La economía española está continuamente expuesta a perturbaciones macroeconómicas estructurales de distinta naturaleza, que impactan con diferente intensidad y dirección sobre variables de las que depende en última instancia el bienestar de la población, como el PIB o el empleo. Dichas perturbaciones están relacionadas con factores tan diversos como la evolución del grado de competencia en el mercado de bienes y servicios, de trabajo, o financiero; los cambios en la política monetaria o fiscal; o las variaciones en las expectativas de los consumidores a lo largo del tiempo, por poner sólo algunos ejemplos. Utilizando la última información disponible, resulta relevante identificar el origen de estas perturbaciones y la intensidad y persistencia con la que afectan a los principales agregados macroeconómicos, con el objetivo de entender mejor las causas que subyacen al ciclo de nuestra economía y ofrecer una información valiosa para la actuación de la política económica.
El Observatorio sobre el ciclo económico de España, resultado del trabajo conjunto de investigadores de la Universidad de Valencia, BBVA Research, los Ministerios de Economía y Hacienda, Fedea, y la Fundación Rafael del Pino, evalúa los factores estructurales que permiten explicar el comportamiento cíclico de la economía española durante 2019, estimando la contribución de los mismos sobre la tasa de crecimiento anual de variables macroeconómicas como el PIB o los salarios.
Este Observatorio evalúa los factores estructurales que permiten explicar el ciclo económico de la economía española durante 2019, y analiza el peso de las principales perturbaciones que han afectado al PIB y, en particular, al sector exterior.
Las estimaciones muestran que los factores de oferta, que han estado en la base de la recuperación económica desde mediados de 2014, han ido perdiendo peso durante 2018 hasta el punto de tener una contribución neutra en el último trimestre del año. Destaca, por el lado positivo, las perturbaciones relacionadas con la productividad total de los factores (PTF), mientras que las ligadas a la competencia en los mercados y, especialmente, los márgenes de salarios han aumentado su contribución negativa durante los últimos trimestres del año.
Los factores relacionados con la demanda agregada terminaron 2019 sosteniendo el crecimiento del PIB por población en edad de trabajar. Entre estos factores destacan aquéllos que afectan al consumo de los hogares. El comportamiento del gasto de las administraciones públicas también ha tenido una aportación positiva, mientras que la continuidad del proceso de desapalancamiento drenó 0,7 puntos de crecimiento.
Por lo que respecta al mercado de trabajo, la evidencia indica que la relación vacantes/desempleo se situó a finales de 2019 ligeramente por encima del promedio observado en el anterior ciclo expansivo entre 1994 y 2007, lo que sugiere que la economía española estaría próxima a una situación cíclica neutral y el PIB cerca de su senda de crecimiento tendencial de largo plazo.
La recuperación económica en España se ha caracterizado por un aumento del peso de las exportaciones sobre el PIB nominal de casi diez puntos porcentuales respecto a los niveles pre crisis y por una creación abundante de empleo con un superávit de la balanza por cuenta corriente, una situación inédita durante las últimas décadas. Los factores de oferta y de demanda externa han tenido una mayor contribución al crecimiento de las exportaciones, mientras la contribución de la demanda interna y el crédito ha sido residual. Por el contrario, las importaciones disminuyen con la mejora de la competitividad, y aumentan con las exportaciones y la demanda interna y crédito.
El Observatorio sobre el ciclo económico de España, analizará la evolución de 18 variables macroeconómicas con una periodicidad semestral, aportando información de utilidad para la actuación en materia de política económica.