La economía mundial en 2021: cómo activar la recuperación

¿Hacia dónde va la economía mundial en este contexto de pandemia? ¿Cómo activar la recuperación económica y social? ¿Qué consecuencias pueden tener los desajustes estructurales presentes? ¿Cómo se pueden resolver? Sobre estas cuestiones reflexionaron los participantes en el “II Foro sobre la economía global”, organizado por la Fundación Rafael del Pino y el Círculo de Empresarios.

La economía mundial y la pandemia

La economía mundial parece que se recupera. Según Ignacio de la Torre, socio y economista jefe de Arcano Partners, este año crecerá el 6% y el año que viene el 5%. Pero ese crecimiento está generando inflación. No obstante, la inflación empezará a remitir el año que viene debido a factores coyunturales. Los tipos de interés reales seguirán en terreno negativo, lo que ayudará a los gobiernos a reducir el peso de su deuda. En este contexto, como el ahorro sufre se desplaza al mercado inmobiliario, provocando fuertes subidas de precios. A medio plazo, esto puede generar inestabilidad financiera.

El gran problema es China, con una deuda privada equivalente a 2,1 veces su PIB. Niveles tan altos de endeudamiento suelen acabar mal, muy mal. Es más, China ha estado construyendo once casas por cada mil habitantes cuando lo normal es edificar tres. Así es que, si este mercado corrige, China puede tener problemas. Esto afectará al resto del mundo porque China representa la mitad de la demanda global de materias primas.

El comercio y la economía mundial

El comercio internacional viene creciendo menos que el PIB desde 2008, así que no cabe esperar que vaya a ser el motor de la economía mundial.

Por ahora, sin embargo, el panorama del comercio mundial no parece tener mal aspecto. Silvia Iranzo, consejera independiente de Indra y del ICO, destaca que se está recuperando. De hecho, espera que vuelva a la tendencia que venía manteniendo desde antes de 2019. Pero esa tendencia incluía, también, una mayor desglobalización. Esto significa que el comercio internacional viene creciendo menos que el PIB desde 2008. Así es que no cabe esperar que vaya a ser el motor de la economía mundial.

Las incertidumbres que rodean al comercio mundial tampoco contribuyen a reforzar su papel. No se sabe cuándo se van a descongestionar los grandes puertos. Tampoco se sabe cómo va a responder la economía si hay nuevas variantes del Covid-19. Ni cuándo se van a resolver los cuellos de botella en la producción. También está el problema de la subida de los precios de la energía. Su encarecimiento está provocando que determinadas empresas tengan que parar la producción.

La relocalización de las cadenas de valor

Las cadenas de valor van a seguir con la tendencia de relocalización hacia los países de origen, o de su misma región. La pandemia, de hecho, la ha acentuado. Otras empresas están redistribuyendo geográficamente los eslabones asiáticos de sus cadenas. Están saliendo de China, debido al aumento de costes y a la creciente inseguridad jurídica, para instalarse en otros países. Por ejemplo, en Vietnam o en Malasia.

La respuesta de la política económica a la pandemia hasta ahora ha sido adecuada, opina Emma Navarro, ex vicepresidenta del BEI. Sin ella, la caída del PIB hubiera sido tres veces mayor. El reto que la política fiscal tiene ahora ante si es el de cómo reducir los elevados niveles de deuda pública. También los de déficit estructural. Y, en Europa, eso lo tiene que hacer teniendo en cuenta que su economía todavía no ha recuperado los niveles de PIB previos a la crisis. Es decir, tendrá que seguir siendo expansiva, pero con medidas temporales para evitar la zombificación de la economía.

La política monetaria

La política monetaria también ha sido muy importante. Ha permitido que el crédito siguiera fluyendo y ha evitado crisis financieras. También ha sido clave para financiar los programas de gasto, porque ha absorbido una parte significativa de la deuda pública emitida. La cuestión, ahora, es cómo retirar los estímulos monetarios, porque suponen un apoyo muy importante para la política fiscal y para los gobiernos.

