España en perspectiva: deficiencias estructurales

¿Hacia dónde va la economía española? Desde principios del siglo XXI, España está perdiendo terreno en términos de renta per cápita frente a la Unión Europea. La razón de ello se debe a tres problemas estructurales de la economía española, que tienen solución. Lo explican José Luis Feito, miembro de la junta directiva de la CEOE y del Consejo Social de la Universidad Carlos III; Narciso Michavila, presidente y fundador de GAD3, y Carlos Rodríguez Braun, catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid.

El paro en España

La causa es que España tiene una escasa capacidad de crear empleo.

Para Feito, la gran virtud de la democracia es que le da a las personas lo que quieren. Su principal defecto es que lo que quieren los votantes no siempre coincide con el interés general de la sociedad. Si analizamos el periodo 1977-2020, la tasa de paro medio anual en España fue del 14,5%. Eso es una aberración desconocida en el resto del mundo. La causa es que España tiene una escasa capacidad de crear empleo. Esta es la primera deficiencia estructural.

Cuando no había contratos temporales, ni a tiempo parcial, creábamos poco empleo y teníamos mucho paro. La tasa de empleo es muy baja. Ha estado en torno a cinco puntos por debajo de la media de la OCDE y diez por debajo de la de los países de referencia. Esto se debe, fundamentalmente, a un marco laboral extremadamente ineficiente. Esto incluye el coste del despido más elevado del mundo, un subsidio de desempleo incondicional y una negociación colectiva muy ineficiente. La reforma laboral del 2012 fue el único intento serio para tratar de corregir esto. Entre otras cosas redujo la tasa de temporalidad. Por eso es importante seguir por esta línea. El otro factor que explica la baja tasa de empleo es las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. Son muy elevadas, lo que merma la creación de empleo.

El problema fiscal de España

La segunda deficiencia es el déficit público. En España tenemos una propensión al déficit público estructural muy elevada. Por tanto, tendemos a acumular deuda pública. Detrás de ello lo que hay es, fundamentalmente, una falta de disciplina presupuestaria. Una derivada de esto, antes, era la propensión a la devaluación. Con el euro, la propensión es a las crisis de prima de riesgo. La falta de cultura presupuestaria es transversal a toda la clase política. Aumentar el tamaño del Estado no implica tener déficit. El problema en España es la estructura fiscal. Los partidos intentan pagar el mayor tamaño del Estado con impuestos a los ricos. Esto merma las bases impositivas y el crecimiento económico y, al final, no recauda.

Tenemos una de las imposiciones sobre el capital más altas del mundo. También sobre la propiedad, sobre la empresa. Y tenemos impuestos indirectos muy bajos. Los países escandinavos tienen tributos sobre el capital bajos e impuestos indirectos muy altos. La derecha apenas ha modificado esta estructura fiscal ineficiente.

Baja productividad

La última deficiencia es una tasa de crecimiento de la productividad muy baja, e incluso negativa. La productividad es lo que determina la renta per cápita. Si queremos tener una renta per cápita mayor, tenemos que aumentar la productividad total. Es tan baja por las disfunciones anteriores. La estructura fiscal penaliza la innovación y la acumulación del capital. La mentalidad en España es profundamente anticapitalista. Eso es lo que impide que se haga lo que se tiene que hacer.

Estas deficiencias son artificiales y pueden resolverse. Basta con que haya un grupo de personas con la inteligencia, la capacidad de persuasión y la capacidad de ánimo suficiente para hacer políticamente posible lo que es económicamente necesario.

Desconfianza

Según Rodríguez Braun, hay una tradición liberal de desconfiar de la democracia. El gobierno democrático puede convertirse en el Estado paternalista, para que las personas siempre dependan de él. Pero la democracia tiene una vieja virtud, que es el recambio incruento de los gobernantes. Podemos cambiar al poder periódicamente. Esto tiene su mérito y una virtud. En el momento en que los Estados se transforman en mecanismos redistributivos, inyectan el mayor veneno en la sociedad porque siempre se confía en que los impuestos los paguen los que tienen más. La población ya no se cree tan fácilmente la idea de que no importa que suban los impuestos porque se los van a cobrar a los ricos. Cuanto más suben los impuestos, señaló el profesor Rodríguez Braun, más difícil es creérselo. Como las personas pueden opinar, pueden votar y expresar sus ideas. Entonces los gobernantes van a gobernar de otra manera.

Para Narciso Michavila, lo que no se puede medir, no se puede mejorar. Los datos permiten demostrar que la verdad existe. El dato es fundamental y siempre hay que verlo en perspectiva. Se necesita perspectiva longitudinal, geográfica, para entender que vivimos en un mundo global. Si en un mundo global subes impuestos, los capitales se van. También se necesita perspectiva humana. Tendemos a centrarnos en el dato económico, el euro, y no pensamos en el capital humano. Falta esa visión humana del dato. Además, se necesita la perspectiva de no caer en el error de medir la eficiencia de las cosas por el gasto, diciendo que se gasta poco.

Pedagogía del dato

Habría que hacer pedagogía del dato. En el debate sobre el salario mínimo vuelve a oírse que el empresario que no sea capaz de subir cincuenta euros que cierre la empresa. La pedagogía que hay que hacer es hablar del coste para la empresa de cada puesto de trabajo. A esos cincuenta euros hay que sumar las cotizaciones sociales, los finiquitos. Cuando eso se hace sin ver el dato en perspectiva, al final se termina destruyendo el tejido productivo.

El dato no habla nunca por sí solo. Responde a lo que el investigador le pregunta. Para eso es necesario el humanismo, leer historia, tener una idea de la sociedad. El peor error que podemos cometer es pensar que un dato es la verdad absoluta. Un porcentaje no es la verdad objetiva, sino el resultado de la respuesta de muchos sujetos. Pero cuando a los ciudadanos les das información veraz, las decisiones colectivas son las mejores. Si las personas toman decisiones equivocadas, es porque la información que se les está suministrando es equivocada.

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