico Nacional e Iberoamericano Manuel Dorrego, se hace esas preguntas y busca respuestas a las mismas en los hechos.
Universidades españolas en América
La primera cuestión que cabe preguntarse respecto a la presencia española en América es sobre sus fundaciones. Si a España solo le interesaba el oro, ¿por qué fundó universidades en América? Es un poco extraño, ¿verdad? Algo más de ochenta años antes de la fundación de la Universidad de Harvard, ya se había fundado la Universidad de San Marcos en Lima. Fue un centro educativo semi gratuito, pero con becas para los más pobres. A ella asistieron los indios y los mestizos, porque los españoles se mezclaron con la población local. Una potencia que va a un lugar a robar y asesinar no hace nada de eso. Lo que hace es fundar puertos para poder escapar lo antes posible si fuera necesario.
La realidad es que, en cuarenta años, España creó todo un rosario de universidades en América. Desde Santa Fe, en Colombia, a Cuenca en Ecuador, Quito, Ayacucho, Cochabamba, Cajamarca, Sucre, La Paz, San Salvador de Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba, etc.
Todos estas estas ciudades se ubican en el interior, lejos de puertos que permitan huir. América no es España, así es que una ciudad en el interior, como Córdoba, dista del mar 1.200 kilómetros. Además, la separan del mar unas montañas de casi 6.000 metros de altura. Si alguien funda una universidad ahí no es para escaparse, sino para quedarse. ¿Por qué?
América y los hospitales
España también fundó un gran número de hospitales. ¿Por qué si va a robar? La asistencia sanitaria en Lima era gratuita para blancos, indios, mulatos, negros, pobres, ricos. Bastaba que se presentaran en el hospital para ser tratados. Había quien sugería que esos hospitales debían de ser horribles. Lo cierto, sin embargo, fue que los europeos ricos viajaron a México para curarse, porque la quinina se descubrió en Perú y Ecuador. Cuando la malaria no se podía curar en ningún lugar del mundo, los hospitales de Perú y Ecuador lo hacían.
Universidades, hospitales, … y también colegios entran en el catálogo de las fundaciones españolas en América. En su momento, señaló el profesor Gullo, la biblioteca del Colegio San Pablo, en Lima, estuvo dotada con cuatro mil libros, mientras que, en ese momento, Harvard solo tenía cuatrocientos. Y es que cien años antes de que hubiera una imprenta en la América anglosajona, en México ya se imprimían libros. ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué esa potencia que va a matar toma el quechua de los incas y el nahual de los aztecas y les enseña a ambos su propia gramática? Quince años antes de que existiese la gramática inglesa, los sacerdotes españoles ya habían creado la gramática nahual. ¿Por qué?
Teoría política y poder
Un hecho aún más relevante es que en esas universidades se estudiaba Teoría Política. Una Teoría Política que salió de las entrañas de España. De ellas surgió un Derecho Político que decía que el poder viene de Dios. Las escuelas inglesa o francesa de teoría política también lo decían. Pero la Escuela de Salamanca añadió que Dios se lo da al pueblo. El pueblo delega ese poder en el rey porque es su padre y debe ejercerlo como tal. ¿Y si no lo hace? Pues la Teoría Política explicaba que el pueblo tenía derecho a la revolución, a destronarlo. ¿A qué potencia colonialista se le ocurre decir a los indios que el rey es un padre al que, si no se comporta como tal, pueden echar? Esto no ha ocurrido nunca en la historia, excepto en América. ¿Por qué?
Los enemigos de España crearon la leyenda negra. Formaron un tribunal de la historia integrado por Francia, Inglaterra, Holanda, Estados Unidos e, incluso, la Unión Soviética. Todos ellos, señaló el profesor Gullo, son países que «tienen las manos manchadas de sangre. Los revolucionarios franceses masacraron a los habitantes de las zonas que se opusieron a la revolución. El comportamiento de Inglaterra en América y en Australia o la India fue, incluso, peor.»
La misión de España
¿Por qué España fue distinta? Porque su obra en América no fue una empresa, sino una misión. Una misión del pueblo español, que se volcó en América con lo mejor que tenía. Fundó pueblos, se mezcló con los indios, evangelizó, organizó. América fue forjada por España, que la deslumbra con sus leyes de Indias, con las ordenanzas de Alfaro, con la conciencia misionera de Isabel la Católica. Eso lo dijo el padre Jorge Mario Bergoglio, superior provincial de la Compañía de Jesús en Argentina, en un discurso pronunciado en la Universidad de El Salvador el 27 de mayo de 1975.
Indicó el profesor Gullo que España no tiene nada por lo que pedir perdón, porque la obra de España fue una misión. Claro que se cometieron errores. Pero si los árboles nos dejan ver el bosque, observamos que el mundo anterior era terrible, con crueldades monstruosas. Cuando llega Cortés a México, allí había un imperialismo antropófago. Este régimen terminaba cada año con la vida de veinte mil personas, según Prescott, que no se atreve a decir que la cifra de ciento cincuenta mil es falsa. España no conquistó México. Lo afirmó José Vasconcelos, primer ministro de la revolución mexicana cuando todavía era socialista y marxista. Vasconcelos dijo que la conquista la hicieron los indios que acompañaron a Cortes, hartos del imperialismo azteca antropófago.
Isabel la Católica
España fue distinta, también, porque existió una mujer como Isabel la Católica. Es la impronta de la reina Isabel la que le dice a los españoles que los indios jamás serán esclavos. Serán personas libres. El derecho portugués autorizaba a Portugal a esclavizarlos, pero el derecho español no. Estos territorios tampoco serán territorios coloniales, sino que serán reinos en igualdad de condiciones.
¿El pueblo español acompañó esa decisión de Isabel? ¿Las autoridades posteriores acompañaron esa decisión? Sí. ¿Por qué? Porque España era distinta, puesto que había sido forjada por setecientos años de lucha contra el imperialismo durante la Reconquista, señaló el profesor Gullo. España afrontó ese imperialismo durante setecientos años, y eso forjó una personalidad muy especial. Ese pueblo acompañó la decisión de Isabel. Por eso, ese pueblo no hizo imperialismo en América. Por eso, la obra civilizadora de España en América no tiene paragón en el mundo.
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