La crisis nos ha cogido desprevenidos. Pero estábamos avisados, recuerda Emilio Lamo de Espinosa, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. La OMS, los think-tanks, las estrategias de seguridad nacional de los países incorporaban la pandemia como un riesgo importante. La estrategia de seguridad nacional española de 2017 señalaba que, con una gran dependencia del sector servicios, el riesgo era mayor que en otros países. Pero no le hicimos caso.

En busca de protección

Las instituciones multilaterales no tenían ni la capacidad, ni la fuerza para reaccionar. Ante la ausencia de gestión, las sociedades han buscado refugio en las instituciones donde siempre lo encuentran. Se trata de las familias y del Estado. Ha habido una hogarización forzosa, facilitada por la digitalización, y una clarísima estatalización. Al final, los estados han tenido que asumir la responsabilidad porque no había otra institución que pudiera hacerlo. Esto ha supuesto una re-estatalización muy potente.

La necesidad de hacer frente a la pandemia ha dado lugar a una renacionalización de la economía. Un informe de Freedom House habla de la democracia confinada, de cómo la pandemia ha producido el confinamiento de las democracias. En más de ochenta y tantos países se ha producido un deterior del grado de la calidad democrática. Por tanto, tenemos un problema de reforzamiento de los estados.

Geopolítica y economía mundial

En el ámbito geopolítico, estamos ante una evidente reorientación. China tiene problemas y, como consecuencia de ellos, proyecta hacia fuera buena parte del malestar. Taiwán es un elemento muy importante en esa política. Estados Unidos también. Trump no fue un tropiezo; su comportamiento fue, en cierta medida, estructural. Joe Biden tiene serios problemas. El modo de atraer a la ciudadanía americana es proyectar esos problemas en el proteccionismo. “America First” empieza a ser “America Only”.

La gran preocupación, en este momento, es si Europa tiene capacidad de actuación. La cuestión es cómo puede recobrar autonomía estratégica. No parece fácil que Europa tenga una política exterior y una política de seguridad común. No se trata de gastar más, sino de gastar mejor y de tener la voluntad de utilizar eso. De nada sirve tener un gran ejército si no se es capaz de mandarlo a la guerra porque los soldados no pueden combatir. Este es el problema de fondo. No es fácil que Europa aprenda a hablar el lenguaje del poder.

El difícil encaje de China

El gran problema de los próximos treinta o cuarenta años es hacerle sitio a China. China no va a desaparecer. Son mil trescientos millones, están ahí, son muy activos, tienen tecnología, tienen fuerza y hay que hacerles sitio. Tenemos que hacer que se encuentren razonablemente cómodos en el orden internacional. En este momento, la política de Estados Unidos no parece caminar en esa dirección.

El impulso de la tecnología

La tecnología digital está siendo crucial en estos momentos, explica Bart van Ark, managing director del UK Productivity Institute. Sin ella no podríamos haber hecho nada. Durante la pandemia, el PIB ha experimentado una caída tremenda, pero la productividad se ha mantenido más o menos igual que antes. Se han cerrado los sectores menos eficientes, como alojamiento y ocio. Pero las compañías que han hecho la transformación digital se han visto menos afectadas.

Esto se ha dado no solo en el sector privado. En el sector público, los colegios y las universidades han podido ayudar mucho mejor a los alumnos gracias a la tecnología digital. Hemos visto cambios en ella, por ejemplo, la telemedicina. Por tanto, tenemos que pensar en todo lo que no hubiera tenido lugar si no hubiera sido por la pandemia. Este es el aspecto positivo.

La parte más preocupante es que no todos se han beneficiado por igual de ello. La brecha digital no es una novedad. Lo preocupante es que se ha ampliado tras estos dieciocho meses de pandemia. Por tanto, tenemos que gestionar bien la recuperación para evitar que la desigualdad aumente. Para ello, debemos centrarnos en la productividad, pero en la productividad inclusiva. Esto quiere decir producir más, pero de una manera distinta, más eficiente, para que las ganancias de productividad alcancen a más gente.

