La revolución digital está afectando, en mayor o menor medida, a todos los sectores productivos. Pero si hay una industria que está teniendo que reinventarse por completo, esta es la de los medios de comunicación. El camino es duro, pero el futuro se puede contemplar con optimismo. Lo dice, ni más ni menos, que Martin Baron, el director del mítico Washington Post, uno de los periódicos que se hayan en la vanguardia de la tecnología.
La revolución tecnológica
En las dos últimas décadas, las cosas han cambiado mucho para los medios de comunicación, explica Baron. Antes no había banda ancha, ni redes sociales. A principios de este siglo nadie contaba con poder conseguir la información que quisiera, en cualquier lugar y momento, en un dispositivo que cabe en un bolsillo. Pero eso es lo que tenemos hoy. Y es que, en los últimos quince años, se han producido todos los avances tecnológicos que han cambiado con los medios tradicionales. Esos cambios tendrán continuidad en los próximos años, y a mayor velocidad. Muchos medios han conseguido sobrevivir a ellos a duras penas. Otros se han quedado en el camino. Pero hay una realidad que no hay más remedio que aceptar: estamos hablando no solo de una sociedad digital, sino también de una sociedad móvil.
Con internet ha aparecido un nuevo medio que está dando lugar a un nuevo tipo de periodismo. Pero, cuando llegó, los medios reaccionaron como si no hubiera cambiado nada. Es más, incluso pensaban que la red era solo un nuevo canal de difusión de su trabajo. Un canal, por cierto, que no fueron capaces de entender, reconoce Baron. Por ello, hoy tienen que admitir que se enfrentan a un cambio fundamental. Se trata de un nuevo medio de comunicación, totalmente distinto a lo que conocíamos hasta ahora. Con él, están surgiendo nuevas formas de contar historias. Se narran de forma más accesible, como si fueran una conversación, y la voz del narrador resulta más evidente y auténtica. Y eso es lo que quieren los lectores.
Un vistazo al futuro de los medios de comunicación
La dirección de nuestra profesión, por tanto, está clara, continúa Baron. ¿Qué podemos esperar del futuro? Pues lo primero es que dominarán las tecnologías móviles, debido a la proliferación de smartphones. Muchas empresas de capital riesgo hoy no financian un producto digital a no ser que sea móvil. Las empresas periodísticas, por tanto, deben concentrarse en la experiencia móvil.
Las redes sociales, en segundo lugar, van a cambiar la forma en que la gente recibe las noticias, así como su tipo. Hoy, las personas no consideran que su deber sea buscar información, ni que sea necesario hacerlo. Esperan que las noticias les encuentren. Las redes sociales son los lugares donde la gente se comunica. Por tanto, los medios de comunicación deben conocer íntimamente ese medio, puesto que van a ser esenciales para la difusión de las noticias.
Asimismo, las redes sociales son vitales para una actividad que los medios de comunicación tienen la necesidad de mejorar. Se trata de escuchar. Si los medios realmente quieren saber qué es lo que más preocupa a la gente, tienen que escucharla mejor y con más frecuencia.
¿Qué medios de comunicación sobrevivirán?
En tercer lugar, es imposible decir hoy cuáles serán las cabeceras que seguirán existiendo en el futuro. Y es que, cuando se tiene una buena idea que se ejecuta bien, puede surgir una nueva empresa periodística. Eso es lo que está sucediendo. Un ejemplo: el Huffington Post. En este contexto, algunas viejas cabeceras tienen, además, sus retos particulares. El del Washington Post es alcanzar y superar al New York Times en número de visitas a su web y, por lo que comenta Baron, lo está consiguiendo.
El secreto es que en el Washington Post han comprendido que las tecnologías avanzadas van a ser clave para su éxito. Saben que tienen que ser líderes, que si se quedan rezagados acabarán perdiendo. Así es que han aceptado que necesitan expertos en tecnología, además de periodistas. También, que deben crear productos atractivos para los lectores y los anunciantes y, además, que tienen que hacerlo rápidamente. Y que tienen que responder de forma casi instantánea a nuevas innovaciones, como la realidad virtual o el video de 360 grados. Y que tienen que asociarse con Facebook, Twitter, Snapchat y muchas otras redes. Y crear alianzas tecnológicas entre las empresas del sector y dentro de las mismas. Por ello, en el Washington Post celebran que han sido capaces de crear una relación muy estrecha entre periodistas e ingenieros.
Jeff Bezos en el Washington Post
Claro que, en todo esto, su nuevo propietario también tiene algo, bastante, que ver. Se trata de Jeff Bezos, el fundador de Amazon, que de esto de nuevas tecnologías y disrupción sabe lo suyo. Y, por eso, desde que adquirió el rotativo, inició la reorientación de su estrategia. Decidió abandonar el carácter de organización de noticias, centrada sobre todo en la región de Washington DC, para convertirse en un medio nacional e internacional y ganar tamaño con rapidez.
En última instancia, se trata de aprovechar las ventajas que ha traído internet a los medios de comunicación. Por ejemplo, una gran capacidad de distribución del trabajo de los periodistas a coste cero. Así es que lo que se plantearon en el Washington Post fue aprovechar esas ventajas adaptándose al mundo digital y sus exigencias, añadiendo recursos y creando nuevos equipos y herramientas. Los buenos resultados que han conseguido con ello han sentado las bases para invertir más en la redacción. En un momento de recortes en el sector, ellos están contratando a miles de personas.
Una dosis de optimismo
Con todo ello, Baron se muestra optimista respecto al futuro del sector de la información. Las nuevas formas de narrar historias están demostrando que tienen más éxito a la hora de conectar con los lectores. Los gráficos, los videos pueden hacer que la narración sea más vívida, incluso más creíble. Muchas veces los artículos largos pueden atraer la atención del lector y mantenerla, pero hay que escribirlos de una manera atractiva, en un formato que tenga en cuenta cómo consume la gente la información.
Ahora bien, nunca hay que olvidar algo fundamental: que algunas cosas no cambian. Si no se tienen buenas ideas, si no se cuentan bien las noticias, no es posible tener éxito. Y es que, al final, las tecnologías no pueden sustituir lo que es un buen periodismo. Por eso, en los medios de comunicación no solo hay que preocuparse de los beneficios, sino también de su misión. Una misión que no es otra que la defensa de la democracia, la libertad y la existencia de una sociedad civil sana.
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