Uno de los factores más importantes que podemos aprovechar de los ecosistemas empresariales impulsados por la innovación es la capacidad de abordar nuestros desafíos sociales, humanos y ambientales más apremiantes.
Las nuevas empresas y los innovadores tienen la capacidad de cambiar el equilibrio y abordar problemas serios, como el ejemplo reciente del desarrollo de la vacuna Covid-19 de parte de Moderna y BioNTech.
Sin embargo, otras áreas de la agenda del progreso social no han sido suficientemente abordadas: la construcción de una sociedad más inclusiva, la protección de nuestros derechos personales, etc. Los empresarios todavía tienen que convertirse en una fuerza impulsadora del cambio en estas áreas. Adicionalmente, en áreas de emprendimiento social como la seguridad personal y la sanidad en las ciudades, aún existen grandes vacíos en cuanto a la importancia del problema y el trabajo que realizan los startups para abordarlo
Las nuevas empresas deben poner el foco, en primer lugar, en un problema específico para resolver, así como adquirir, los medios financieros para proporcionar tecnología emergente. Aquellos interesados en la innovación deberían considerar cómo proporcionar los incentivos y normas apropiados para que los emprendedores se esfuercen.
En última instancia, la clave del espíritu empresarial es centrarse en gran medida en una idea y visualizar cómo probarla sin descanso, para validar cómo crear valor y construir una empresa sostenible.
Scott Stern es David Sarnoff Professor of Management en la MIT Sloan School of Management.