Silicon Valley está lleno de grandes nombres del mundo de las startup. Unos lo son por haber ideado empresas y/o productos disruptivos que han tenido mucho éxito. Otros, en cambio, pertenecen a esta categoría por las innovaciones decisivas que han introducido en la forma de hacer empresas. Guy Kawasaki pertenece a este segundo tipo. Entró en el Olimpo de los referentes tecnológicos gracias a su trabajo como responsable de Macintosh en la década de los 80. Su labor salvó a Apple y cambió para siempre la forma de comercializar productos tecnológicos. Hoy es uno de los grandes referentes mundiales en el campo del marketing y las nuevas tecnologías, es chief evangelist of Canvas y consejero de Wikipedia y es propietario de una compañía de capital riesgo. Desde su experiencia, quiere ofrecer diez consejos clave para que una empresa tecnológica tenga éxito.
La pregunta adecuada
Lo primero que tiene que hacer todo aquel que quiera triunfar con una startup es hacerse la pregunta adecuada. Inicialmente, se tiene una visión de lo que se quiere crear. Pero, a partir de ella, hay que preguntarse qué es lo que la gente puede necesitar. Las empres de éxito, de hecho, no lo tenían todo planificado. Por el contrario, empezaron formulándose preguntas muy sencillas del tipo qué va a necesitar la gente. O qué tipo de empresa es precisa para satisfacer esa necesidad.
También hay que preguntarse si algo es interesante, sobre todo si se intenta crear algo específico, pero se fracasa. 3M buscaba una goma de pegar muy potente, pero, en uno de los intentos, consiguió una solución muy débil. Era una goma se despegaba con facilidad y sin dejar marcas. Entonces se dieron cuenta que ese resultado podría ser muy interesante. De él nació el post-it. Por tanto, se puede crear algo que triunfe a partir de un fracaso.
Aprender de Apple
El segundo punto consiste en preguntarse si hay una forma mejor de hacer las cosas. Así es como se fundó Apple. Cuando se halla una respuesta a esa cuestión hay que crear un MVP, un producto mínimamente viable. Pero hay que añadirle otras dos ‘V’. Tiene que ser valioso, es decir, que cambie el mundo. Y tiene que ser validador, es decir, que demuestre la validez de la visión de la empresa.
El tercer consejo consiste en dejarse ir, seguir trabajando. No hay que obsesionarse con el plan o la presentación perfectas. Lo importante es hacer cosas, empezar por crear un prototipo. También hay que encontrar a gente que tenga habilidades de las que uno carece. Esto es, hace falta alguien que haga el producto, pero también alguien que lo venda. También se precisan almas gemelas, que tengan las mismas expectativas sobre la startup, porque es la única forma de crear una empresa que dure.
Un mantra para tu startup
Además, hay que crear un mantra. Un mantra es una frase de pocas palabras, dos, tres o cuatro como mucho, sobre por qué debe existir tu startup. Por ejemplo, el mantra de Apple es “productividad y creatividad”. Debe ser un mantra que todo el mundo entienda. Que todo el mundo esté de acuerdo con él. Y que todo el mundo en la empresa sea capaz de repetir.
El cuarto consejo se refiere a la definición del modelo de negocio, para lo cual Kawasaki aconseja ser específico, muy concreto. Hay que saber exactamente quién va a ser el cliente y cómo se puede conseguir venderle el producto. El modelo también debe ser sencillo, simple. Y se debe preguntar a las mujeres sobre él. La genética de los hombres los lleva a querer aniquilar a la competencia, pero muy poca gente va a ayudar a una empresa a hacer eso. Las mujeres, en cambio, piensan en cómo se puede ser más productivo, no en acabar con nadie.
Concentrarse en los hitos fundamentales
A continuación, y este es el quinto consejo, hay que concentrarse en una serie de hitos, por ejemplo, en acabar el prototipo. ¿Por qué? Porque cuando se crea una empresa se piensa que todo va a ir sobre ruedas, pero no es así. Por eso son importantes los hitos. También hay que analizar las hipótesis de partida. Hay que ser realista con las previsiones de visitas a la página y con las decisiones de compra que suscitan. Hay que poner a prueba la página web, que salga al mercado lo antes posible. En este sentido, hay que tener en cuenta que la clave no es lo que se vende sino con qué rapidez se solucionan los problemas de la gente. Por último, están las tareas, como contratar un ingeniero para acabar el prototipo.
En sexto lugar, hay que contar una historia, pero que diga cosas distintas a lo que cuenta la competencia. También hay que hacer que la historia sea personal, explicar que uno hizo algo por tal o cual razón.
Luego, séptimo consejo, hay que contratar lo que Kawasaki denomina “gente infectada”. Se trata de personas con formación, experiencia profesional y que les encanta lo que hace la startup.
Comunicarse y sembrar nubes
Socializar es el octavo consejo. Hay que utilizar las redes sociales como plataforma de marketing. Lo primero que hay que hacer es perfeccionar los perfiles. Las redes sociales deben aportar valor a tus clientes. Lo siguiente es pasar la prueba de compartir. Consiste en que lo que se suba a la red sea tan bueno que los seguidores estén dispuestos a compartirlo.
A continuación, viene sembrar nubes para que llueva. Con ello, Kawasaki se refiere a vender. La clave de una startup es vender. Si hay ingresos, el resto funcionará.
Por último, no se debe permitir que a uno le desmoralicen los payasos. Los hay de dos tipos. El primero es el que lleva un reloj japonés, tiene una pinta horrorosa, con aspecto de perdedor. Si eres un perdedor y escuchas a otro perdedor no tienes futuro. El payaso más peligroso es el ganador. Suele pensarse de él que es rico y famoso y, por tanto, eso debe significar que es inteligente. Pero el cincuenta por ciento de lo que es ser rico y famoso significa solo que se ha tenido suerte. No hay por qué escuchar necesariamente a la gente rica y famosa.
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