¿Qué ha pasado con la economía española durante la pandemia? ¿A qué problemas ha tenido que enfrentarse? ¿Podemos aprender algo de la gripe española de 1918? Los autores del libro “La economía española en tiempos de pandemia” tratan de responder a estas cuestiones. Lo hacen a partir de sus investigaciones académicas sobre estos temas. Con sus aportaciones, pretenden ofrecer una guía que permita avanzar por un territorio inexplorado.
Economía y COVID
Este virus es nuevo, comenta Jorge Galindo, director de Economía Política en EsadeEcPol. Y a lo que es nuevo siempre le rodea la incertidumbre y el desconocimiento. Lo que vamos sabiendo es que el virus se contagia con más rapidez que la gripe o el SARS. Pero no es tan mortal como el SARS.
Las medidas de confinamiento lograron reducir la tasa de contagio. Ahora lo que toca son medidas de distanciamiento social que afecten lo menos posible a la vida de la gente. ¿Hasta cuándo? Hasta que dispongamos de una vacuna que funcione y se produzca y distribuya de forma eficaz. Mientras tanto, hay que ampliar y reforzar las capacidades médicas y hospitalarias.
Lecciones para la economía española
¿Podemos aprender algo de la gripe española de 1918 que nos sirva de guía? Francisco Beltrán, profesor asociado en la Norwegian University of Science and Technology, cree que sí. Los procesos de difusión del COVID están siguiendo patrones muy similares a los de entonces. El alcance del virus también fue global, pero su incidencia fue desigual. Dónde se tomaron medidas, como cuarentenas y cierre de escuelas, fue mucho menor.
Lo más preocupante de la gripe de 1918 fueron sus tres oleadas. Empezó en primavera, disminuyó en verano y volvió con mucha fuerza en otoño. Esto lleva a cuestionarse las consecuencias de una reapertura de la economía antes de lo previsto. Ahora bien, el coste de cerrar la economía es muy alto y nos preguntamos si justifica esos cierres. Los estudios indican que esta medida salva vidas y tiene un impacto positivo a largo plazo porque acelera la recuperación.
Las características del impacto
Otra de las lecciones de la gripe española es el impacto desigual en el seno de la sociedad. La gripe de 1918 afectó mucho más a los grupos de renta baja. El impacto también fue desigual por género y raza. Esto se está repitiendo ahora, por lo que deberíamos prestarle atención.
Si hubiéramos actuado solo un día antes, se habría evitado el 10% de las muertes por COVID en España. A esa conclusión llega Cristina Borra, profesora de Microeconomía y Economía del Trabajo en la Universidad de Sevilla. El confinamiento ha sido lo que ha reducido los contagios.
Consecuencias económicas
El confinamiento tuvo consecuencias económicas muy importantes. Redujo el empleo, el consumo, la inversión, la compra de viviendas y las exportaciones. Además, aumentó el riesgo de impago de los créditos bancarios. Por ello, el gobierno tuvo que tomar una serie de medidas urgentes. Su impacto amortiguó la caída de la economía, explica Rafael Domenech, responsable de Análisis Económico de España de BBVA y catedrático de Economía de la Universidad de Valencia. Domenech estima que esas medidas redujeron la caída del PIB en 3,6 puntos. También moderó las caídas del consumo y la inversión. Pero su financiación incrementó el déficit público en más de 3,5 puntos de PIB. Esto hace que el déficit supere el 12% del PIB y la deuda pública se acerque al 120%.
Por supuesto, esa caída de la economía se reflejó en el mercado laboral. En mayo hubo 8,5 millones de demandantes de empleo, indica Florentino Felgueroso, investigador asociado de FEDEA. El segundo impacto han sido los ERTEs. A finales de abril había 3,4 millones de asalariados cubiertos por ellos. Desde entonces se han ido reincorporando algunos trabajadores, pero el grueso todavía no lo ha hecho. El tercer fenómeno es la caída de las contrataciones. Se ha producido un 40% de contrataciones menos que el año pasado. Ahora hay que ver que va a pasar con la demanda y los cambios en la renta. También con el comportamiento de los consumidores y con el temor al virus. Son elementos fundamentales para entender la evolución del empleo y el paro en los próximos meses.
