Muchos sectores de nuestra economía dependen de los servicios energéticos, al igual que gran parte de la actividad humana (transporte, calefacción y refrigeración, electricidad, etc.). Es esencial proporcionar servicios de energía de alta calidad y garantizar que esos servicios se respalden de manera respetuosa con el medio ambiente. Esto se llama desvincular la actividad económica de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tenemos algunas tecnologías de energía limpia (por ejemplo, solar, nuclear y eólica) que son rentables y pueden proporcionar energía limpia. La clave es permitir una transición rápida a estas tecnologías. Los formuladores de políticas y las empresas privadas deberán desempeñar un papel importante para influir en las decisiones y proporcionar incentivos para estimular la transición hacia un futuro verde.
Deberíamos pensar en cómo ser deliberados con respecto a la tecnología en la que estamos invirtiendo y decidir adaptarnos como individuos privados. Aprovechar los análisis disponibles que existen sobre diferentes tecnologías debería ser un proceso regular vital para ayudar a maximizar sus impactos positivos y minimizar los negativos.
La diversificación de las fuentes de energía, como la energía solar y la eólica, ofrece grandes beneficios. En España, el uso de ambos sería beneficioso y podría proporcionar un suministro fiable de energía cuando se utilizan en tándem. Esto implica combinar hardware y modelos de pronóstico del tiempo y utilizar tecnologías complementarias para aumentar el proceso y lograr la máxima sostenibilidad.
En conclusión, es difícil decir si la transición verde será exitosa, pero tenemos las herramientas y el conocimiento necesarios para hacerlo, y el proceso es definitivamente factible.
Jessica Trancik es Professor at the Institute for Data, Systems, and Society en el Massachusetts Institute of Technology.