¿Hay alguna relación entre estabilidad personal y beneficios empresariales? La pregunta parece propia de uno de esos gurús de Silicon Valley que promueven filosofías ‘cool’ en las empresas tecnológicas. Pero no tiene nada que ver con ello. Lo tiene con los estudios que muestran que dar a los problemas personales una solución estable y duradera mejora los beneficios empresariales. Esta idea subyace en los modelos de liderazgo total. Y es que el verdadero líder lo es tanto en la vida profesional como en la personal. Stewart D. Friedman, fundador y director The Wharton Leadership Program, lo explica.
Armonía en todos los ámbitos
El liderazgo total, indica Friedman, consiste, básicamente, en encontrar el equilibrio entre los cuatro ámbitos fundamentales de la persona: el trabajo, la familia, la sociedad y uno mismo. En pocas palabras, se trata de que uno sea siempre la misma persona en todos estos dominios. Y es que no se puede ser un buen líder cuando alguien es de una forma en el mundo laboral y de otra muy distinta en el personal. En otras palabras, el buen líder siempre es coherente consigo mismo, con independencia del ámbito en que se encuentre. Eso le permite tener una visión total, no solo del negocio, sino de todo cuanto forma parte de su vida.
Para llegar a ser ese líder total, Friedman ha desarrollado un método llamado ‘four-way wins’, o el camino de las cuatro victorias. Un camino por el que la persona puede empezar a transitar con pequeños pasos. No necesita llevar a cabo un cambio radical y de golpe, sino ir haciéndolo poco a poco. La idea básica es aprender a encontrar la armonía y a hacerlo mejor en todos los ámbitos de la vida.
Qué significa liderazgo
Para conseguirlo, es preciso explorar lo que significa liderar y afectar a todos los aspectos de la vida. Esto se consigue si la persona actúa de acuerdo con tres principios fundamentales: autenticidad, integridad y creatividad. Por supuesto, esto implica, necesariamente, que las acciones tienen que ser coherentes con los valores en todos los ámbitos de la vida. Esta coherencia permite generar después ideas prácticas con las que dar lugar a un cambio sostenible.
En un mundo como el actual, no se necesita un líder en los negocios, sino en todos los aspectos que conforman la persona. Esos líderes son los que consiguen que la gente crea que tiene el poder para cambiar. Y cuanto más lo crea, más apoyará al líder. Esto es algo muy importante en estos tiempos, en los que la revolución tecnológica está provocando un cambio radical en la forma de producir, trabajar, vivir y relacionarse. A las empresas que quieran sobrevivir en este entorno no les queda más remedio que abordar procesos de transformación drásticos y profundos. Ahí es donde surge la necesidad del liderazgo total.
Liderazgo de nuevo cuño
Este nuevo estilo de liderazgo busca que la gente se movilice para alcanzar sus propias metas en todos los ámbitos de la vida. Se trata, también, de alcanzar la armonía entre los mundos laboral, familiar, social y personal. El líder también tiene que influir en todos los niveles, en todas las direcciones y en todos los ámbitos. Esto es lo que le permite generar cambios significativos y sostenibles. Pero, para lograr todo ello, debe demostrar autenticidad, integridad y creatividad. En definitiva, el liderazgo en la empresa no es sobre negocios, sino sobre la vida.
Para poder practicar el liderazgo total lo primero de todo es que la persona tiene que ser real. Es decir, tiene que actuar con autenticidad, ser uno mismo. Ello se consigue cuando la persona llega a ser consciente de lo que de verdad es importante. Esto le permite conectar quien es hoy con quien quiere ser en el futuro. Cuando se produce esa conexión es cuando una persona es real, es ella misma.
Íntegro y creativo
También, e igualmente importante, hay que ser una persona completa. Esta es aquella persona que actúa con integridad, respetando a todos los demás en todos los ámbitos de la vida. En este sentido, hay que ser consciente de que lo que espera de una persona la familia es lo mismo que esperan los compañeros de trabajo y los amigos. Pero lo que esperan es mucho menos de lo que uno se imagina y puede ser también algo diferente. Por ello, es importante dialogar con todos ellos, porque lo que ellos piensan no tiene por qué ser necesariamente lo que piensa uno mismo.
Por último, pero no por ello menos relevante, hay que ser innovador. Ser innovador implica actuar con creatividad. Para ello, resulta muy conveniente experimentar con la forma en que se hacen las cosas hasta encontrar la fórmula que permita que todos tengan éxito en sus objetivos.
Los estudios demuestran que la aplicación del método de liderazgo total depara buenos resultados. Lo que es de verdad importante para las personas no cambia. Esto es, los verdaderos valores siguen siendo los mismos. Lo que sí que cambia es que el centro de atención y la energía se trasladan del ámbito laboral a los demás ámbitos. Como consecuencia de ello, el sentimiento de satisfacción se incrementa en todos los campos, especialmente en el personal. Gracias, también, a ello, los resultados mejoran también en todos los ámbitos.
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