¿Es posible tener una vida más próspera y feliz? Seguramente, esta es la aspiración de la inmensa mayoría de la gente. La cuestión es si es posible alcanzarla. Según Mario Alonso Puig, es posible hacerlo si cada persona moviliza los tres superpoderes que tiene para lograrlo.
El camino de los superpoderes
Mario Alonso Puig sabe de lo que habla. Fellow en cirugía por la Harvard University Medical School y presidente del IE University Center for Health, pretende ayudar a que la gente mejore su nivel de salud física y mental, de prosperidad, de bienestar y de felicidad.
Para experimentar esa vivencia profunda de mejora es preciso contar con una serie de referencias que tengan sentido en nuestra vida. Pero también es importante pensar en los demás, abriendo la mente y el corazón. Este camino es como avanzar a través de una cordillera. Creemos que es fácil hacerlo. En realidad, empero, vamos avanzando poco a poco, con altibajos, hasta que algo estalla, bulle con intensidad. Eso nos permite alcanzar nuestra plenitud.
Este es un camino que está basado en principios y valores. Esos principios, sin embargo, son contraintuitivos. Y la principal dificultad para aceptarlos es la resistencia que presentamos a algo ante lo que la razón nos dice que no tiene sentido, aunque, en realidad, lo tiene. Por eso, los principios son contraintuitivos.
La brecha existencial
Hay un camino para cerrar la brecha entre quienes somos y quienes estamos llamados a ser. Esa brecha procede de nuestra visión limitada de las cosas, de nuestra obsesión por tener siempre la razón, de la desconexión de nuestro cuerpo con la naturaleza, de la falta de control sobre nuestra mente, del alejamiento de nuestra propia esencia. Cuando no cuidamos estas cosas, la salud, la prosperidad, el bienestar, las relaciones humanas se ven afectadas.
Para hacer desaparecer esa brecha necesitamos inspiración, tener un qué y un porqué que conmueva a la persona. Por eso, hay que ver cosas que nos inspiren, acercarnos a personas que nos inspiren. Esa inspiración hay que encauzarla con una estrategia basada en la disciplina, el esfuerzo y la dedicación.
Cabeza, manos, corazón
Los tres superpoderes que tienen las personas para alcanzar una vida mejor proceden de tres dimensiones. La primera es el superpoder de la cabeza. La dimensión física es el encéfalo, en el que reside el mundo afectivo del ser humano. Es la sede de las pasiones, de las ganas de hacer las cosas. Necesitamos una estructura encefálica que encauce esa pasión.
También nos hace falta el superpoder de las manos, que está en el tronco cerebral. Cuando se tiene una estrategia, pero no se sabe por dónde empezar, hay que actuar como una linterna y empezar a buscar oportunidades.
Después está el superpoder del corazón, que es el cerebro emocional. Es el que nos ayuda a averiguar qué es lo que queremos realmente. Pero hay que ponerse a trabajar ese cerebro de una forma nueva. Para ello, hay que tener en cuenta que el encéfalo siempre se activa en todas sus partes cuando hacemos algo. Lo que hay que conseguir es que esas partes jueguen como si fueran un equipo bien coordinado.
La salud
La salud es fundamental para mejorar la vida. Hay que cuidar lo que comemos y cambiar nuestros hábitos, porque vivimos en un mundo en el que los estados prediabéticos no paran de crecer. Eso afecta, por ejemplo, a las posibilidades de padecer alzhéimer. El ejercicio físico, por su parte, aumenta el nivel de tres sustancias fundamentales para el cerebro. Este puede ser estimulado con la nutrición. En estados de ansiedad y de depresión se aprecia una inflamación del cerebro. Esa inflamación puede reducirse mediante la ingesta de nueces o de pescado azul. El ejercicio físico aumenta el tamaño del hipocampo, que es clave para aprender, para negociar, para relacionar cosas. También reduce el volumen de la amígdala, que es el centro que reacciona con ira o con miedo. Cuando una persona hace ejercicio, la grasa intraabdominal se libera y la consume el músculo. Es un protector enorme frente a los factores inflamatorios. Si una persona experimenta estos beneficios, nadie tiene que volver a decírselo.
España es uno de los países con mejor calidad de vida. Esto se debe a la dieta mediterránea. En este sentido, es recomendable reducir drásticamente el consumo de azúcar, no solo el del café, porque hay mucho más azúcar si cabe en los alimentos procesados. Esta es una cuestión de resistencia a la insulina.
El sueño
En cuanto al sueño, dormir es más importante que comer. El sueño impide que se formen tumores. Desde esta perspectiva, es un error estar ante la pantalla del ordenador, del móvil o de la tableta a partir de las nueve de la noche. Para dormir bien, también es recomendable tomar el sol, caminar por la acera soleada.
El bienestar tiene que ver con la percepción y con la mente. Para Mario Alonso Puig, no hay un solo tonto en el planeta. Lo que hay son estados mentales en los que es imposible ser inteligente. Si una persona se siente en peligro, se siente juzgada, desarrolla mecanismos de ataque y defensa, que llevan la sangre a los músculos y, por tanto, no va a la cabeza. Cuando una persona está quemada, se siente agotada, apática. Para superar todo esto, hay una estrategia que funciona si se aplica. Se trata de pasar a la zona de renovación y luego de máximo rendimiento.
La clave de la felicidad
La felicidad no tiene que ver con el tener, tiene que ver con el ser. Es un puente a la trascendencia. Esta felicidad se trabaja con cordialidad, empatía y compasión. También con aceptación, lo que implica saber desprendernos de las cosas; disfrutarlas, pero no apegarnos a ellas; entender que el cambio es la ley que impera en la naturaleza y, por tanto, no resistirnos.
La conexión con la naturaleza también es importante. Nos ‘pasa’ algo cuando damos un paseo por el bosque. Con la gratitud sucede algo parecido: el cuerpo funciona mejor cuando se practica. Gratitud es encontrar algo por lo que dar las gracias, en vez de dar las cosas por sentadas.
El silencio es importante porque aporta apertura, transcendencia, propósito. Por eso es importante volver a momentos de recogimiento, de serenidad, de silencio.
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