La economía española tiene un gran problema de futuro. Los españoles han alcanzado cotas elevadas de bienestar en las últimas décadas. También somos una economía muy abierta y exportadora. Pero…, eso de invertir en tecnología y su aplicación parece que no va con nosotros. Lo malo es que nos vamos a jugar el futuro, precisamente, en el campo de la tecnología. Por este motivo, un grupo de científicos españoles bajo el paraguas de la Cátedra Rafael del Pino de Ciencia y Sociedad, liderada por el científico, emprendedor y académico, Javier García, han elaborado el informe “10 tecnologías emergentes para impulsar a España”. El profesor García, Catedrático Rafael del Pino, nos explica estas propuestas.
Tecnología y competitividad
En la economía española los servicios tienen un peso muy relevante, en particular el turismo. Su comportamiento, por eso, tiene un fuerte carácter estacional. El nivel de cualificación de los trabajadores, es además, en muchas ocasiones, bajo. Y la inversión en tecnología y su aplicación en las empresas es escasa. En consecuencia, somos menos competitivos que muchos de nuestros vecinos. También somos menos resilientes, como ha puesto de manifiesto la pandemia del COVID-19. Así es que, nos guste o no, no tenemos más remedio que cambiar las cosas.
España no puede seguir dándole la espalda al cambio científico y tecnológico. No podemos permitir que sigan cayendo las vocaciones científicas si queremos subirnos al tren de la sociedad del conocimiento. Es un tren que circula a gran velocidad. Quien lo pierda va a sufrir. Tampoco podemos permitirnos el lujo de que haya tan pocas vocaciones científicas entre las mujeres. Su concurso es esencial para afrontar este desafío. Pero ¿cuáles son las tecnologías por las que tiene que apostar España?
Diversificación y complejidad
Para los redactores del informe, la respuesta es sencilla. Tenemos que apostar por las tecnologías con mayor capacidad para aumentar la competitividad. Son diez tecnologías que están a nuestro alcance porque somos líderes en investigación o porque disponemos de relevantes empresas en esos ámbitos. Con ellas podremos construir una economía más diversificada y compleja.
La primera de ellas es la inteligencia artificial, que está transformándolo todo. Casi todos los sectores la están incorporando. España tiene una enorme fortaleza en este campo. De hecho, contamos con algunos de los mejores expertos del mundo. Sin embargo, este potencial académico no se traduce en número de patentes. Tampoco en el de empresas que lideren la capitalización de todo este conocimiento. Además, el contexto político favorece que se mantenga en el limbo el proyecto de Estrategia Nacional en Inteligencia Artificial. Los países que tienen estrategia propia en este campo responden de forma más eficaz. Hay que tenerlo en cuenta.
Tecnología made in Spain
La edición genética está perfectamente imbricada en la historia científica española. El mayor descubrimiento de este siglo en este terreno, la técnica CRISPR, se debe a un español. Lo realizó el investigador del departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante, Francisco Juan Martínez Mojica. La técnica CRISPR consiste en introducir un virus bacteriano que contiene un segmento específico de ADN. Esto permite modificar cualquier animal o planta, lo que abre muchísimas posibilidades. En este terreno, España destaca en artículos académicos. Pero la importancia de nuestro país en patentes y nuevas empresas es mucho menor. El reto es traducir esa labor académica en empresas.
La seguridad digital constituye otra de las áreas clave. En un mundo interconectado y dominado por internet, es muy importante dar seguridad a toda la transferencia de datos. Esta es una industria muy consolidada en la que España presenta importantes fortalezas. La seguridad digital no es un lujo, sino una necesidad para evitar brechas de seguridad. Tenemos grandes capacidades en este sector.
El internet de las cosas
El internet de las cosas es otra de las tecnologías clave. Ha tenido un crecimiento exponencial en productos, servicios y aplicaciones internas al combinarlo con la inteligencia artificial. España es líder por número de patentes, en línea con el tamaño de nuestra economía.
Los materiales fotoactivos avanzados suponen una mejora clarísima de las células fotovoltaicas. Ahora son más eficientes y tienen diseños sostenibles medioambientalmente. Ello ha provocado una reducción espectacular del precio del kilovatio/hora. En la última década ha caído en torno a un 80%. Gracias a ello, ya es plenamente competitivo respecto a otras energías. Con inversión y decisión política las renovables pueden ser una parte importante de nuestro mix energético. En España están desarrollándose investigaciones punteras en este terreno. Esos trabajos podrían llevar directamente a la nueva generación de captadores de energía solar.
Energía distribuida
La energía distribuida tiene que ser parte de nuestro sistema eléctrico. Se trata de generar la electricidad mucho más cerca del consumidor final. Esto permite reducir la demanda durante las horas de sol. También permite almacenar la energía generada en momentos de menos demanda. Con ello, podríamos aplanar los picos de oferta y demanda. Esto mejora la eficiencia energética ya que disminuye las pérdidas originadas en su transporte. Los expertos consideran que España podría ser líder en este campo.
Los datos de satélite son otra de esas tecnologías vitales. Más de 80 países cuentan ya con satélites propios. España también. La economía espacial española engolaba 2.500 profesionales y 40 empresas. España está muy bien posicionada para aprovechar el tirón del espacio.
Tecnología para combatir el envejecimiento
Las nuevas tecnologías para combatir el envejecimiento son otro elemento importante. Cuando empezamos a envejecer se producen cambios en el organismo. Esta tecnología supone una oportunidad. En España está aumentado el número de publicaciones científicas. Es un área emergente, y también un área clínica. De hecho, ya se están produciendo ensayos clínicos sobre tecnologías específicas para combatir el envejecimiento. Tenemos algunos de los mejores científicos y centros. Esta tecnología también es una oportunidad para el turismo de salud de alto valor añadido.
Las energías renovables dependen de la capacidad de almacenar la energía que se genera. Las principales opciones han evolucionado de forma significativa, gracias especialmente a las baterías de ion de litio. Se están desarrollando nuevas tecnologías de almacenamiento basadas en materias más abundantes que el litio. En España hay compañías investigando opciones para sustituir los materiales de la batería actual. También estudian las posibilidades de nanomateriales a partir de grafeno.
La hora del Blockchain
Por último, está el Blockchain, o cadena de bloques. Consiste en dividir la información en bloques. Esos bloques son archivos que tienen alguna información de otros archivos a los que van enlazados. Esta tecnología tuvo su origen con las criptomonedas, pero se está extendiendo a otros campos. Se trata de ámbitos en los que los conceptos de seguridad e identidad verificada tienen amplia trascendencia. Blockchain es una oportunidad para países que gocen de un buen sistema educativo e investigador.
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