Crisis en una economía femenina
También hay que tener en cuenta el impacto de género de esta crisis. Libertad González, profesora de Economía en la Universidad Pompeu Fabra, advierte que el COVID ha afectado a los sectores más feminizados de la economía. Son, por ejemplo, el comercio y la hostelería. Esto hace temer que la crisis tenga más impacto sobre el empleo femenino. Además, el cierre de colegios ha incrementado el trabajo doméstico de las mujeres porque los niños están en casa. Esto puede afectar a su vuelta al trabajo, sobre todo en el caso de las madres solteras. Por último, los sectores que más tardan en reactivarse son los más feminizados. Esto puede tener efectos desiguales en el empleo en términos de género. Esos efectos pueden ser mayores debido a las dificultades para conciliar vida laboral y familiar.
El cierre de los centros educativos va a tener otro efecto. Se trata de los alumnos de entornos más desfavorecidos, advierte Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos. Se trata de alumnos con dificultades de conectividad y de acceso a recursos digitales y ordenadores. Sus padres tampoco pueden ayudar por falta de tiempo. Sus conocimientos, además, no bastan para prestar a sus hijos el apoyo que necesitan. Esto puede incrementar las desigualdades. Pero el impacto se puede amortiguar con programas de refuerzo a los alumnos rezagados.
Los aspectos financieros
Otra característica de esta crisis es que mientras la economía se para, las obligaciones financieras continúan. Hay que seguir pagando letras, hipotecas, préstamos, explica Antonia Díaz, profesora de Economía en la Universidad Carlos III. Esta conjunción determina el tipo de políticas que han tenido que aprobarse. La cuestión, ahora, es cómo pagarlas. Por eso, es importante pensar en cuanto va a durar la crisis. Y, también, en cómo hacer una transición hacia tecnologías seguras hasta que se disponga de una vacuna.
La Unión Europea, en esta ocasión, ha estado a la altura de las circunstancias. Ha tomado las medidas necesarias, explica Luis Garicando, eurodiputado y vicepresidente de Renew Europe. El programa de compra de activos del BCE ha permitido a los estados tener acceso a los mercados. Esto evitó una espiral de tipos de interés y deuda. También han sido fundamentales las líneas de apoyo a la liquidez y a la financiación del desempleo. Se ha hecho eliminando las condiciones de acceso a los préstamos del MEDE. También con un programa del Banco Europeo de Inversiones para ayudar a las empresas.
La hora de la deuda europea
Lo que ahora se necesita es un programa de emisión de deuda conjunta por parte de las instituciones europeas. Y es que la UE puede financiarse más barato que los estados miembros. Para devolver el dinero, se podría crear un impuesto europeo. Por ejemplo, una tasa digital. O conseguir los recursos a través del sistema de derechos de emisión, que es europeo.
Aún así, la deuda española seguirá subiendo en los próximos años. Es lo que estima Antonio García-Pascual, Visiting Scholar en la Universidad John Hopkins. Para estabilizarla, deberíamos tener un superávit fiscal del 0,4% del PIB. Pero esto es un gran desafío para España. Por eso, los programas del BCE y del MEDE son clave para nuestro país. El fondo europeo de reconstrucción, también.
Una política económica complicada
La política económica, sin embargo, es más complicada, explica Ángel de la Fuente, director ejecutivo de FEDEA. Antes había que proteger a las personas y a las empresas. Se trataba de preservar el tejido productivo y la capacidad de recuperación económica. Ahora, en cambio, necesitamos estímulos para la actividad económica. También para que los trabajadores se trasladen a las actividades de futuro. Y todo ello manteniendo el mayor número posible de empresas viables. Esas medidas todavía no se han adoptado.
El problema es que hay muchos frentes abiertos, advierte Juan Francisco Jimeno, profesor asociado de la Universidad de Alcalá. Está el control de la pandemia y su solución, el mercado de trabajo, las compras públicas. Todos ellos son elementos prioritarios que necesitan de nuevas soluciones. Por esto necesitamos saber a dónde queremos ir y tener en cuenta de dónde venimos.
Los problemas del mercado laboral
No hay que olvidar que, antes de la crisis, ya teníamos situaciones preocupantes. En el mercado de trabajo, había tendencias estructurales como la automatización y las nuevas formas de empleo. Pero no se estaban afrontando de forma eficaz. El mercado laboral tampoco ha sido eficiente a la hora de reasignar el empleo a los sectores con más productividad. Así es que hay que adaptarlo pensando en las tendencias a largo plazo.
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