Economía mundial e innovación

La innovación juega un papel fundamental en la economía mundial como motor de la productividad. La cuestión es de qué tipo de innovación estamos hablando, indica Martina Larkin, Senior Advisor to the President of the World Economic Forum y miembro del European Institute for Innovation and Technology.

La inversión en I+D ha disminuido. Pero la innovación no ocurre en el vacío. Por el contrario, se basa en la investigación básica. La innovación nos da el producto final, pero la investigación es lo que nos da la multitud de opciones que tenemos. Por ejemplo, la vacuna no se desarrolló en un silo, sino que se basa en décadas de investigación básica. Por tanto, es fundamental fomentar la investigación básica. Es lo que tiene que hacer la política pública.

Innovación y empresa

La innovación puede hacer mucho, pero el entorno empresarial tiene que basarse en estas políticas públicas. El sector empresarial tiene que invertir más. Y hay que crear empleo. En este sentido, hay muchas oportunidades nuevas en muchos campos, pero estos empleos tienen que ser más inclusivos.

Las empresas, además, tienen que maximizar su papel positivo sobre el entorno, entendido en un sentido amplio, explica Belén Romana, consejera de Banco Santander, BME, SIX y Aviva. Es decir, no es solo el medio ambiente. Es también el entorno social y el de gobierno corporativo.

Economía mundial y sostenibilidad

La sociedad está preocupada por el calentamiento global, pero, también, por el exceso de residuos. El sentimiento general es que hay que empezar a hacer las cosas de otra manera. Las empresas juegan un papel fundamental. Esto va a afectar a la financiación, a la regulación, al gobierno de las empresas y a los modelos de negocio.

Esto ya está teniendo efecto sobre los mercados financieros y, por tanto, sobre la estructura financiera de una compañía, desde cualquier punto de vista. Los gestores de fondos están siendo muy activos a la hora de hacer paquetes de inversión resilientes. El mercado de renta fija que más ha crecido en el mundo es el mercado de los bonos verdes. El año que viene, el BCE va a hacer test de stress en relación con el cambio climático. Los bancos van a tener que contestar a la pregunta de cuál es el impacto que tendrá sobre su cadena de valor, lo cual incluye el riesgo crediticio y, con ello, a quienes se financian con financiación bancaria.

Reducir las emisiones

La buena noticia para la economía mundial, dijo Eric Chaney, asesor económico del Institut Montaigne, es que estamos reduciendo las emisiones de dióxido de carbono. La pregunta fundamental es cómo podemos acelerar el proceso con el mínimo coste posible.

Un economista estadounidense dijo que lo que había que hacer es un análisis coste-beneficio, para que quienes contaminasen pagasen el precio del daño que le están imponiendo a la comunidad. En el caso del dióxido de carbono es un poco complicado porque es una externalidad global negativa; no estás contaminando el rio de tu vecino, sino la atmósfera de todo el mundo. Así que hay que computar el daño a futuro que hace una tonelada que se emite ahora. Pero hay muchísima incertidumbre acerca de los posibles daños futuros del carbono. Así es que la mejor solución es obligar a las compañías a comprar derechos de emisión, señaló Chaney.

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Cómo activar la recuperación económica y social

Reflexiones sobre los desafíos estructurales

“La Fundación Rafael del Pino no se hace responsable de los comentarios, opiniones o manifestaciones realizados por las personas que participan en sus actividades y que son expresadas como resultado de su derecho inalienable a la libertad de expresión y bajo su entera responsabilidad. Los contenidos incluidos en el presente resumen, realizado para la Fundación Rafael del Pino por Emilio J. González, son resultado de los debates mantenidos en el encuentro realizado al efecto en la Fundación y son responsabilidad de sus autores.”

 

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