La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha suscitado muchas preguntas, que necesitan respuesta. ¿Por qué Rusia ha retomado la senda de la guerra? ¿Por qué contra Ucrania precisamente? ¿Por qué Occidente no ha visto venir este problema? ¿En qué ha fallado respecto a Rusia? Elena Zhemkova y Grigory Shvedov, confundadores de Memorial y Premios Nobel de la Paz 2022, y Mykola Riabchuk, miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania tratan de arrojar luz sobre todas las cuestiones relacionadas con esta guerra.
Ciegos frente a Rusia
Cuando Mikola Riabchuk reflexiona sobre quién es el culpable, recuerda que tenemos una responsabilidad conjunta en lo sucedido. Entre todos, poco a poco, hemos llegado a esta situación. ¿Por qué? Porque no hemos sido capaces de identificar y corregir determinadas tendencias que tenían lugar en Europa del Este. Por ejemplo, señaló, la dictadura «fascista» en Rusia y la guerra allí contra la sociedad civil. Al no haberlas tenido en cuenta, debemos aceptar nuestra parte de responsabilidad.
Además, las políticas de Occidente se han basado en supuestos equivocados sobre Rusia. Allí han institucionalizado y convertido en doctrina la idea imperial que desarrollaron los zares desde el siglo XVIII. Unas ideas dirigidas a silenciar y subyugar a una serie de naciones. La historia de Rusia que se ha transmitido está repleta de nociones históricas que no son ciertas.
Una percepción falsa sobre Rusia
De esta forma, poco apoco, se ha creado una percepción falsa de la región. Por eso, Ucrania quedó relegada de todo el proyecto Europeo, y se la dejó bajo la esfera de influencia rusa. Esto es algo que Occidente debe analizar seriamente.
Los ucranianos también tienen una responsabilidad doble. En primer lugar, Ucrania era independiente, pero estaba rusificada y no se pudieron hacer reformas rápidamente para entrar en la UE. También tienen una responsabilidad histórica porque fueron los intelectuales quienes establecieron la continuidad entre Kiev Rus y Rusia, bajo Pedro I. O sea, son responsables del fomento del imperialismo.
Ganar la guerra
Hay que conseguir que caiga el régimen dictatorial ruso, desacreditarlo, deslegitimarlo.
Lo único que puede hacer Ucrania, por ella y por Europa, es ganar la guerra. Tenemos que conseguir que caiga el régimen dictatorial ruso, desacreditarlo, deslegitimarlo, señalaron. Esto no generará un proceso de democratización en Rusia. El país hoy es una dictadura «fascista» y no hay ninguna élite que pueda sustituir a la actual y hacer las cosas mejor. Pero si podrían llegar personas más razonables, menos obsesionadas con la hegemonía global. Es necesario frenar a los rusos porque, si no, seguirán expandiéndose.
Los europeos tienen que entender que esta no es la guerra de Ucrania. Es la guerra de los valores y principios democráticos y tenemos que estar dispuestos a defenderlos. No es fácil porque los precios de la energía han subido, pero es un precio que hay que pagar. Ucrania lo está pagando con vidas humanas.
El Estado ruso, fuera de control
Parte del problema, según Elena Zhemkova, es que el Estado ruso está fuera de control, delinque. Por eso tenemos tantas víctimas. Hemos fracasado porque no hemos podido encontrar la fórmula para impedirlo. La justicia tiene que ser igual para todos. Las víctimas necesitan compasión y compensación y los delincuentes tienen que recibir su merecido castigo. Ahora estamos de nuevo en un país en el que la gente tiene miedo. Hay ciudadanos que pueden superar este miedo, por ejemplo, los checos después del 68. Ahora en Rusia hay unos 20.000 casos de personas investigadas por las protestas públicas.
Hay que ayudar a Ucrania a ganar la guerra, porque esto también es nuestro destino. Hace falta ayudar a la gente, incluidos aquellos que han abandonado Rusia. Tienen que saber que se puede contar con ellos. Y a la gente que tiene miedo, que está bajo presión, hay que decirle que vamos a ayudarla, que no está sola.
Violación de derechos
Grigory Shvedov también insiste en que debemos interrogarnos sobre lo que ha sucedido. Debemos hacerlo porque estamos hablando de una región en la que, desde hace décadas, se violan constantemente los derechos humanos. Hay que interpretar lo que está sucediendo en Ucrania ahora mismo. Pero hay muchos otros lugares que tenemos olvidados, por ejemplo, Nagorno Karabaj. Hay que prestarles atención. Hay muchas fuentes de información para saber lo que está sucediendo. Pero hay pocas personas que dediquen su tiempo a difundir una serie de ideas y muchas veces no se reacciona adecuadamente.
Es necesario ver las reacciones de los demás. Hay personas que nunca han ido a la región, pero han visto lo que ha pasado ahí, lo han comentado y han marcado la diferencia. Una persona en Chechenia iba disparando a las mujeres que consideraba que no llevaba bien cubiertos los brazos. Alguien, valiente, publicó el video. Muchas personas lo vieron. Ramzán Kadyrov, un dictador sangriento, comentó que si supiera quienes eran esas personas que disparaban a las mujeres les daría un premio. En el momento en que pronunció esas palabras, los disparos cesaron. Somos muchos y podemos reaccionar ante lo que está sucediendo y marcar una diferencia aún mayor.
Putin domina Rusia
Hay personas a las que les gusta Putin, a las que le cae bien. Ahora es muy complicado hacer un análisis sobre la popularidad de Putin. En muchas ciudades de Rusia y en Moscú te dirán que están descontentos con el paro, con el precio de la comida. Pero también te dirán que Putin es una persona seria. No hay oposición, la propaganda rusa funciona bien y la gente tiene la idea de que la persona que está al frente no es responsable de lo que ocurre. Si hubiera elecciones dentro de un mes, ganaría Putin. Ya hemos visto lo que pasa con la oposición liberal en varias regiones de Rusia.
Lo de Rusia es un proceso muy largo, añade Elena Zhemkova. Desde el principio se trataba de una democracia dirigida. En el camino, se eliminaron los medios independientes y se demostró que se podían hacer con las empresas independientes. Es un camino en el que se habla en serio de que el Parlamento no es lugar para debates. Es un camino en el que prácticamente se está eliminando a la sociedad civil, señaló Zhemkova.
Y Ucrania, ¿qué tiene que ver en todo esto? Pues, según Mikail Riabchuk, Ucrania es una amenaza existencial para Rusia, pero no solo porque puede volverse democrática. Es más profundo. Ucrania deslegitima toda la historia rusa, todo lo que se ha construido sobre la identidad de Rusia. Desde el siglo XVIII las relaciones son de guerra. El imperio ruso ha estado intentando constantemente eliminar a Ucrania, con la asimilación, las deportaciones. Estas dos identidades son incompatibles. Rusia no puede subsistir con ningún tipo de Ucrania y menos con una Ucrania europea. Las negociaciones por ello no tienen sentido, esta opción no existe, señaló.
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