Las plataformas nos rodean. Son de distintos tipos. Pueden ser ordenadores, teléfonos móviles, videojuegos, sistemas de empresas, el internet de las cosas, servicios web. Prácticamente todo está organizado a través de las plataformas. Por eso es importante comprender cómo funcionan y cómo poder crear empresas a partir de ellas. Lo explica Michael A. Cusumano, Deputy Dean de MIT Sloan.
Las plataformas modernas
Hay una diferencia entre la plataforma de una empresa y la del sector. La del sector es un componente al que tienen acceso muchas empresas para crear sus productos o servicios. Así es que es una capa inferior o producto que se convierte en un ecosistema. En él, las empresas producen productos o servicios complementarios. Además, cuantos más usuarios tenga una plataforma, más valiosa será. Es el efecto red que permiten las plataformas. Esto da lugar a un crecimiento exponencial.
Las plataformas modernas permiten que participen varias empresas, por ejemplo, en la industria. A través de la innovación abierta, las empresas ponen elementos a disposición de terceros para que estos puedan inventar. En estas plataformas pueden participar miles de empresas y millones de usuarios. Un ejemplo de ello es el iPhone. El dispositivo incluye una cámara fotográfica con flash. Pero, un día, alguien desarrollo un código para que la luz del flash se encienda y el iPhone se convierta en una linterna. Este tipo de cosas es lo que le convierten en una plataforma, no en un producto. Esto no se le ocurrió a Apple. Ahora hay millones de estas aplicaciones que a Apple no se le ocurren, pero sí a otras personas.
Tipos de plataformas
La plataforma en un sector conjuga a más de dos participantes en el mercado. En el caso del iPhone se unen los creadores con los usuarios y la plataforma es el nexo. Con eso se crean los efectos directos e indirectos. Pueden ser muy potentes. El valor de la plataforma emana de estos efectos de red. Proviene de poder atraer más innovaciones de las que las empresas por sí solas podrían generar. El valor resulta de la existencia de ambos lados. Si el valor del iPhone depende de combinar creador y usuario, este problema se puede resolver. Apple abrió el código del iPhone a los desarrolladores de aplicaciones y esperó a que llegara la otra parte. Todas las plataformas tienen que resolver este problema.
Hay dos tipos de plataformas. Unas son las plataformas de innovación. Consisten en tomar un sistema con algunos elementos y utilizarlo como producto y como cimiento para otras empresas. Esas empresas podrán utilizarlo como aplicación para sus productos y servicios. Hay otras plataformas que comparten rasgos, que son las que llamamos de transacción. Son las que permiten que se unan dos o más partes para intercambiar información o comprar bienes o servicios. Es el caso del market place de Amazon. Las empresas más ricas del mundo son híbridos, las han combinado. Por ejemplo, el sistema operativo IOS de Apple, con su tienda de App para distribuir las distintas aplicaciones. Casi todas las plataformas han creado un mecanismo para distribuir estas aplicaciones.
Apertura e innovación
Estas empresas tienen un arranque espectacular, pero luego también tienen pérdidas espectaculares. Las empresas de plataforma tienen la mitad de empleados y venden el doble. Tienen casi el doble de beneficios y casi tres veces el valor de mercado de las que no son plataformas. Son empresas con pocos activos, donde los mercados vinculan a compradores con vendedores, personas que quieren hacerse con el activo sin tenerlo en propiedad. El porcentaje de éxito es de un 17%, es decir, sobrevive el 17% de las que lo intentan.
Si se pone el producto a disposición de terceros para que lo mejoren, hay que tener una plataforma de innovación. Pero si se cree que se puede crear más valor conectando a los participantes, la opción mejor sería una plataforma de transacción. Esto es lo que están haciendo las empresas hoteleras. En el caso de Apple optaron por abrir el sistema y permitir que aflorase una plataforma en el sector. Si se está en un mercado en el que los empresarios están empezando a lanzar estas soluciones, entonces se «plataformiza». Va a sobrevivir la mejor plataforma, que es abierta, modular y fomenta los mejores ecosistemas.
Pensar en el negocio
Apple creo un producto muchísimo mejor con el Macintosh que el ordenador de IBM, que incorporaba el MSDOS de Microsoft. Pero Apple no consiguió hacerse con el mercado. No superó una cuota de mercado del 2% hasta que no lanzó el iPhone. Así es que el ganador fue un ordenador con más aplicaciones, el del sistema de Microsoft. Lo mismo pasó con los videos. El sistema Beta desapareció frente al sistema VHS porque había más cintas grabadas en VHS que en Beta. Los dueños lo hicieren de forma deliberada, con relaciones con los productores de películas, etc. Esto se da en otros muchos casos de plataformas.
Al pensar en una plataforma hay que plantearse a quien se intenta atraer, como sería la plataforma, si se busca crear un producto o un mercado, o un poco de todo. Hay que decidir cuál es el mercado, pensar en el modelo de negocio. Luego hay una serie de reglas o normas para el ecosistema. Hay que plantearse la importancia del gobierno. Cuando ATT lanzó las páginas amarillas, pensó como conseguir que alguien se anunciase cuando no había teléfonos. Lo que hizo fue conseguir que todo el mundo tuviera teléfono. Entonces, regaló las páginas amarillas y cobró a los anunciantes.
Los usuarios de las plataformas
Los usuarios son los últimos de los que se preocupan. Bill Gates llegó a la conclusión de que la demanda se vería impulsada por las aplicaciones y empezó a crearlas. Steve Jobs pensó que el dispositivo era más importante y se equivocó: el Macintosh no despegó. En el caso de Facebook, Mark Zukerberg dio en el clavo porque los usuarios eran lo más importante. Lo más importante es que el acceso sea gratis. Los usuarios se mantienen, generan más información y todo esto beneficia a la plataforma.
Cuando surge algo nuevo va a aparecer una especie de mundo salvaje por lo que hay que prestar atención a qué se hace. Ha habido problemas con plataformas que son demasiado poderosas y controlan la competencia o los precios. Hay veces que el servicio se regala. Microsoft regaló un buscador y machacó a la competencia de Netscape. Android, de Google, es gratis. Como se regala es por lo que se crean estos problemas, estos monopolios. Las empresas tienen que autocontrolarse.
Normativa local
Otra cosa muy importante es la normativa local. Uber dice que no es una empresa de taxis, pero casi se ha convertido en ella. Airbnb dice que no es un hotel y no tiene por qué pagar los impuestos de los hoteles, pero es un negocio que debe competir en igualdad de condiciones. Amazon también. Estas plataformas son más eficientes que las empresas tradicionales. Por eso hay que pensar que el terreno de juego va a tener que igualarse.
«Plataformizar» un negocio malo no lo convierte per se en un negocio bueno. El negocio tiene que ser bueno. Las plataformas industriales tienen que resolver un problema de dos partes de mercado. La tecnología digital va a ser muy positiva, pero tiene que resolver el problema. Si lo único que hace es regalar algo o bajar el precio, no lo está solucionando. Además, cuanto más crezca la plataforma, más dinero va a perder. Se ve en Uber, que necesita más conductores y más clientes, pero como no los tiene, utiliza sistemas de descuento. Esta es una fórmula para perder dinero.
Estrategia
Hay que empezar con un buen producto o servicio. Después, hay que buscar un desequilibrio entre oferta y demanda. Finalmente, hay que desarrollar una plataforma para que las partes se encuentren. Habrá que subvencionar a la parte más importante, por lo menos al principio. Pero después hay que crecer gracias a los efectos de red, no con precios bajos o subvenciones.
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